He leído estos días los artículos que vienen resaltando la Gamazada como una victoria política sin precedentes, y a todos les falta dar los datos del triunfo político y/o que no se dio. Lo que se dio y se transforma es una imposición colonial de dominio económico y político que no coincide con las ilusiones que muestran los artículos escritos y leídos como si fuera un triunfo. Desgraciadamente, al menos para mí, lo que realizan es acoplar un fraude histórico, transformando una ilusión de todo un pueblo, refrendada por las firmas prácticamente de toda su población contribuyente en petición de respeto a una situación política, económica y administrativa que ya de por sí era nefasta y totalmente acrisolada y engañosa.

Los escritos publicados constituyen una contra-versión a los hechos, ya que sus resultados fueron totalmente negativos. Más aún, durante la manifestación que se dio en Pamplona, hubo un acuartelamiento de tropas traídas de Burgos para intervenir en caso de que las manifestaciones no se controlaran, teniendo por base la práctica empleada como colonia dominada y obediente a las imposiciones que se venían aplicando desde 1512 y además ya era gobernada por una diputación sin presidente desde el año 1841, pues quien la presidía de facto era el gobernador civil que a su vez ejercía de presidente de la Diputación. Son datos que se han de reseñar puesto que muestran la obediencia a la que estaba sometida Navarra de continuo y siguió haciéndolo.

Los escritos que he leído y sus alabanzas a supuestos beneficios me producen pena pues se basan en aprovechar las ilusiones puestas, las firmas y los anhelos manifestados en los pueblos enteros y sus gentes que acudieron a Pamplona en una época que no existían medios de locomoción, arriesgándose a que las tropas acuarteladas salieran, ya que se habían tomado los llamados anti-parapetos, que administrados como alucinantes pueden adormilar las repulsas al ejercicio violento si llegado el caso hubieran tenido que intervenir.

Unos y otros son datos que no se expresan, y si nos tenemos que plantear los resultados de una situación, hay que estudiar los pros y contras de lo que analizamos y en las manifestaciones, sobre todo la de Pamplona, los asistentes se enfrentaron a dicho riesgo y por tanto tienen más mérito sus manifestaciones y nulo valor el objetivo no conseguido a pesar del riesgo si se hubiera dado la orden de intervenir. Hechos que cuando menos hay que citarlos antes de abrir los aplausos, que por mucho que se den, no obtuvieron nada de lo que pedían, pues la propia dimisión de Gamazo no se dio por causa de imponer las cuentas de Navarra, sino por el contrario de no imponerlas.

Tampoco ha apreciado ninguno de los autores sobre la Gamazada razones por las que se ha mantenido y se mantiene la recreación exitosa de la consecución incierta de favores para los estamentos vascos, se prefijan las alegrías de los manifestantes que se reducen simplemente a una esperanza que no se dio y presupone que los efectos buscados se dieron, cuando ocurrió todo lo contrario. Los Presupuestos del Estado se aprobaron y no se puede vanagloriar de las ilusiones y adhesiones que se dieron, a no ser que conste el relato de que no se obtuvo lo anhelado.

Las alabanzas a la respuesta que Navarra y en el resto vasco del Pirineo no dio y sin embargo se pretende festejar los hechos, son falsos cuando solo se dan por unas pretensiones no obtenidas, lo que resulta una victoria de la parte que no renunció o que obtuvo lo que tenía preparado para imponerlo en los presupuestos. Las manifestaciones escritas y demandas que se presentaron por los delegados navarros en Madrid a los Presupuestos del Estado demandando derechos no fueron atendidos en Madrid, mientras en Navarra el gobernador civil y presidente de la Diputación apañó sus potestades con los diputados ejercientes, imponiendo su potestad de gobernador civil.

Resulta irónico también aportar el monumento levantado en memoria de los citados hechos, cuando después de mostrar Navarra su deseo y sufrir la negativa fue erigido, cuando no he visto nunca hacerlo si no se obtiene lo que se busca o necesita. No vale tampoco como recordatorio de un deseo que no fue conseguido. Caemos así pues en el engaño al pueblo que defendemos como tal. Es un autoengaño que en todos los aspectos supera el refrán que en los años 40 emitieron los ministros de Exteriores de Alemania y posteriormente el de España (en esta, Serrano Suñer) “una mentira repetida mil veces se convierte en realidad”, y eso es lo que estamos construyendo nosotros.

De lo que fue ilusión previa de toda Navarra, los resultados fueron inversos. Al que mejor le vienen estas alabanzas a la ilusión de las manifestaciones sin otros resultados es al colonizador que mantiene la Constitución que se hizo con mayorías franquistas y el calendario de órdenes ministeriales de cada momento. El único margen que me queda para exponer mis argumentos sobre quien trata a la ilusión como realidad cuando el hecho se impone al deseo de quienes se deben sentir engañados sin enterarse.

Todo lo que se realizó en las Cortes de Madrid se cambió en el artículo 35º y textualmente recoge como único trámite obtenido. Lo indica Javier Los Arcos (representante de Navarra), y no le veo ningún mérito ni más valor que el testimonial. Lo que se aportaba desde el ámbito del Presupuesto del Estado se redujo a la defensa que realizó en un libro de 292 páginas, cuyo trámite solo sirve para demostrar que lo único que se atendió para cerrar los presupuestos fue la sujeción de Navarra al Estado colonial, tanto en los trámites como en la ausencia de materias en los Presupuestos del Estado, y solo se realizó el cambio de un artículo a otro.

Lo cito textualmente:

Proyecto de Ley de Presupuestos del Estado para el año económico de 1893 a 1894. El articulo 35º (antes 17º) quedó así: “El gobierno procederá a revisar, ateniéndose a las reglas establecidas en el artículo 14º de la Ley de Presupuestos de 1887-88, los Conciertos que celebrados con las provincias Vascongadas, quedando facultado para comprender en ellas las contribuciones e impuestos que actualmente se recaudan por la Administración, ateniéndose que en ningún caso la cifra de los conciertos ha de ser inferior a la recaudación por estos conceptos obtenida.

El Gobierno podrá también concertar con la Diputación de Navarra sobre los extremos a que se refiere este artículo, cuidando de conciliar las circunstancias especiales de esta provincia con los intereses generales de la nación. Igualmente se autoriza al gobierno para condonar a las provincias aforadas los atrasos de los impuestos de viajeros y mercancías devengados y no cobrados antes del mes de marzo último”.

Si esto fue una victoria de Navarra y/o vascongada, venga Dios y lo vea.

Pedro Esarte Muniain