Archivo del mes: julio 2021

Homenaje a Germán Rodríguez en Iruñea 43 años después, porque «la mala hostia no se pasa»

German

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Ni el covid ni la suspensión de los sanfermines han impedido a numerosas personas congregarse ante la estela de Germán en Iruñea para seguir pidiendo verdad, justicia y reparación 43 años después y con el apoyo de 16 asociaciones. Porque «la mala hostia no se pasa», ha resumido una participante.

Ni el cielo plomizo y la mañana fresca, ni la omnipresente y latente amenaza del covid tras el brote de Salou, ni la suspensión oficial de las fiestas han impedido que numerosas personas hayan participado en el homenaje a Germán Rodríguez, muerto en los sanfermines de 1978 por un disparo policial.

Desde las 11 de la mañana se han ido sucediendo las personas que se acercaban para recordar a Germán con la ofrenda de un clavel que era colocado en un panel en el que se podía leer el mensaje «43 urte justiziarik gabe». Se encontraba al lado de la estela en recuerdo al iruindarra, donde también han sido colocados varios ramos de flores, y cerca de un mosaico con la imagen de Germán realizado por Lázaro Moreno.

Delante, una pancarta con las imágenes de Rodríguez y Joseba Barandiaran mostraba el mensaje «Gogoan zaituztegu» y era portada por relevos por personas pertenecientes a las 16 asociaciones de memoria histórica que se han sumado al acto.

Entre los asistentes figuraba Esther Zabalegi, quien, tras colocar su clavel en el panel, ha levantado el puño y lanzado un fuerte irrintzi, antes de ofrecer a NAIZ sus intensos recuerdos de aquel fatídico día de sanfermines del 78. «Yo estuve aquel día aquí. Fue impresionante, fue terrorífico; ese miedo, ese terror, esa impotencia ante una injusticia que todavía no quieren aclarar», explica.

Según rememora lo sucedido, la ira se va apoderando de Zabalegi para señalar contundente que «la mala hostia que tengo no se me pasa. Todos los años vengo el día de Germán, porque no tuve la suerte de conocerle, pero es casi como le conociera».

A sus 83 años, despliega un envidiable espíritu de lucha, que anima a compartir porque «hay que seguir luchando contra todas las injusticias, como ayer con Nagore Laffage. Tengo más de 80 años, pero aquí sigo, porque hay que luchar por todos, por nuestras pensiones, por los jóvenes, por todos».

Precisamente un grupo de jóvenes le ha tomado el relevo poco después ante la estela en recuerdo de Germán para depositar un ramo de flores. El encargado de hacerlo ha sido Ibai, un veinteañero que ha colocado esa ofrenda «en nombre de la peña Aldapa. Venimos todos los años para que no se olvide lo que pasó. Siempre apoyaremos que se haga justicia».

Ibai forma parte de la junta de Aldapa, dentro de un «grupo de jóvenes, pero por serlo no queremos que se olvide. A nosotros no nos tocó vivirlo, pero a nuestros padres y abuelos, sí y por eso estamos aquí». Como hacen siempre, «porque venimos todos los años y este no iba a ser menos. Hay que mantener el homenaje sí o sí, haya fiestas o no».

El acto de recuerdo en sí ha comenzado a las 13.00 horas con un aurresku y unos bertsos a los que ha seguido la lectura del comunicado de SF78 gogoan!

La memoria, un deber social

En el mismo han recordado los años transcurridos desde los sucesos del 78 y han destacado que «estamos demostrando que la memoria es un deber social, que las heridas no están cerradas y la única forma de tratarlas es en términos de verdad, justicia y reparación».

Han puesto el acento en que el Gobierno español acaba de presentar un anteproyecto de Ley de Memoria Histórica, lo que «significa que, después de tantos años transcurridos desde el criminal golpe militar de Franco, de la no menos asesina dictadura que le siguió y de una tramposa transición que permitió lo fundamental del régimen, aún está pendiente el recuperar, dignificar y hacer justicia a la memoria dolorida y ocultada de quienes lucharon por la democracia y la libertad».

Además, se ha puesto de relieve que las asociaciones de memoria, organismos sociales y sindicales «se han unido para exigir que esa Ley de Memoria garantice el cumplimiento íntegro de las advertencias que hacen al Estado español los organismos internacionales sobre Derechos Humanos». Entre otras, han recordado «la derogación de la Ley de Amnistía de 1977 y la aplicación de los principios del Derecho Internacional y de Justicia Universal a los crímenes contra la humanidad cometidos, que deben ser juzgados porque no existe prescripción para ellos».

También han exigido «la urgente modificación y derogación de la Ley de Secretos Oficiales vigente, que data de 1968, para que se garantice el libre acceso a los archivos existentes como paso fundamental para acceder a la verdad».

Por otro lado, han denunciado que «nos encontramos con quienes, desde las instituciones o sus aledaños, actúan como auténticos organizadores del olvido. Y el ejemplo más próximo lo tenemos en el golpe de mano que el equipo de gobierno municipal de Navarra Suma ha querido dar para mantener íntegro el edificio de Los Caídos que es, en sí mismo, un símbolo de impunidad de los crímenes cometidos por los golpistas en Navarra»

Finalmente, han destacado que «por todo esto estamos aquí y seguiremos presentes mientras nuestros objetivos sigan pendientes. Porque no se puede construir el presente y menos el futuro con un pasado basado en la impunidad».

Como colofón del acto, ha cantado Fermín Balentzia con su inseparable guitarra, se ha entonado el ‘Eusko Gudariak’ y ha retumbado por la avenida de Orreaga de Iruñea un grito fuerte y claro: «Herriak ez du barkatuko!».

Naiz


 

La batalla de Noáin y su desesperante corolario

Josu Sorauren

Josu Sorauren


Decir que el ejercicio de la violencia varonil, machista o paternalista, ha diseñado durante milenios la sociedad humana, me parece una obviedad.

Prácticamente, casi todos los estados actuales, los sistemas económicos y políticos, se han configurado bajo el ejercicio de la violencia. Es decir, bajo el imperio de las armas, rarísima vez, bajo la virtud de la palabra o del pacto libre entre iguales.

No sabemos, que si de haber regido los destinos de este planeta el matriarcado en lugar del patriarcado, hoy día, los resultados hubieran sido más igualitarios, menos perversos, más humanos. Un servidor no solo cree que sí. Es más, tiene la seguridad de que es el único recurso que nos queda para humanizar y salvar este planeta.

La batalla de Noáin la hemos de situar en este contesto de violencia, que ha dirigido y actualmente maneja el mundo. Una auténtica tragedia, en todos los sentidos, para el pueblo navarro.

Económicamente, cerrando nuestras relaciones con Europa. Políticamente, interviniendo descaradamente nuestra soberanía foral. Y humanamente, 5.000 navarros, perecieron. Desparramaron sus cuerpos rotos por los trigales de Getze, lo que para un pequeño pueblo como el navarro puede considerarse un auténtico genocidio.

Una atrocidad que el ejército más devastador de aquella época, Castilla, confabulada con Aragón, infligió a los navarros.

La violencia paternalista creó su específico derecho. El derecho de conquista, diversos derechos de pernada…, la esclavitud… Y por si fuera poco, para mayor sometimiento de las plebes, instituyó las religiones.

Todos sabemos, como éstas, matrimoniadas con los poderes amos de la violencia institucional, coartaron a los ciudadanos. Es decir, liquidaron la libertad de las conciencias y penalizaron el ejercicio soberano de la voluntad del ser humano.

Y así fue. Tras la tragedia de Noáin, nos llegó la impronta propia del imperio español, inquisiciones, tributos especiales para las corrompidas arcas imperiales, agentes aniquiladores de nuestro patrimonio lingüístico y cultural, etcétera, etcétera.

No quiero entrar en la dialéctica vergonzosa e interesadamente tergiversada de los aduladores del vencedor… Esos que bendicen el desastre de Noáin diciendo que aportó prosperidad a Navarra. Y eso, más que ceguera, como decía el coplista de Monteagudo es desvergonzada malicia. Pero bueno…, «doctores tiene la iglesia…».

Y no entro en tal polémica por una razón bien simple.

Si como tan pomposamente vocean los pregoneros oficiales, podemos sentirnos orgullosos de vivir en un sistema democrático, aceptemos sus principios.

Uno de esos principios, y dudo del espíritu democrático del que no lo acepta, es el derecho a la libre autodeterminación de los pueblos. Y en el mismo sentido, la condena de cualquier resquicio de colonialismo…

Pues bien… ¿Hay alguien que científicamente demuestre que, tras el descalabro de Noáin, se permitió alguna vez a los navarros expresar libremente su voluntad? Es decir, puesto que contra nuestra voluntad, nos encerraron en una España, que tal vilmente nos humilló esta tan cacareada democracia, ¿permitirá expresarnos? ¿Se nos dejaría pensar y optar sin cortapisas legales en un agiornamiento de nuestro fuero, en el tipo de vínculos con el estado, o en la renuncia a tales vínculos…?

¿No es eso el puro espíritu democrático, la libre expresión de la ciudadanía?

A ver si estas democracias que vivimos, son pura pacotilla y solo nos permiten aceptar las leyes que los vencedores fabrican convenientes a sus intereses.

¿Es que al fin y al cabo solo van ser democráticas esas leyes? ¡Pues vaya democracia de chichinabo! Pues eso, que en Noáin nos robaron nuestra soberanía, y que ahora seguimos igual.

Josu Sorauren