Archivo del mes: diciembre 2014

Somos una sociedad conquistada

Tomás Urzainqui Mina. Se siguen cometiendo errores, en especial desde las fuerzas políticas, al admitir como si fueran propias las divisiones territoriales impuestas, e igualmente las trabas y cuando no la privación tanto del ejercicio de nuestro derecho privado o civil y público o político, como de los derechos inherentes a la libre decisión democrática. Al no tener en cuenta que la división en territorios o provincias es fruto exclusivo de las conquistas y que el cercenamiento de los propios derechos, civiles y ciudadanos, así la imposición de un ordenamiento jurídico ajeno a esta sociedad o la sustitución del euskera por el castellano o el francés, también son consecuencia de la labor de los conquistadores. Se cierran en falso los graves efectos de la conquista continuada, y se quiere -haciendo caso omiso a la dura realidad de estar conquistados- ir a probar fortuna nuevamente en profundizar en la vía autonómica de un nuevo estatus -o mejora de la dependencia- sin haber previamente reconocido que somos una sociedad conquistada, dividida y negada. ¿Dónde o cuándo comienza la dependencia?, es evidente que con la conquista, que resulta continua, y así también la dependencia.

La conquista supone a la vez una explotación permanente y de todo tipo -económica, social, cultural y política- desde la sociedad conquistadora, especialmente por los sectores detentadores del poder en la misma, sobre la sociedad conquistada. Al ser la conquista cotidiana y de larga duración, parece que esta anómala situación es la normal. En este sentido se llega a llamar, en el colmo del cinismo, a la arquitectura de dominación con el nombre de ordenamiento constitucional democrático y el de Estado de Derecho. Aquí quiebra por completo la existencia de la imprescindible igualdad y mutuo respeto de los derechos de ambas sociedades para que pueda haber solidaridad entre ellas, que resulta imposible entre conquistadores y conquistados, al superponerse siempre arrolladoramente los intereses de la sociedad conquistadora a los de la sociedad conquistada. La primera monopolizadora del poder, que por esta contradicción resulta de intrínseca condición tiránica. Los conquistadores provocan que la sociedad conquistada esté en la ignorancia y la mantienen con la manipulación del relato histórico, pero que también por otro lado se practica desde el nacionalismo cultural propio, al ocultar o minusvalorar el peso determinante de la conquista.

Es preciso explicar la realidad, de la forma más objetiva posible, dando a conocer los avances y retrocesos de los derechos y libertades de esta sociedad conquistada. Las guerras civiles de los últimos dos siglos han servido a posteriori y equivocadamente como justificación de la suplantación de los derechos individuales y colectivos de esta sociedad conquistada. Ya lo vio Ozcariz en 1842, la ley de desmantelamiento de las instituciones estatales de la independencia navarra de 1841 no tiene una relación directa con la guerra llamada carlista, de 1833-1839. A este respecto, son clarificadores los acuerdos de las Cortes de Navarra de 1828-1829 y de la Diputación del Reino de 1830…, tampoco tiene relación directa y exclusiva la guerra civil de 1872-1876 con la ley, abolitoria de los restos forales en la Navarra occidental, de 1876.

El Estado español no es que tenga miedo en la actualidad a dar por finalizada la lucha armada en el País Vasco, como dicen algunos, el Estado español lo que verdaderamente teme es que se descubra su verdadera naturaleza política -esencia y sustancia- de conquistador, por ello poco democrático, tiránico y absolutista, aunque se camufle de lo contrario. Todo su esfuerzo se centra en evitar que Navarra despierte como ya lo ha hecho Catalunya. Es decir, tiene miedo a que los conquistados ya de una vez le digan a la cara la verdad y que ya vale, que se desconquistan y que recuperan el ejercicio de sus derechos a ser independientes.

Aquí el colaboracionismo está también en algunos que niegan u ocultan la realidad y la unidad social y nacional de Nabarra osoa, ya que la quieren sustituir por un proyecto nebuloso, que resulta negacionista y subordinador para la sociedad navarra. Algunas claves son:

• El monopolio del poder, que tras la continua conquista es inaccesible para los conquistados. Así como la identidad nacional, ocultada por la continua conquista y la negación de la sociedad que estatal y jurídico-políticamente es navarra.

• El derecho a decidir ha de tener siempre la premisa de la necesaria desconquista e independencia de la nación política conquistada, que es la navarra. Decidir sobre seguir conquistado o recuperar la independencia, ese es en su pleno sentido el derecho a decidir.

• La incongruentemente llamada por algunos articulación territorial, como si no existiera ya la unidad de la sociedad y su territorio jurisdiccional navarro por encima de las divisiones artificiales provocadas por los conquistadores.

• Los derechos democráticos, que son los que tiene secuestrados la sociedad conquistada.

Es un error pensar que solo son las fuerzas de la globalización financiera quienes mandan en el Estado español a los efectos de su relación con la conquistada Navarra. Ya que eso es ignorar el verdadero contenido hegemonista español y el proyecto político de su Estado, con sus especiales características: elitista, clasista, aristocrático, absolutista y nacional católico.

Negacionismos, contra la unidad de la realidad sociopolítica, nacional y estatal navarra, de la Nafarroa osoa, de los que están poseídas algunas fuerzas políticas nacionalistas vascas con respecto a las conquistas continuas que padece esta sociedad, al no partir de ellas sino solo de una particular y limitada visión de la identidad cultural. Es necesario corregir este fundamental desenfoque con respecto a conseguir el acertado diagnóstico de la realidad, socio-política, estatal, jurídica, económica y cultural, de esta sociedad conquistada. Esta sociedad negada, cuyo territorio propio jurisdiccional es Navarra entera, tiene el símbolo político que ha utilizado siempre para poner de manifiesto su diferencia e independencia frente al de los conquistadores y los de las demás naciones del mundo, es la bandera roja, que se enarbola frente a la invasión de 1512, por el ejército navarro en 1795, que se iza en 1813 tras la retirada francesa, en el pronunciamiento independentista de 1837, o en 1893-1894 durante la movilización unitaria de la sociedad navarra en la Gamazada.

Lingüísticamente también se refleja que el Euskara es la primera lengua humana que ha pervivido

euskara

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En España, el doctor Gregorio López Madera, miembro del Consejo de Castilla, arremetió en varias de sus obras, ya en el siglo XVI, contra el fraude de la latinidad de las lenguas Romances: Los Romanos procuraron introducir su lengua en gran parte de Asia, de África y de Europa y en ningún punto consiguieron que se hiciese vulgar. Es cierto que en todo el Imperio Romano se hablaba el Latín por la gente más grave, para tratar con los Magistrados enviados por aquella República y para conseguir honores y oficios de ella, pero todo el pueblo y el común siempre se quedaron con sus idiomas. El amor y la afición que cada país tiene a su lengua y la mayor fuerza y multitud del vulgo, es bastante para conservarla. La lengua Española nunca fue la Latina, ni formada de la corrupción del Latín, sino lengua propia que convirtió a su modo todos los vocablos que recibía ajenos. Y así se quedaron los labradores con su Español: y eso es lo que yo afirmo, que a todo el pueblo nunca les entró el Latín, sino que se quedaron con su lenguaje. 79

Más próximo en el tiempo, el catedrático e historiador aragonés Andrés Giménez Soler, nacido en 1869, sostuvo postulados a los precedentes, pronunciándose también respecto a la gran ancianidad del Euskera. He aquí lo que dejó escrito en La Península Ibérica en la Antigüedad (Barcelona 1918): «¿Es Euskeria voz euskera? ¿De dónde viene la raíz eusk?», pregúntase un lexicógrafo vasco; y se responde a sí mismo: «Dios lo sabe». Naturalmente que Dios lo sabe todo, pero los hombres también pueden saberlo, y si no, hacer por saberlo. En esa respuesta late el vano empeño de declarar el idioma vascongado hecho aislado en el mundo filológico, en daño de la lengua que, por ser la más antigua, la primera que hablaron los habitantes de España, merece que todos, vascongados actuales y no vascongados, le profesen el amor que se presta a cuanto es monumento del pasado.

Discípulo de los aragoneses Julio Cejador y Giménez Soler, el investigador francocatalán Juan Parellada de Cardellac supo comprender no sólo la ancianidad de la lengua hablada por los Baskos, sino también su carácter incontestablemente autóctono: Los primitivos autores del euskaro, abuelos de los vascos, vivían ya en su actual territorio en la época glacial, como está por otra parte plenamente demostrado en nuestros días. Si los vascos han podido conservar su lengua es porque han mantenido, a través de milenios, su primitiva identidad racial, sus caracteres antropológicos ancestrales. El euskaro es la lengua paleolítica de los territorios ibero-ligures y no procede de ninguna parte sino que es autóctona. La lengua vascuence, como lengua prehistórica, constituye el monumento lingüístico más arcaico de Occidente, cuya conservación incumbe tanto a Francia como a España. 80

Juan Parellada no era filólogo y, por consiguiente, no puede recriminársele el hecho de no haber llegado a comprender que la lengua baskongada es el monumento lingüístico más valioso, no sólo de Occidente sino de todo el planeta.

Octavo.-  Muchos años después de iniciada mi labor de mi investigación sobre la génesis del Euskera, tuve conocimiento de la obra realizada a este respecto por el eminente filólogo aragonés Julio Cejador y por el principal heredero de su trabajo, el filólogo basko Imanol Aguirre, investigadores ambos sobre los que pesó un boicot académico similar al que yo he padecido, justamente por haber defendido la existencia de sólidos vínculos entre la lengua Baska y todas las lenguas del mundo. Tristemente y a pesar de ser los filólogos más eminentes que ha producido España, los nombres de Cejador y de Aguirre han caído hoy en el más absoluto de los olvidos, habiéndose entronizado en su lugar a mediocridades como Ramón Menéndez Pidal o Antonio Tovar, manifiestamente desdeñosas, ambas, hacia la lengua Baskongada. 81

A todo ello se refiere Balthasar de Echave en sus bien conocidos Discursos de la Antigüedad de la lengua Cántabra Bascongada: Hay otras muchas razones de gran fundamento y evidencia, para probar cómo haya sido la lengua Bascongada no sólo primera lengua de España, sino universal y muy vulgar en toda ella. La causa de haber estado tan ocultas y escondidas estas razones, entre muchos y en tantos años, no ha sido otra que no haberse preciado ninguno de bien entenderla, teniéndola por corta y barbarísima y de inexplicable pronunciación; infamándola aun los mismos naturales Bascongados, no por más, ciertamente, que por no entenderla, como cosa ya dexada de tan atrás por inútil y sin provecho alguno. Con cuya inteligencia hubieran nuestros historiadores dado de mano a muchas fábulas que se han introduzido, en razón de algunos nombres de ciudades y Provincias de nuestra España y sus fundaciones: atribuyéndolo todo a estrangeros a quien siempre son tan aficionados. Esta consideración y el amor grande que a mi Patria y lengua tengo, me han hecho fuerza a que tome la pluma en defensa de la antigua lengua Española. Siendo ella la primera de nuestra España, como por estos Discursos se echará de ver y siendo en sí tan cumplida y elegante como el romance que se usa y sin que tenga necesidad de mendigar de otras estrangeras bocablos algunos para su ornato. 82

Siendo esto ansí como lo es, no es razón que por la poca curiosidad e inadvertencia de los Bascongados se eche en olvido lenguage que a ellos y a toda España honra; y pues es justo que cada nación estime su lenguage natural, como lo hazen, justísimo es que España se honre con ella, como con tan propia suya…

Balthasar de Echave se expresa en los mismos términos y prácticamente con las mismas palabras con las que yo vengo defendiendo esta causa desde 1984, muchísimo antes de que llegase a mis manos una edición facsimilar de su valioso libro.

Noveno.- Los hábitos y las actitudes inquisitoriales tan fuertemente enraizados en la idiosincrasia española, son los responsables de que el mundo académico y, por extensión, el político, se sienta fuertemente inclinado hacia la labor de caza de brujas personalizada en aquellos que ponen en evidencia la tremenda inconsistencia del saber establecido. Es muy común y característico de España el que las personas a las que la sociedad encomienda la tutela e impulso de la Cultura, dediquen lo mejor de sus esfuerzos a destruir la labor de aquellos ciudadanos que de manera absolutamente desinteresada y altruista, realizan la labor de desentrañamiento de la verdad histórica que ellos se muestran manifiestamente incapaces de llevar a cabo. 83

Décimo.- Solamente conociendo el ínfimo nivel científico al que se ha movido hasta hoy la Filología tradicional, resulta posible comprender el menosprecio con el que la lengua Baska ha sido contemplada hasta la fecha por parte de la mayoría de los especialistas, en beneficio naturalmente de las lenguas Clásicas. Hace quince años hube de disuadir a un conocido catedrático de Griego, de su propósito de publicar una obra en la que pretendía probar que la lengua Baska procedía de la Griega. Le felicité por haber sido el primer catedrático en advertir las escandalosas analogías que existen entre ambas lenguas y acto seguido y con argumentos científicos irrefragables, pasé a demostrarle que esa influencia se había producido en sentido inverso y que es la lengua Griega la que viene a ser algo así como un Euskera renovado o remozado. 83

Undécimo.- Resulta sencillamente deplorable que cuestiones de naturaleza política hayan interferido en el aprecio y en la valoración de una lengua como la Baska que constituye un tesoro para toda la Humanidad y que causará el asombro general el día en que se empiece a conocer todo el caudal de información que contiene en relación con los orígenes de la cultura no ya occidental sino universal.

Duodécimo.- El Diccionario de la Real Academia Española prefiere buscar el referente etimológico de muchos términos castellanos en lenguas remotas que jamás se han hablado en España, antes que aceptar que esas voces son meros ecos de palabras baskas virtualmente idénticas y que forman parte de nuestro más profundo y genuino sustrato lingüístico. La única obsesión de los autores de nuestro Diccionario ha sido la de demostrar a cualquier precio -incluso el del ridículo- que el Castellano procede del Latín. Y ello, fundamentalmente, porque esa presunta maternidad convenía sobremanera a la jerarquía eclesiástica de la cultura española. Fruto de este empecinamiento anticientífico por establecer la filiación latina del castellano, el Diccionario confeccionado por la R.A.E. aglutina en sus páginas el más impresionante y nutrido florilegio de disparates que jamás se haya compendiado en libro alguno, haciendo no urgente sino apremiante la labor de redacción de un nuevo Diccionario que devuelva el vocabulario castellano a sus verdaderos cauces histórico-etimológicos. 85

Decimotercio.-  Gravísimo y además irreparable es el daño sufrido por todas aquellas lenguas que, siendo más antiguas que la Latina, han venido siendo desdeñadas en beneficio de ésta. Lo que, a falta de atención, de cultivo y de estudio, ha conducido a la virtual desaparición de algunas de las lenguas ancestrales del Norte de España: gallego, bable, montañés, kaló, euskera, fabla, aranés… Lenguas hacia las que la Real Academia Española ha mostrado siempre una absoluta displicencia. Se cuentan por decenas los escritos o comentarios irónicos, cuando no abiertamente despectivos, con los que los académicos y sus adláteres desdeñan a quienes no nos resignamos a que el Patrimonio Lingüístico hibérico se vea gravemente diezmado por mor de la aberrante preeminencia otorgada a la lengua Latina.

Las cifras ingentes que el Estado consagra a tratar de insuflar vida a las lenguas muertas, promoviendo su estudio en Colegios, Institutos y Universidades, deberían destinarse a conservar los últimos vestigios de las viejas hablas tradicionales de la Península Hibérica, gestadas todas ellas a orillas del Cantábrico. Esa labor de salvación o rescate es tanto más urgente y apremiante, cuanto que en el caso de varias de ellas está próxima a desaparecer la última generación de personas que las conocen y hablan, aunque sea en escasa medida.  86

Decimocuarto.- Distanciado de los estudios de Cejador y de Aguirre, aunque en sintonía con ellos, el objetivo de mis estudios filológicos se ha centrado en la reconstrucción del proceso de diversificación de las consonantes, así como en la recuperación de las formas más antiguas del habla humana, reconocibles a través de los vestigios que de ella han pervivido en todas las lenguas del planeta. Las herramientas principales de mi investigación han sido y siguen siendo las lenguas: Euskera, Kaló, Bable-Montañesa, Castellano-Catalana, Griega, Ketxwa, Indonesia, Gaélica, Galesa, Magiar, Bereber, Árabe y Swahili, teniendo siempre presente a las muy degradadas pero no por ello menos valiosas lenguas centroeuropeas: Francesa, Alemana e Inglesa.

Decimoquinto.- Todas las lenguas antedichas constituyen una representación harto cualificada de las lenguas habladas en los cuatro continentes, siendo las citadas en las primeras posiciones las que más fielmente han sabido perpetuar las pautas y la idiosincrasia de la primera lengua, común, hablada por la Humanidad. Y es que, con independencia de su hasta aquí tópica y gratuita clasificación por familias –indoeuropeas, semitas, amerindias, africanas…-, todas las lenguas de la Tierra comparten un origen común, defendido hoy por cuantos filólogos han emprendido investigaciones de Filología comparada similares a la que estoy desarrollando. 87

Decimosexto.- Sin el menor género de dudas, la lengua Baska es la que se ha mantenido más fiel al lenguaje primigenio, lo que la convierte en el más valioso patrimonio cultural de la Humanidad. Porque, como demuestro en mi obra, la ancianidad de las radicales vigentes aún en el habla euskérica se mide no en miles sino en decenas de miles de años. Lo que convierte a esta lengua y a su hermana la lengua Kaló en las más antiguas reliquia arqueológicas descubiertas… y por descubrir, al ser el Lenguaje la más antigua de todas las actividades culturales humanas.

Decimoséptimo.- La denominación de Española que la Academia trata de imponerle a la lengua Castellana, está prestando un flaquísimo servicio a la causa de la conciliación entre todos los Españoles, al identificar lo español con lo castellano y reafirmar a quienes no hablan habitualmente en Castellano, en su convicción de que no son Españoles. Máxime cuando lo castellano aparece identificado todavía con el régimen autoritario y centralista que ha padecido España durante cuatro décadas. 87