Archivo del mes: mayo 2018

Botellas para recordar los 80 años de la fuga del Fuerte de San Cristoba

2018-05-20, Berriobeiti. Ezkaba iheslariei urteko omenaldia.

20-05-2018, Berriobeiti. Homenaje anual a los fugados de Ezkaba.

2018-05-20, Berriobeiti. Ezkaba iheslariei urteko omenaldia. 20-05-2018, Berriobeiti. Homenaje anual a los fugados de Ezkaba.


Casi 800 presos escaparon el 22 de mayo de 1938 del penal franquista de San Cristobal, en el monte Ezkaba. Solo tres llegaron a Nafarroa Behera. Más de 200 mueriron. 80 años después sus familiares y representantes de la sociedadad Navarra recordaron estos hechos y les brindaron su homenaje.

Los catorce presos que organizaron la fuga fueron fusilados. Ayer, se les recordó con botellas de cristal con su nombre. Este tipo de botellas fueron enterradas junto a sus cuerpos tras ser fusilados –hay un llamado «cementerio de las botellas» en el monte Ezkaba, cerca del fuerte–, lo que fue determinante para poder identificarlos. .

Uno de estos catorce fusilados fue Antonio Escudero. Ayer, su sobrino nieto, del mismo nombre, recordó su figura. Explicó que cuando se produjo el golpe fascista tenía 19 años y que defendió la Casa del Pueblo de Valladolid. Cayó prisionero y fue trasladado al fuerte del monte Ezkaba. «Nos demuestra que fue un joven valiente, honesto, consecuente con sus orígenes humildes, obreros. No hace falta que sepamos nada más. Con esto es suficiente», destacó.

«Fue honesto también con sus ideas de libertad, de justicia, de libertad. Todo aquello que perdimos cuando perdimos la guerra después», añadió, antes de agradecer el apoyo recibido por la asociación Txinparta durante estos años.

Montse Sanz llegó ayer a Ezkaba desde la localidad castellana de Cuéllar. Su abuelo Andrés Rodrigo lo hizo como preso en 1938. Fue uno de los muertos en la fuga. Su cuerpo no ha sido encontrado. «Estamos muy agradecidos por poder homenajearlo hoy aquí, al igual que a todos los represaliados del fuerte de San Cristóbal», señaló.

Ana Fernández es hija de Jovino Fernández, un minero de la provincia de León que militaba en la CNT y que participó en las defensas de Uviéu y Bilbo del ataque franquista. Tras ser hecho prisionero fue trasladado al fuerte de San Cristóbal. Era el preso 2.332. Fue, junto a Valentín Lorenzo y José Marinero, uno de los tres únicos fugados que logró llegar a Nafarroa Beherea. Fueron trece días escondiéndose en los montes navarros mientras eran perseguidos por curas con fusil y requetés con boina roja. Un pastor le dio pan y queso y le ayudó a llegar hasta Urepel. Posteriormente, se incorporó a las fuerzas republicanas en Catalunya y luchó en el frente del Segre. Tras la caída republicana volvió a exiliarse en el Estado francés.

El grupo del gallego Seso Durán interpretó la canción “O cemiterio das botellas”. Su abuelo, Benito Pastoriza, fue uno de los presos de San Cristóbal. Era de Bueu, una pequeña localidad, que tenía a 22 de sus vecinos en las mazmorras del fuerte. Siete de ellos se fugaron.

Los presos que estaban en el fuerte de San Cristóbal eran originarios de distintos territorios. Ayer sus familiares llegaron de Castilla, Galicia, Catalunya, del Estado francés, de Euskal Herria… Desde la localidad castellana de Cuéllar llegó un autobús. En San Cristóbal había varios presos de Cuéllar, donde existe un castillo que tiene una historia paralela a la del fuerte del monte Ezkaba. El duque de Alburquerque lo cedió a los franquistas para que fuera usado como cárcel hasta 1966. Antonio de Benito, de IU-Cuéllar, explicó a GARA que intentaron colocar un monolito en recuerdo de los presos, pero el Ayuntamiento se lo impidió. Recurrieron a los tribunales, pero ni el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ni el Constitucional español lo permitieron.

Recuperar la memoria

En Nafarroa, las cosas están mejor que en Cuéllar en lo que se refiere a la recuperación de la memoria histórica. Aunque Víctor Oroz, de Txinparta, recordó que el monolito en recuerdo a los presos del fuerte ha sido atacado en repetidas ocasiones desde que se colocó por primera vez hace 30 años. Ahora, los ayuntamientos de Antsoain, Berriozar, Berriobeiti y Ezkabarte se han comprometido a colaborar en su mantenimiento y cuidado.

En el acto de ayer estuvo presente la consejera de Relaciones Ciudadanas e Institucionales del Gobierno navarro, Ana Ollo, que reconoció que «las instituciones hemos llegado tarde a la memoria». Pese a ello, subrayó que el Gobierno navarro, desde 2015, ha trabajado en la recuperación de la memoria histórica hasta el punto de ser un referente. Entre los asistentes también se encontraban los parlamentarios Marisa de Simón y José Miguel Nuin (I-E) y Fanny Carrillo (Podemos-Ahal Dugu), además del senador de Unidos Podemos Iñaki Bernal.

Ollo explicó que se han recuperado los cuerpos de 43 presos fugados de San Cristóbal –los últimos cuatro la semana pasada–, se ha creado un banco de ADN para cotejar identidades con familiares y se han impulsado distintas iniciativas para transmitir lo sucedido. Entre ellas, subrayó la que tendrá lugar el 6 y el 7 de junio, cuando alumnos de institutos navarros recorrerán el GR 225, que une el monte Ezkaba con la localidad bajonavarra de Urepel.

Víctor Oroz, de Txinparta, destacó que quedan cientos de cuerpos desaparecidos en Ezkaba, «pero San Cristóbal es también el nombre al que aferramos la memoria, que pese a todo va emergiendo».

Gara, 21/05/2018


 

Abrir el tapón a la libertad

tomás urzainki

tomás urzainki


Tomás Urzainqui. El alzado tenebroso del mausoleo -panteón, sepulcro, cripta- de pesado cemento y ladrillo, chapeado en piedra, apología de crímenes execrables contra la humanidad que no prescriben, en permanente amenaza y negación de la vida y la libertad, de día y de noche, sobre las cabezas de los ciudadanos y de toda Navarra, terrible depósito de odio gélido, es el significante genocida de los Caídos, levantado para perpetuar la pertenencia a las depravadas mentes que han matado fríamente a muchos miles de indefensos navarros y navarras, y moralmente al resto.

No es un periclitado monumento, comparable a los de exaltación del fascismo de la época en otros lugares de Europa, donde fue derrotado y restituida la democracia de inmediato, el de aquí es la continuada negación y falsificación de la memoria del pueblo navarro, mientras esté en pie insalvable obstáculo para el pleno ejercicio de la libertad y la democracia, marcando con él la propiedad privada de Navarra a manos de los genocidas y de sus herederos.

La juventud navarra ha podido comprobar hasta ahora que no posee un horizonte abierto, pues lo han prefijado con mugas para su presente y futuro. Así, sin que nuestra nueva generación haya tenido nada que ver en ello, se encuentra con la limitación de tener que vivir, al parecer para siempre, en una sociedad donde ya han sido amojonados los alcances máximos al desenvolvimiento de los derechos que le pertenecen, ocultados y negados en la actualidad, pues una cosa es la teórica garantía de los mismos en la legalidad oficial, y otra muy diferente la cruda realidad, porque de hecho constatamos que continúan los monopolios absolutistas, donde por nosotras y nosotros otros ya han decidido e impuesto para siempre, además a sangre y fuego, cuál ha de ser nuestro futuro. Así, y a título de ejemplos, a qué Estado debemos pertenecer, qué creencia religiosa debe ser única o hegemónica, en qué sociedad debemos vivir tras dividirla en vencedores y vencidos;reiterándose las injustas prácticas contrarias a los derechos de los ciudadanos como la falsa imputación de terrorismo a los jóvenes de Altsasu a pesar de ser negada por los jueces navarros, o el divorcio legal con la sociedad navarra en el caso deLa Manada. En suma, necesitamos quitar el tapón que cercena el libre ejercicio de nuestros derechos.

Hoy, la gente navarra, tanto la que era mayor de edad cuando murió en la cama el genocida dictador en 1975, como la que lo padeció desde 1936, lleva demasiados años de sufrir también como víctimas de los enemigos de la libertad, igualdad y unidad de la sociedad navarra, tras el golpe militar carlo falangista, triunfante por aquel genocidio, causado por ellos sangrientamente. La estrategia que también han seguido los camuflados neofascistas, tras la muerte de Franco, consiste en hacer desaparecer los vestigios de la violencia ejercida continuadamente contra las legalidades, la navarra y la española, y sobre la población en general, así borran los lugares de la memoria de las víctimas, como mediante la demolición de las cárceles de Pamplona y de San Cristóbal, en las que encerraron a miles de ciudadanos no adeptos a ellos, muchos de los cuales antes de ser asesinados;el despacho de capitanía desde el que Mola conspiró contra la legalidad republicana española, dirigió el golpe militar, ordenó la eliminación física de todos los supuestos desafectos y el balcón desde donde arengó a los golpistas;los edificios empleados para lugares de detención y tortura, los Escolapios los carlistas, los Salesianos los falangistas;para mantener sólo el símbolo de la memoria de los vencedores, de manera que parezca natural su presencia y que nada pueda recordar la forma en que consiguieron imponer su nuevo orden que pretenden sea perpetuo. Al revés de lo que se ha hecho en la Europa liberada del fascismo y del nazismo, donde sí se conservan los lugares de aquellas atrocidades, pero no sus símbolos y apologías.

Aunque parezca ocioso el repetirlo, es imprescindible recordarlo, los Caídos afectan al conjunto de la sociedad política navarra, porque los fascistas insurgentes, al agredirla, se autoexcluyen de la misma. Por eso la sociedad navarra se ve obligada a defenderse de ellos derribando su símbolo. Hablar solo de dos bandos enfrentados, en la práctica es como legitimar al grupo rebelde, alzado en armas frente a la legalidad de todos, convertidos por aquellos en agredidos indefensos, que se defienden cuando pueden hacerlo. Aquel bando faccioso, formado por milicias fascistas españolas, carlistas y falangistas, unidas al ejército español golpista, sublevados contra el pueblo y ayudados por los ejércitos alemán, italiano y los mercenarios marroquíes, aplicando toda su violencia armada contra la ciudadanía indefensa. La perpetuación en la actualidad del paradigma de los dos bandos enfrentados como causa del golpe, la guerra y la dominación, además de ser en buena medida un fraude negacionista, hoy sólo ayuda al fascismo. Ya que en la realidad sólo hubo un bando, el faccioso y golpista, mientras que toda la sociedad fue y es su víctima.

El 36 no ha terminado, todavía es presente, las víctimas más directas y el resto continúan, continuamos en gran medida sometidos a lo iniciado entonces. Víctimas de las agresiones de todo tipo del fascismo que no cesa, hasta que consigamos la victoria de la libertad todos las sufrimos, nadie se libra, si no es fascista. Ver esto es clave ahora para poder derrotarlo y acabar definitivamente con el fascismo. El problema es que se pierde u oculta la perspectiva de que el presente es un continuo del 36, con gran gusto de los fascistas. Uno de los grandes goles que nos ha metido el franquismo es el sentido que se le da oficialmente a la Memoria Histórica, cuando en realidad es la actualidad continua o los actos continuos antidemocráticos contra los derechos humanos. La República navarra, la libertad o la democracia son presente negado y agredido, no solo memoria.

La unión de toda la sociedad navarra, mayores y jóvenes, en transversal unidad en la defensa de sus libertades, con un futuro en el que ya no haya división entre vencedores y vencidos, ni guerras civiles y genocidios, donde se conozca la verdad sobre lo que aquí ha pasado, y sobre todo que no haya continuidad en el sometimiento a las versiones fraudulentas y negacionistas de los conquistadores y absolutistas, que pretenden seguir imponiendo su permanente control liberticida.