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Enrique Astiz, defensor del bien común frente a los ricos

Escudo Osasuna

Abogado hábil e inteligente, impulsor del deporte popular en Iruña y directivo de Osasuna, participó en el primer ascenso a Primera División con Natalio Cayuela como presidente. Su compromiso político y social le condenó a la muerte, asesinado como muchos otros de sus compañeros en aquel fatídico verano del 36.

Fotomontaje con el rostro de Enrique Astiz Aranguren, directivo de Osasuna antes de la Guerra Civil y asesinado tras el golpe de 1936.

Fotomontaje con el rostro de Enrique Astiz Aranguren, directivo de Osasuna antes de la Guerra Civil y asesinado tras el golpe de 1936.

«Estuvo conmigo y con Antonio Mendizabal en Barcelona. Un año que jugaba Osasuna en Sabadell, y nos pasamos cinco días por San José». Estas palabras de Modesto Urbiola Oroquieta se refieren a un partido disputado el 20 de marzo de 1932, semifinales de ascenso a Segunda, 2-1 en la ida y 3-0 en la vuelta en San Juan el día 27. Osasuna llega a la final y termina campeón logrando el ascenso a Segunda División. Entre los jugadores que participan encontramos a Andrés Jaso. El testimonio fue recogido por Jimeno Jurío en unas fichas que formaban parte de en un trabajo minucioso y pionero sobre la represión en Navarra tras el golpe del 36, la llamada «Relación de Paris (1977)».

Cuando iniciamos nuestras investigaciones sobre la represión en Osasuna, conocida la vinculación de Astiz con el fútbol, sospechamos sobre la posibilidad de que el «Sr. Astiz», miembro de la Junta de Osasuna al que se refería Diario de Navarra en 1934, fuera nuestro personaje: Enrique Astiz Aranguren. Fue presidente del Aurora CF en 1927, el club que junto al Indarra y Osasuna formaba el trío que dominaba la competición local. Formó parte de los fundadores de la Federación Navarra de Fútbol (1928), y se granjeó la amistad de acreditados futboleros de la época, como Jesús Monzón. Fue testigo de la boda de este último con Aurora Gómez Urrutia; amigo y abogado defensor del periodista Alberto Lorenzo; amigo, vecino y compañero de Ramón Bengaray Zabalza. Todos estos datos nos hacían sospechar muchísimo. Podía tratarse de él. Efectivamente, dimos con la confirmación: «¿Un nuevo campo de deportes? Nos manifestó también el señor Azcárate que le habían visitado en su despacho oficial los directivos de Osasuna don José Olaso y don Enrique Astiz para darle cuenta de los propósitos del club de construir un nuevo campo de deportes en las inmediaciones de Larrabide» (Diario de Navarra, 15/8/1935).

Un prometedor abogado

Había nacido en Cadreita en 1904 y a la edad de cuatros años se trasladó junto a su familia a Pamplona. Su padre era comisionista y disfrutaba de una posición económica desahogada, lo que permitió que Enrique estudiara Derecho en Salamanca. No se le dieron mal los estudios: «De Salamanca el aventajado estudiante de Derecho en aquella Universidad, don Enrique Astiz y Aranguren» (Diario de Navarra, 01/10/1924). Realizó el servicio militar en el cuerpo de Artillería, junto a otros navarros que, como él, sufrirían la represión tras el golpe de 1936. Compañero de mili de Serafín Goicoechea Guinda (asesinado), de José Goñi Urriza (exiliado) y de Serafín Uriz Ichaso (interno y enfermo en campos de concentración). En 1931 aparece como testigo de bodas del industrial republicano burladés Jesús Artola Goicoechea y Alejandra Goñi Guillenea, hermana del futbolista y directivo osasunista Martín y del directivo Anselmo, concejal de Pamplona. Jesús Artola llegó a ser gobernador civil de Gipuzkoa durante la República y tras el golpe tuvo que exiliarse. Una constante en esta relación de represaliados son los círculos de amistades, donde sorprende la diversidad ideológica. Se da una repetición y coincidencias en varias entidades (deportivas, culturales y sobre todo políticas) y, como en el caso de Enrique, en los espacios físicos como las calles, al que luego nos referiremos.

«Era muy alegre, pequeñín. Era listo. Tendría unos 26 años», continuaba la descripción de Urbiola. «Un joven con una carrera prometedora en el mundo del Derecho: Ha sido admitido e incorporado al Ilustre Colegio de Abogados de esta capital el culto licenciado don Enrique Astiz Aranguren y juró su cargo de abogado ante la Sala de Gobierno de la Audiencia (…) deseándole muchos triunfos en su honrosa profesión», publicaba Diario de Navarra. Una carta con su firma viene a reconocer y agradecer a Fernando Arvizu (al que llama maestro en su carrera) por su contribución al interés general recogida en Las donaciones inter-vivos en el Derecho civil de Navarra y propone un homenaje para él al resto de colegas. El juez Luis Elío escribe en similares términos.

Una sociedad en conflicto y su compromiso por los derechos humanos

En 1931 intervino como abogado en la defensa de un grupo de vecinos de Isaba en el Consejo de Guerra formado contra quince de ellos acusados de insultar a la Guardia Civil. Los guardias civiles habían acudido a la localidad roncalesa para disolver a un grupo de vecinos de izquierdas que se manifestaban en contra de un mitin fuerista. La intervención fue muy violenta, disparando contra el grupo de tal modo que un vecino resultó muerto y otro herido. El guardia civil responsable de los disparos fue condenado a una pena de seis meses de prisión. En 1933 participó también como abogado defensor en el Consejo de Guerra contra 18 vecinos de Buñuel acusados de insultar a la fuerza armada. En este juicio tomó parte también el abogado y osasunista Estanislao Aranzadi. En 1934, junto a Julia Álvarez, defendió a Segundo Juaniz y Miguel Escobar, acusados de tenencia de armas sin licencia. En 1935 al periodista y osasunista Alberto Lorenzo, por la publicación de un artículo por el caso Serval. «ASTIZ llevó el pleito de Cáseda, en favor del Ayuntamiento, contra los ricos. Un pleito famoso en el que hubo hasta muertos», dice el testimonio de Urbiola.

En 1936 es abogado defensor junto a Jesús Monzón y Estanislao Aranzadi en el Consejo de Guerra contra Toribio Echeverría Ibarra y 169 presos más en la cárcel de Pamplona, acusados de rebelión militar por lo sucesos revolucionarios de Eibar en octubre de 1934. Enrique es elegido aquel año secretario jurídico del Socorro Rojo Internacional, organización que servía de apoyo a los presos encarcelados por los sucesos de Asturias en 1934.

Su pasión y desenvolvimiento por la Justicia le llevó a expresar su opinión públicamente en cuestiones como la igualdad de género, algo muy avanzado para la época (1929). En su artículo sobre Los trajes femeninos publicado en el diario liberal El Pueblo Navarro se refería a la declaración de un modista londinense sobre las nuevas tendencias en el vestir y el necesario avance y participación de la mujer en la sociedad, la ciencia y la política.

Los Astiz, deportistas y solidarios

Presidente del Aurora CF, cuya nómina de 1927 aporta varios represaliados: Emilio Salvatierra, Cecilio San Martín, Teodoro Urdíroz, José Lusarreta y Félix Lezáun Ros. En 1929, con 65 votos, fue elegido miembro de la Junta de la FNF presidida por el nacionalista Pedro Ardaiz. Como abogado que era, resultó lógica su designación como secretario. Eran los años de crecimiento y de la popularización del fútbol en Iruña. En aquellos inicios coincidió con varios directivos que terminarían vinculados a Acción Nacionalista Vasca (ANV) como Archanco, Arbea y su hermano Ángel. Pero no sólo de fútbol vivía Enrique: Fue nombrado abogado asesor de la «Asociación de Pelotaris de Remonte» en Navarra en 1930. Estaba involucrado en otras actividades deportivas como la natación, donde su hermano Ángel fue uno de los fundadores del Club Natación Pamplona. Con ocasión del Cuarto Campeonato de Natación en 1933, realizó una donación para colaborar en el evento junto a otros osasunistas como Bengaray, Indave y Zalabardo. El deporte era seña de identidad de la familia. Otro hermano, Alfonso, fue atleta del CA La Navarra.

También colaboró en el Homenaje a Remigio Múgica, director del Orfeón Pamplonés, junto a otro osasunista, Eladio Zilbeti, y una lista de personas muy variopinta. Donaciones de 10 pesetas para el Orfeón Pamplonés, para la casa de Misericordia, etc. Aparece también junto a su hermano Alfonso en una suscripción popular para la fiesta de Reyes y obsequios de juguetes a los niños del Hospital, inclusa, asilos y cantinas, suscripción en el homenaje al secretario del Gobierno Civil Modesto Font, quien años después terminaría siendo gobernador civil en Navarra tras el golpe, responsable último con su firma de la puesta en «libertad» de 52 presos llevados a fusilar a Valcaldera, entre los que estaban varios compañeros y amigos comunes como el presidente de Osasuna Natalio Cayuela y su hermano Santiago, ambos abogados.

Fue galardonado y subvencionado por la Biblioteca Olave (1933) y junto a Javier Medrano publicó Derecho privativo navarro (Imprenta Bengaray, 1932). Fue accionista del periódico republicano Democracia, cuya rotativa estaba frente a su casa.

Varios asesinados en un pequeño espacio de calle

En 1932 el matrimonio se instala en un piso de la calle Mayor de Iruña que ocupa los portales 69, 71 y 73 (en la actualidad corresponde al número 57). Viven en el 1º izquierda. Su mujer, María Aicúa, era natural de Caparroso. Junto a ellos, según el padrón municipal de 1935, una sirvienta de sonoros apellidos montañeses: Nicasia Biurrarena Sagastibeltza. Según Miguel Sánchez Ostiz, en su obra El Botín, allí (frente al piso de Enrique) instalaron el centro de Falange Española: «De hecho, un día que estaba en Madrid, le entraron a casa y se fumaron su tabaco y licores. Muy cerca estaba la panadería del falangista y periodista deportivo Jokintxo Ilundáin». Y en los portales contiguos vivían Eladio Zilbeti, Tomás Áriz, Eduardo Maestro (Firpo), Luciano Eguía y también Ramón Bengaray y su familia. Todos acabaron asesinados.

«Era bastante activo» (Gil, fichas de Jimeno Jurío). Su inquietud social y la preocupación por el bien común acabó con su vida. Formaba parte del comité organizador de Acción Republicana y más tarde de Izquierda Republicana. Se posicionó a favor del Estatuto Vasco Navarro junto a sus compañeros de partido y lo hizo público mediante un artículo en Democracia en junio de 1932. Participó en varios mítines en aquel año de 1936.

«Un empleado del Juzgado de Pamplona, que se jactaba de ser el número dos de Falange de Pamplona, hermano de un empleado del manicomio que anduvo de fusilero, andaba en plan de Juez (después tuvo otra misión mucho más macabra). Se apellidaba Nagore y tomó declaración a Enrique Astiz antes de fusilarlo» (Urbiola, 1977).

Según recoge Ana Martínez Rus, sus asesinos quisieron borrar el conocimiento y el saber quemando su «peligrosa» Espasa Calpe. En Navarra la quema de libros también fue un ritual frecuente tras el asalto a domicilios privados y centros públicos.

«Yo estuve con tres hermanos de ella en la cárcel en Madrid, en distintas épocas» (Gil, 1978). Eran Francisco, José y Julián Aicua Morón, mecánicos de profesión y ebanistas, condenados a varios años de prisión tras la guerra, al recuperar la libertad, alguno de ellos terminó en el exilio.

Fue asesinado en el Perdón el 8 de agosto de 1936. Rota por el dolor, María Aicua, su viuda, puso una denuncia contra varios trabajadores del grupo Huarte que trabajaban en Madrid, la todavía capital republicana. Lo cuenta Javier Paredes Alonso en su biografía sobre Félix Huarte. Tuvieron más suerte que Enrique. Tras permanecer tres días en prisión, quedaron en libertad.

Osasunaren Memoria 19.05.2021


 

Los vascos precedieron a Castilla en América

pedro esarte
pedro esarte


He leído con interés el artículo publicado en DIARIO DE NOTICIAS el día 24 del pasado mes por Harri Fernández y Rubén Plaza sobre el posible origen vasco de Cristóbal Colón. Al respecto los vascos, si no deduzco mal (no soy euskadun) el puerto de Canarias que mira hacia Occidente lleva el nombre de Arguineguín, que, tomándolo como idioma vasco se puede traducir así: Argin-egin. ¿Dónde hace la luz? Y el nombre está tomado de un trabajo hecho por viajeros que habitaron Canarias con estancia en ellas entre los años 1402-1404 sobre lo que ya existía.

Aunque el trabajo hecho por franceses es de interés científico y no trata de los vascos que pudieran navegar por las Canarias, la calificación del uso de aquellas aguas con otras nominaciones sí pueden dar posibilidades de que naves vascas rodaran por aquellos puertos e incluso nominarlos. A mi parecer creo que pueden ser euskericas, al igual que de otros lenguajes, las palabras que trataron los investigadores en las diferentes formas, llevaron a efecto en su estancia en sus aguas, en los años 1402-1404, lo que quedaría para los expertos en sus análisis pero además nos pueden servir a los profanos como conocimiento de los hechos.

En el Estudio, Trapero (uno de sus autores) visiona la toponimia de Canarias en base al libro escrito por los autores de un viaje y su estancia de 2 años y que transcribe topónimos y los atribuye al idioma guanche entre los que se halla la palabra Arguineguín. Además, cita la existencia de expediciones anteriores, y enrte ellas las expediciones de los hermanos Vivaldi a fines del siglo XIII, el de Lanceloto de Marocelo en las primeras décadas del XIV, el de la expedición de Nicoloso de Recco y de Angelino di Teggia de 1341, el de Martín de Avendaño de 1377 y expediciones catalano-mallorquinas y portuguesas de 1341, 1342, 1346, 1352, 1360, 1369, 1370, 1386 y 1396, lo que de por sí muestra unas navegaciones tempranas. También recoge grafías o topónimos entre las que incluye Arguineguín, aunque les da origen guanche.

Arguineguín es citado en Le Canarien con motivo de los dos viajes de exploración que hicieron los franceses a la isla de Gran Canaria, en cuyas costas «atracaron y pasaron once días una segunda vez, con muy malos recibimientos por parte de los nativos, que los atacaron, los derrotaron y mataron a 22 hombres». La extensión temática del citado estudio no puedo continuarla debido al ajuste necesario para un artículo de prensa. Del caso tenemos fehaciente tradición oral que ha conservado el nombre Arguineguín, computable con la tradición pesquera de los vascos que compartieron sus conocimientos con vikingos y normandos en las pesquerías al norte y los conocimientos que, aunque no nos han llegado, en Canarias y de lo que la nominación del citado nombre tiene un significativo explícito. De Le Canarien (título del estudio) se desprende la variabilidad de significados sin que podamos definirlos como unitarios.

Los citados investigadores franceses exponen que el puerto de Arguineguín es muy bueno porque tiene las aguas quietas, lo que viene a justificar su uso en épocas tan tempranas. La opinión de dichos autores sobre este nombre les lleva a afirmar que «puede explicarse como un nombre compuesto de tres elementos: arguin + n + guin«. El primer componente seguramente esté relacionado con el nombre arguin y que lleva un islote de la costa mauritana (paralelo 16º 25´ oeste y 20º 33´ norte) y el papel primordial que relacionan en los siglos XV y XVI con la existencia de un pozo permanente que servía a los barcos europeos para el abastecimiento de agua potable.

Arguyen además que el componente léxico arguin puede considerarse el plural del bereber argán, que designa un árbol típico de las regiones semidesérticas y costeras del sur marroquí; por su parte, el componente último -guin sería un demostrativo de lejanía, pero creo que son tan supuestos como el Arguineguín que dicen significar literalmente en el plural del bereber argán, que designa un árbol típico de las regiones semidesérticas y costeras del sur marroquí los árboles de allí. Lo expongo con estos datos en contrario para que quien desee argüir teorías sepa que el tema queda sometido a interrogantes.

El tema es paralelo al conocimiento del mar y tierra que los marineros de los siglos XIII y posteriores conocían, y viene a cuento al deducir el estudio que lleva José Mari Ercilla sobre la posibilidad de que Cristóbal Colón fuera de la Baja Navarra o sus lugares adyacentes. Al respecto, el año 1993 edité un libro que titulé Juan de Jasso Nabarro de San Juan de Pie de Puerto Vecino de Temistitan, México a partir del año 1502, es decir residía en México 17 años antes de que Hernán Cortes lo descubriera, y que hizo a un sobrino de igual nombre ir a Temitixtan, al pedirlo a la familia de su lugar de origen (San Juan de Pie de Puerto) 15 años más tarde para que fuera a donde el residía.

El dato proviene de los testigos de un juicio celebrado en San Juan de Pie de Puerto para demostrar la hidalguía de Francés de Xabier (futuro San Francisco). Los relatos de los testigos aseveran así que los conocimientos e incluso emigraciones tempranas de los vascos se tenían por el mar, y que incluso viajaban metódicamente al lugar señalado de México hasta el punto de mantener una correspondencia como se demuestra con los interrogatorios del juicio. El proceso se halla en el AGN y las pruebas de navegación se perdieron cuando el emperador Carlos V de Alemania y 1º de España invadió la zona portuaria de San Juan de Lux y destruyó la ciudad quemándola al compás de la desaparición de sus archivos y documentaciones.

Aún guardo ejemplares de mi publicación y están a disposición de los citados autores o del investigador que trata de conocer el origen de Colón, para el que nada aporto, salvo que las dudas sobre su origen y con ellas sus conocimientos pudieran derivar hacia la Baja Navarra y/o sus valles adyacentes.

Pedro Esarte Muniain