¿Héroes o villanos?

2021-06-19, Iruñea. Nafarroa Berriz Altxa ekimenak deituta, manifestazioa eta ekitaldia Iruñean. 

19-06-2021, Pamplona. Manifestación convocada por la iniciativa Nafarroa Berriz Altxa.

Los navarros que lucharon en 1521 contra los castellanos en Noain sabían que el triunfo sería su gloria y la derrota su perdición. Y así fue. Los defensores de Navarra sufrieron persecución, escarnio, muerte y exilio. Solo quienes se plegaron a la voluntad del rey castellano fueron indultados, pero aun así sufrieron el rechazo de sus vecinos beamonteses e incluso sus denuncias ante la justicia real por mantener sus deseos de volver a ser navarros independientes.

Estos hechos sobre la batalla de Noain se documentan en una interesante exposición que se puede ver estos días en el Palacio Real de Iruña. Mientras el rey de Castilla indultaba a los perdedores, los beamonteses navarros les seguían denigrando para mantener sus privilegios.

Quinientos años después un monumento les recuerda y honra en Salinas de Pamplona. ¿Fueron héroes o villanos? Los procastellanos de hoy los consideran villanos, los defensores de Navarra los consideran héroes y ejemplo a seguir.

El Gobierno Vasco ha reabierto un debate histórico sobre la consideración de héroe o villano en nuestro país al presentar su Plan de Paz y Convivencia y exigir a los militantes de ETA y a las organizaciones de la izquierda soberanista vasca que reconozcan que estaban equivocados, que quienes usaron las armas nunca lo debieron hacer.

La dicotomía patriota-traidor, en nuestro país ya empezó hace quinientos años, pues mientras Vélez de Medrano, alcaide del castillo de Amaiur, era ajusticiado por traidor, los condes de Lerin, Gendulain y otros eran premiados por la Corona de Castilla con prebendas y propiedades, precisamente por ser traidores a su Rey natural. También entonces varios señores vizcaínos fueron premiados por acudir a la batalla de Noain con sus milicias en apoyo al rey castellano.

Desde Vélez de Medrano hasta nuestros días, han sido multitud las personas que en cinco siglos han tomado las armas en defensa del país, bajo una u otra bandera, causa o llamamiento. Y feroz ha sido la represión aplicada por los invasores. Empezando por Hondarribia en 1524, conspiraciones a lo largo de quinientos años, procesos de brujería donde los inquisidores reales hacían revoltijo de herejes y rebeldes; Zumalakarregi, levantamientos carlistas, abrazos de Bergara con perdón para unos y exilio para los recalcitrantes; Aguirre y los gudaris de 1936; maquis, PC, FRAP, ETA, Iraultza y antifranquistas varios han usado las armas en defensa del país, dando sufrimiento y sufriendo muerte, represión y exilio.

¿Los navarros de Noain no debieron enfrentarse a los castellanos? El mariscal Pedro de Navarra, los defensores de Amaiur y Hondarribia, Zumalakarregi y carlistas, Gobierno vasco y gudaris de 1936, guerrilleros del maquis, las voluntarias del PC, FRAP, ETA y antifranquistas… ¿debieron quedarse en casa? ¿Se equivocaron al seguir el lema: «defenderé la casa de mi padre»?

En Salinas el memorial recuerda a los muertos en Noain. La Diputación de Navarra levantó un monolito en Amaiur en honor de los defensores del Castillo. Zumalakarregi tiene calles dedicadas en nuestros pueblos y ciudades. Memoriales diversos jalonan los pueblos, montes y cunetas en recuerdo de los republicanos y gudaris. ¿Traidores o héroes?

Si realmente buscamos la convivencia sin rédito político, no deberíamos poner tanto empeño en proclamar quien es la persona traidora y quien la heroína, porque cada cual ya tiene su parecer más personal, «pues nada es verdad ni es mentira, sino del color con que se mira».

El Plan de Paz y Convivencia tal vez deba poner más empeño en buscar los mecanismos de discusión y diálogo que permitan poner fin a este conflicto de siglos y posibiliten el fin del sufrimiento generado por este último ciclo armado, con el reconocimiento de las víctimas de ambas partes y la vuelta a casa de los voluntarios, estén en la cárcel o en el exilio, mejor antes que después para que las plazas de nuestros pueblos respiren paz en libertad.

Enrike Miranda