Tomás Urzainki: «La conquista continúa con la limitación de los derechos civiles, sociales, económicos, culturales y políticos»
¿La imputación a Navarra del falso estigma de la ilegitimidad, utilizado desde el ámbito eclesiástico, sirvió como preparación de las posteriores conquistas de la misma?
Lo que hoy llamaríamos preparación de la opinión pública, fue ampliamente utilizada para poder realizar después las invasiones militares sobre Navarra. Hubo varias principales campañas de intoxicación ideológica. El bulo de la ilegitimidad de los vascones, de origen isidoriano y visigótico, retomado por el recién nacido reino de Castilla a mitades del siglo XI. Las calumnias introducidas en el texto del Codex Calixtinus contra los navarros o vascones en la segunda mitad del siglo XII, que buscan extender un juicio de indignidad, ignominia, como inferiores, innobles y no verdaderos, en resumen no civilizados, al objeto de preparar el terreno para las conquistas a realizar por Alfonso VIII de Castilla contra los territorios navarros de la actual Rioja, la Navarra marítima y la Vasconia continental. Y el anatema lanzado por el Concilio de Letrán contra navarros y vascones acusados de herejía es un paso más en la misma dirección y por último la excomunión del rey de Navarra Sancho VII.
En el libro se habla de la influencia religiosa o conspiración teocrática de la jerarquía eclesiástica, ¿sin ellas no hubieran sido posibles las conquistas?
Las conquistas tienen su origen en la conspiración teocrática de la jerarquía eclesiástica y de la Santa Sede, que fue seguida de la ensoñación radicalmente irracional de querer imponer la monarquía castellana y luego católica universal española. No se le había dado la importancia que tiene a la presencia constatada de la Iglesia en todas y cada una de las sucesivas conquistas, hasta el punto de que sin su participación no hubieran sido posibles. A los conquistadores de Navarra les resultó indispensable la utilización para sus fines de la descomunal influencia del poder teocrático, y ello fue así hasta tal punto que, sin disponer del aparato persuasivo de la Iglesia católica, queda definitivamente claro que las conquistas, su preparación, mantenimiento y continuidad, no hubieran sido posibles. Los juicios de ilegitimidad, además de ser incongruentes con sus principios religiosos, son así mismo contrarios a la igualdad de los seres humanos, son calumnias racistas y etnocidas. Por otro lado los anatemas y excomuniones políticas, fueron radicalmente nulas, sobre todo a partir de la Reforma europea del XVI.
¿Por qué califica de irracional la conquista, teniendo en cuenta la superioridad militar de Castilla y de España con respecto a Navarra?
La supuesta superioridad de Castilla se basa en la invención de un origen, que a la vez que le sirve para justificar su existencia como reino, le facilita una coartada para sus planes expansionistas. Así, de un lado alegan el monopolio político peninsular y confunden a Castilla con la Hispania geográfica romana y con el imperio visigodo de Toledo, una supuesta superioridad nacional que derivó en la agresiva creación de la monarquía católica universal española. A talibanes siempre nos ganarán, con su pretensión. La irracionalidad es consecuencia de que la continuada conquista choca permanentemente con las reglas de funcionamiento de una sociedad democrática, sin justificación admisible para ello.
¿Qué influencia tuvieron las sucesivas conquistas en el fraccionamiento actual del territorio y cómo estando tan clara la unidad política no se ha tenido en cuenta esta, llegando por el contrario a inventar proyectos que no tienen en cuenta las consecuencias particionistas de las conquistas?
Son seis fases las de la partición de Navarra. La primera es el distanciamiento de la Vasconia continental a mitades del siglo XI. El segundo, las conquistas iniciadas en el último tercio del siglo XI sobre el extremo occidental y la margen derecha del Ebro (Rioja). El tercero, la separación teocrática de Aragón y Navarra, en el segundo tercio del siglo XII. El cuarto, la conquista de la Navarra marítima al inicio del siglo XIII sin que pudieran tomar Bayona y Burdeos, tras los asedios de Bitoria y San Sebastián, sin el apoyo de los naturales ni de la nobleza local. El quinto, la conquista de la Alta Navarra arrebatada con la excusa de la invasión hispano inglesa de la Vasconia continental y de la excomunión por la Santa Sede de los reyes de Navarra. El sexto, la toma militar en 1620 por Luis XIII de la Navarra norpirenaica. Por todo esto, las actuales divisiones provinciales, autonómicas y estatales son exclusivamente fruto de las conquistas realizadas sobre el suelo navarro.
A pesar de que la conquista de Navarra se inició hace quinientos años, hace referencia a la continuidad de las conquistas, ¿por qué?
La continuidad de la conquista constituye hoy el condicionante que más influye en el conjunto de la sociedad navarra, e individualmente en cada uno de sus miembros, imponiendo la férrea limitación de los derechos civiles, sociales, económicos, culturales y políticos.
En el libro afirma que el Gobierno de UPN es el actual conquistador de la Navarra real, ¿por qué?
La actual situación que padece Navarra de sociedad conquistada es incompatible con la democracia. Estamos inmersos en un conflicto de derechos, los de los conquistadores y los de los conquistados-subordinados, más que en un conflicto de identidades. La verdadera sinrazón de la exclusión, de la mayoría de la sociedad navarra del círculo de poder que actualmente gobierna, se debe a su condición de sociedad conquistada. Este poder monopolizado necesita la excusa inventada de que ellos son los únicos detentadores y defensores de las autoproclamadas esencias colectivas de su Navarra irreal, para lo que se basan en tópicos y en afirmaciones no probadas, muy beligerantes y excluyentes de la verdadera sociedad dominada.
Diario de Noticias, 03/05/2012.