Archivo del año: 2019

Sobre el euskera

arantza_amezaga

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Creía que el primer regidor de una ciudad como Iruña/Pamplona tenía mucho en qué pensar, proponer, gestionar, resolver y como a la política se le suele llamar el arte de lo posible, abanderar causas que traten de hacer mas felices a los ciudadanos. A los que le han votado y los que no. Para mi asombro, el alcalde y su grupo están dedicados a una tarea en la que, debemos recordar, fracasó Roma y, en el siglo pasado, Franco: acabar con el euskera.

Hace dos mil años Pompeyo, azote de pueblos, y sus huestes, invadieron el país de los vascones, palabra latina derivada del euskera Basoko u hombres del bosque y que se refería a las tribus que poblaban la hoy Nabarra. Tenían su ciudad, Iruña, que Pompeyo arrasó para levantar un fortín militar. Siglos después Roma cayó y se forjó en el núcleo de la destrucción, el reino el de Pamplona primero, Nabarra después. Caso singular en Europa, se mantuvo la lengua popular vascona, proveniente de la prehistoria, que da nombre a Nabarra, a sus montes, ríos, valles, pueblos, a sus animales y flores, a su gente. No se puede entender Nabarra sin bucear en Filología vasca.

Hace cien años, las Diputaciones de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nabarra concertaron en Oñate el Congreso de Estudios Vascos, dando origen a Eusko Ikaskuntza/Sociedad de Estudios Vascos y Euskaltzaindia/Academia de la Legua Vasca. Encuentro cultural y fraternal entre los cuatro pueblos vascones, militarmente lo habían hecho en las guerras civiles del S. XIX, gestionado por intelectuales que aunque diferían en ideario político, convenían que la cultura de un pueblo va mas allá de intereses inmediatos y administraciones estatales, en eso fueron vanguardistas, porque el objetivo era mantener viva la memoria antecedente, los cauces de comunicación humana, las formulaciones que hacen de un pueblo, a través del tiempo, lo que es.

Un alcalde debería cavilar en estas cosas trascendentes y, sobre todo, en cómo gestionar su ciudad en un momento en que se va a debatir en Madrid sobre el cambio climático que puede significar un ordenamiento vital nuevo, en la inmigración que es difícil reto de convivencia y armonización humana, en que el colectivo de la tercera edad aquejado del mal de la soledad y de la reducción de sus pensiones, en los que la violencia machista deja severas secuelas y el nuevo feminismo reivindica derechos como los de seguridad ciudadana, cosas que afectan de lleno a Iruña/Pamplona y a su alcalde.

A más, se anuncia otra crisis económica y nuestros jóvenes, los que emigran o se quedan, están condenados a ejecutan trabajos precarios alejados de una vida autónoma y satisfactoria, en que la enseñanza está interferida por novedades informáticas que pueden cambiar su diseño, en que nuestra Seguridad Social/Osasunbidea, debe mejorar su rendimiento, no estancarse, en que los muertos o heridos por tráfico dan cifra alarmante, en que las enfermedades raras requieren nuevas formas de atención. En que el pequeño comercio local debe enfrentarse a las grandes superficies y a Internet.

Sobre la mesa del este regidor, además, hay un pliego cerrado, el de los jóvenes de Altsasu, que llevan más años en prisión que políticos corruptos o el nieto del dictador, que ni la pisó, arremetiendo contra las leyes del tráfico y la Guardia Civil. Son nuestro futuro y creo que deben reunirse autoridades, como lo hicimos la gente en la calle, para tratar no solo de liberarlos y rehabilitarlos, sino de reclamar a Nabarra lo que es de Nabarra.

Fatiga hilar este discurso de asuntos pendientes en el menú del alcalde, pero resulta que este regidor y su grupo que padecen de euskofobia, una enfermedad ni nueva ni rara, se lanzan a la tarea urgente, ya le quitaron a la última reina de las dos Nabarras su calle, su insensata política, y como cohete de su exhibición imaginativa, prohibisen una representación de payasos euskaldunes, de vieja tradición, queridos por el público, en un espacio común que recibe todo tipo de espectáculos: el Baluarte. Percibo en esta actuación falta de cultura, lo que en política nunca debiera producirse. Porque incultura es aborrecer de un idioma y más si el tuyo o el de tus antecedentes, o el de la gente que ha concurrido a las urnas y ha votado un proyecto pero no una aberración.

Según la Constitución, a la que son tan afectos en lo que les viene bien a ciertos políticos, caben nacionalidades y lenguas en el espacio peninsular. El euskera es una de ellas y entra en Nabarra por la puerta grande por mayor que sea su pluralidad. Mantener nuestras raíces es admirable proyecto cultural que nos eleva de la precariedad del día a día, como lo es el de conservar nuestra Memoria Histórica, promoviendo bibliotecas, archivos y museos, que señalan en su acervo prodigioso de dónde venimos, quiénes fuimos, lo que somos, lo que queremos ser. En qué retrocedimos, en qué avanzamos. Esa bienaventuranza colectiva que significa una lengua como el euskera a la que este pueblo ha decidido mantener viva durante milenios. Y recuerdo la cita de escritor Holmes que se acomoda a esta aseveración: Toda lengua es un templo en el que esta encerrado como en relicario, el alma del que habla. Un alcalde debería tener eso en cuenta.

Arantzazu Ametzaga Iribarren


 

«Navarra fue un Estado pactista, algo que nos tiene que enorgullecer, porque de ahí salieron las democracias»

Roldan Jimeno

Amaiur


La historia necesita trabajo, rigor y capacidad divulgativa, facetas que conoce bien el historiador Roldán Jimeno, uno de los promotores de esta jornada

Roldán Jimeno es uno de los actuales referentes en historia de Navarra, hijo del recordado José María Jimeno Jurío. Al igual que su padre, tiene vocación por la historia, y cercanía en el trato. Atendió a este periódico en el receso matinal de una jornada que se perfilaba intensa, y entre pregunta y respuesta, se quedó sin café ni descanso. Pero se le notaba satisfecho y disfrutando de la presencia de sus colegas.

A grandes rasgos, ¿cuál va a ser su aportación en la ponencia y en la posterior publicación?

-Abordo el juramento recíproco, el sistema por el cual un Estado pactista como es históricamente el Reino de Navarra, desde sus orígenes medievales hasta su desparición en el siglo XIX. Toda Europa se puede distinguir de una manera muy simplista, entre estados pactistas y estados en los que acaba imperando el decisionismo regio, que son regímenes que acaban en el absolutismo. Nosotros somos pactistas. Esto es algo que nos debe enorgullecer porque desde los estados pactistas nacen las democracias y los sistemas parlamentarios. En ese sentido, Navarra como reino fue un estado pactista. El pacto descansa en una fórmula jurídica que es el juramento, en nuestro caso. El rey juraba la observancia y el cumplimiento de los fueros. No como rey de España, sino como rey de Navarra. Y esto mismo lo tienen en la Baja Navarra. El juramento es tanto para el reino de Navarra como para el reino de Navarra ultrapirenaico.

Ese carácter recíproco de los juramentos conllevaba la articulación de unos mecanismos con mucha sustancia, vistos desde el momento actual.

-Es un sistema que se mantiene desde la Edad Media, con unos cambios mínimos, y este juramento es recíproco. El rey jura los fueros y el Reino jura al rey. Por tanto, si el rey no cumple los fueros se activa el mecanismo de defensa de esos fueros, declarando una ley contraria al derecho, un contrafuero, para obligarle al rey, esto ya en la Edad Moderna, a hacer un reparo de agravios, de esos fueros que habían sido agraviados. Por tanto, es la pieza fundamental sobre la que descansa el sistema navarro.

Roldán Jimeno, profesor de la UPNA, observa la intervención de su colega Gregorio Monreal, otro de los promotores de la jornada.

Roldán Jimeno, profesor de la UPNA, observa la intervención de su colega Gregorio Monreal, otro de los promotores de la jornada. (Patxi Cascante)

Mencionaba antes la Baja Navarra, territorio tan olvidado en la época contemporánea.

-Eso es. Precisamente por eso hemos querido distinguir dos conferencias distintas, porque hay un antes y un después de 1620. Hasta entonces, la Navarra que está en manos de los Albret y sucesores, va a tener un sistema en relación a las Cortes prácticamente inédito a lo que era el sistema medieval navarro en su totalidad, que incluía también la Baja Navarra. Pero a partir de 1620, la Baja Navarra, el reino navarro de Ultrapuertos, se incorpora a la Corona francesa, aunque manteniendo el reino en una situación institucional parecida a la Alta Navarra en 1515, tras la conquista. La Cortes se erigen en la institución veladora del derecho de Navarra y la institución mantenedora del autogobierno de Navarra.

Roldán Jimeno es doctor en Historia, doctor en Filosofía y en Ciencias de la Educación, hijo de historiador… Bajo su punto de vista, ¿Se está enseñando bien la historia en colegios e institutos?

-Desgraciadamente, creo que tendríamos qu tener mayores contenidos curriculares relativos a la historia de Navarra. Lo digo como padre, que veo lo que estudian mis hijos. Creo que la historia general y la historia de España están bien tratadas curricularmente. Incluso aspectos de la historia reciente que eran lagunas del pasado afortunadamente se han ido corrigiendo. Caso por ejemplo de cuestiones relativas a la Guerra Civil, memoria histórica y demás. Creo que esos flancos del pasado se van cubriendo, pero echo en falta que la historia de Navarra tendría que tener mayor presencia.

¿Alguna época en especial?

-Tengo la sensación de que las materias relativas a Navarra en general son fragmentadas, en unos flashes que no aportan una visión en conjunto de la historia política, social y cultural. Doy clase de Historia del Derecho en la universidad, y la práctica totalidad del alumnado no tiene ni idea de qué es el Convenio Económico o qué fue la Gamazada, aspectos nucleares de nuestro derecho vigente. Es que ni les suena.

Diario de Noticias, 23 de Noviembre de 2019