Nafarroa Berriz Altxa rememora la independencia a los pies de Amaiur

Amaiur

Amaiur


En el 500 Aniversario de la rendición de Amaiur, NAFARROA BERRIZ ALTXA llenó la localidad baztandarra con su mitin desde las ruinas. La conmemoración continuó en Elizondo con carácter festivo.

Amaiur es plaza difícil de tomar. Tiene sentido histórico que así sea, no deja de ser una fortaleza perdida entre montes que los españoles barrieron del mapa. Poco queda del castillo original. Buena parte de los cimientos que asoman tras el trabajo de Aranzadi responden a su transformación como fortín cañonero una vez se convirtió en plaza conquistada.

El Amaiuraldia tenía que librar, pues, con ese acceso un tanto complicado. El pueblo era demasiado pequeño para el tamaño del acto. La solución pasó por completar las decenas de plazas de aparcamiento del pueblo y hacer que el resto de asistentes se bajaran del coche en Ordoki, a unos tres kilómetros. Desde allí salían autobuses lanzadera.

Informó la organización de más de 900 personas desplazadas en lanzadera desde el aparcamiento temporal. A este número hay que sumar, por tanto, las que llegaron por sus propios medios o a los vecinos de la zona, remarcando que hizo una mañana estupenda y que pocos lugares hay tan bonitos para pasear en Nafarroa como Amaiur.

Como el castillo ya no tiene torre, el punto más alto lo da el monolito en memoria de aquellos que lo defendieron con esperanza vana de que del otro lado de la muga llegarían refuerzos prometidos. Se sabe el nombre de buena parte de ellos, desde su capitán Javier Vélaz de Medrano al pobre Negro Juan, que logró zafarse del asedio y fue capturado en Doneztebe, delatado probablemente por su color de piel.

Cuentan los historiadores que la fuga de Juan es síntoma claro de que los encastillados contaban con la simpatía de las gentes del pueblo y la zona. Según Peio Monteano, probablemente quien mejor ha estudiado el episodio, dentro de aquel castillo «la mayoría eran simples navarros de a pie. Casi todos los defensores de Amaiur no eran caballeros, sino artesanos, campesinos y modestos hidalgos de pueblo».

Desde luego, al menos en la organización del acto de ayer, se notó que Amaiur y las gentes de Baztan se implicaron con la organización, sintiéndose herederos de aquellos últimos defensores.

Los de Vélaz de Medrano se encastillaron en Amaiur hace justo 500 años, tras la derrota vivida en la campa de Noain. Su rendición significó el punto final de la conquista iniciada en 1512.

El símbolo de Amaiur se toca políticamente poco, a diferencia de lo que ocurre con el Monumento a los Fueros, donde los partidos casi tienen que pedir cita para que no coincidan los actos a los pies de la escultura. Esto no se debe solo a las dificultades de acceso, también a que el castillo apela directamente a la independencia.

Nafarroa Berriz Altxa fue el colectivo que se atrevió a hacer un llamamiento a un mitin a los pies del castillo y del monolito que declara luz perpetua para sus defensores. Lo hizo con perspectiva de país y voces de los distintos territorios de Euskal Herria.

Tras los discursos y una gigantesca foto de familia se inició la andada de tres kilómetros hasta el aparcamiento de Ordoki, que fue encabezada por dos amazonas a caballo con la ikurriña y la vieja bandera de Nafarroa, aquella que carece de corona y previa a la evolución de las barras amarillas en cadenas, fruto de la mistificación de la Batalla de las Navas de Tolosa.

Una vez en el aparcamiento, se trasladó a los asistentes que así lo quisieron hasta Elizondo, el mayor de los pueblos cercanos, donde tuvo lugar la comida popular, a la que asistieron en torno a 250 personas. En la capital de Baztan, además, se habían montado varias áreas diferenciadas para rematar la jornada.

Una parte notable de los asistentes, sin embargo, se quedaron paseando por el pueblo, tomando algo en su molino de maíz que aún funciona o viendo el pequeño museo que conserva la espada rota de uno de los defensores y una pelota de mano que apareció en las excavaciones y con la que se supone se entretuvieron en los días de asedio.

Ya en Elizondo, además de una actuación de Pirritx, Porrotx y Marimotots en el área txiki y de la comida popular, tocaron Madame Birrots y Trikidantz y hubo animación callejera. Se levantaron txoznas para beber y también un punto de venta de bocadillos. En el gaztetxe se sirvieron pizzas y helados.

De este modo, Nafarroa Berriz Altxa no solo logró superar las dificultades de acceso para celebrar un acto de masas en Amaiur con pocos precedentes, sino que además tuvo la habilidad suficiente como para acabar convirtiendo un acto de memoria soberanista en una fiesta.

Gara