La apasionanate vida de Jesús Monzón (1910-1973)
Jesús Monzón Reparaz. Nació en Pamplona, en el año 1910 y en el seno de una familia muy acomodada. Siendo su padre un conocido médico de esa ciudad.
Esa buena posición económica le permitió realizar sus estudios en el colegio de los jesuitas en Tudela (Navarra) y luego realizar la carrera de Derecho en la antigua Universidad Central, en Madrid.
Por lo visto, ahí fue dónde empezó a interesarse por la ideología marxista y fue entonces cuando ingresó en el PCE.
De hecho, cuando regresó a su tierra, fundó la agrupación navarra del PCE, que, supongo que no tendría muchos afiliados, porque siempre ha sido una región bastante conservadora.
También es cierto que, a partir de 1920, se empiezan a fundar fábricas en Navarra y eso da lugar a que emigrasen muchos obreros hacia esa región, provocando que ya no fuera tan conservadora. No obstante, la Iglesia siempre ha tenido mucho poder en Navarra.
Así que, cuando regresó a Pamplona, una vez acabados sus estudios universitarios, se le veía como una especie de bicho raro, ya que era una persona perteneciente a una familia muy conservadora y de misa diaria y, sin embargo, había optado por el comunismo.
No por ello, dejó de tener y cultivar amistades en todos los ambientes. Tanto de derechas como de izquierdas. Algo que le fue muy útil a lo largo de su vida.
En febrero de 1936, se casó con otra joven navarra, militante de Izquierda Republicana. Su nombre era Aurora Gómez Urrutia. Una persona, que siempre fue muy importante en su vida, como comprobaremos más adelante.
Parece ser que esa boda llamó mucho la atención, pues ellos fueron las primeras personas, que se casaron por lo civil en Pamplona. Seguro que muchos de sus conciudadanos se echaron las manos a la cabeza.
En marzo de 1936 a Monzón no se le ocurrió otra cosa que, junto con otros militantes de izquierdas, asaltar la sede de la Diputación Foral de Navarra, con el fin de sustituir a los diputados de ese organismo por otros de partidos del Frente Popular. Fracasaron, pero eso le dio cierta popularidad. Curiosamente, él ya era funcionario de esa Diputación.
Poco después, quiso avisar al Gobierno de que los carlistas se estaban armando para intentar dar un golpe de estado. Sin embargo, le recibió el inoperante de Casares Quiroga, el cual le dijo que exageraba y no le hizo caso.
Como está documentado. Casares y Azaña sabían perfectamente lo que iba a ocurrir, pero no quisieron hacer nada para impedirlo.
Parece ser que, antes de que comenzase la guerra, se reunió con los otros 4 miembros de su pandilla de siempre, donde había gente de todas las tendencias políticas. En esa reunión, se comprometieron a que siempre se ayudarían entre ellos, aunque lucharan en el bando contrario.
Lógicamente, el golpe de estado del 18/07/1936 triunfó sin ningún problema en Navarra. Así que Monzón tenía que huir de allí como fuera, porque su vida estaba en peligro.
Parece ser que algunos lo vieron, pero no lo denunciaron. Sin embargo, otros, de ideología carlista, como Francisco Lizarza, incluso, le escondió en su casa y consiguió que huyera a Francia, disfrazado de fraile. Esto dio lugar a que Lizarza fuera fusilado unos meses después.
Por otra parte, Monzón decidió trasladarse al territorio republicano. Las autoridades vascas le nombraron fiscal en Bilbao.
Sin embargo, Aurora seguía viviendo en Pamplona, pero él consiguió que la canjearan por otros presos y se la llevó a Bilbao. Allí fue donde nació su hijo Sergio.
Tras la caída del País Vasco en manos nacionales, se trasladaron a Levante, siendo nombrado gobernador civil de Alicante y luego de Cuenca.
Parece ser que, en los últimos días de la guerra, el Gobierno le nombró secretario general del Ministerio de Defensa. Sin embargo, el golpe de estado del coronel Segismundo Casado, le impidió ocupar ese importante cargo público.
Así que no les quedaba otra que huir cuanto antes de allí. Como ya era un alto cargo del PCE, le permitieron tomar el mismo vuelo que la Pasionaria, rumbo a la Argelia francesa. La aeronave partió del antiguo aeródromo de Monóvar (Alicante). Una localidad cercana al cuartel general republicano, llamado Posición Yuste, que estaba situado en una finca entre Petrer y Elda.
Curiosamente, ese avión también fue un Dragón Rapide, igual que el que utilizó Franco para viajar desde Canarias al continente africano a fin de ponerse al frente de las tropas destinadas allí.
Casualmente, Alberti y su mujer, María Teresa León, que estaba embarazada, también volaron en otro avión del mismo modelo. Dicen que, cuando la aeronave sobrevolaba la sierra valenciana de Aitana, decidieron ponerle ese nombre a su hija.
Como es normal, los gerifaltes del PCE fueron los primeros en largarse y dejaron aquí tirados a miles de sus seguidores, que no pudieron escapar de España.
Cuando comenzó la II Guerra Mundial, Monzón, su mujer y su hijo se hallaban exiliados en Francia. No sé por qué lo hizo, lo cierto es que envió a su pequeño a la URSS. Parece ser que, durante el viaje, hubo un brote de escarlatina, que causó la muerte de varios niños y, entre ellos, el suyo. Parece ser que nunca quisieron aceptar que esa historia fuera cierta, pero no pudieron hacer nada.
Eso provocó que el matrimonio se divorciase. Aurora decidió exiliarse en México, mientras que Monzón, que ahora tenía como pareja a la militante comunista Carmen de Pedro, decidió permanecer en Francia.
A pesar de que el PCE, dirigido desde Moscú, había dado la orden de no oponerse a los invasores alemanes en Francia, Monzón no pierde el tiempo. Reúne a todos los exiliados republicanos con ganas de luchar y los entrena en el sur de Francia, para combatir contra los alemanes. Tiene claro que así podría hacer desaparecer uno de los mejores apoyos del franquismo.
Otra de sus ideas fue crear la Unión Nacional, donde pretendía reunir a todos los que estuvieran exiliados o, aunque vivieran en España, estuvieran descontentos con el franquismo. Sólo dejaron fuera a los falangistas.
Las principales ideas de este movimiento eran que había que tener respeto a la religión, promover una profunda reconciliación nacional y, por último, que la forma de gobierno fuera decidida por todos los españoles.
Como ya he mencionado, desde el principio de la invasión de Francia, Monzón y sus guerrilleros, estuvieron luchando contra los alemanes.
No fue hasta que se produjo la invasión de la URSS, cuando la dirección del PCE dio autorización a sus militantes para que ingresaran en la Resistencia francesa. Hasta entonces, soviéticos y alemanes habían sido aliados.
En 1943, regresó a España con una identidad falsa. Por una parte, quería reconstruir el PCE y, por otra, se estuvo reuniendo con miembros de otros partidos y sindicatos, como la CNT o ERC. Incluso se entrevistó con Juan March, que era aliadófilo y no le gustaba nada que Franco se aliara con el Eje. Éste le prometió muchos fondos.
El 18/10/1944 varios miles de guerrilleros republicanos españoles invadieron el Valle de Arán para intentar la reconquista de España.
Realmente, sólo eran unos 10.000 guerrilleros, pero con ello quisieron llamar la atención de los aliados para que se pusieran de su parte a fin de derrocar a Franco.
Sin embargo, Santiago Carrillo aprovecha la ausencia de Monzón para condenar esa invasión, calificándola como “una aventura” o una quimera.
Curiosamente, fue lo mismo que opinaron, aparte de la dirección del PCE, el alto mando aliado, Franco y Stalin.
Por si acaso, Franco dio la orden de que se trasladasen unos 100.000 efectivos a la frontera con Francia para repeler esta invasión.
Una vez fracasada esa operación cada uno huyó como pudo. En el caso de Monzón, se fue, junto con Gabriel León Trilla, a Barcelona. Allí recibieron un mensaje del comité central del PCE para que fueran a Toulouse a fin de rendir cuentas de lo sucedido.
Como veteranos militantes comunistas sabían que en su partido existía una disciplina férrea. Incluso, más dura que la de los militares. Así que eso de realizar una operación de ese tipo sin la previa aprobación del comité les iba a suponer la muerte.
Casualmente, un día hicieron en Barcelona una redada para atrapar comunistas y lo detuvieron en casa de uno de ellos. Como poseía una documentación falsa, muy pronto, lo pusieron en libertad. Sin embargo, al salir, se cruzó con un comisario especializado en perseguir comunistas. Lo reconoció y lo volvieron a detener.
A partir de ahí, tiene que utilizar sus muchas amistades, incluidas las de los miembros de su pandilla de Pamplona, para conseguir que no lo condenasen a muerte. Por ello, en 1948, cuando tiene lugar su consejo de guerra, sólo le condenan a 30 años de prisión.
En cambio, Gabriel León Trilla, que decidió ir a Madrid, fue localizado por miembros del PCE y, como el comité había decretado su muerte, dos comunistas lo llevaron hasta un solar, donde había habido un antiguo cementerio, en la actual calle José Abascal, y allí lo mataron por apuñalamiento.
Como en el comité central del PCE seguían queriendo asesinar a Monzón, porque le echaban la culpa del fracaso de esa operación, mandaron llamar a todos sus colaboradores y los interrogaron a fondo.
A partir de ahí, le acusan de todo lo imaginable. ¡Hasta llegan a decir que es un homosexual y un agente franquista! Como era de esperar, lo expulsan del PCE.
Curiosamente, aunque Monzón y Aurora se habían divorciado y ella se había vuelto a casar, se entera de la situación de Monzón y empiezan a cartearse.
Esto da lugar a que Aurora se divorcie de su marido e intente retomar su relación con Monzón.
Consigue salir en libertad en enero de 1959 y, unos meses después, se vuelve a casar por poderes con Aurora, que seguía residiendo en México. Un poco más tarde, él también emigrará a México, donde trabajará como directivo de una gran empresa.
En 1967, el Opus Dei fundó un Instituto de empresas en México y lo contrataron como profesor de marketing.
Curiosamente, sus ideas fueron muy copiadas en las escuelas de negocio en USA. También fue muy respetado por los empresarios. No conozco otro caso donde un comunista fuera tan respetado por los empresarios.
A finales de los años 60, quiso regresar a España para negociar con los directivos del IESE a fin de fundar una sucursal de su instituto en Madrid.
Parece ser que tuvo algún problema para entrar en España. Sin embargo, una oportuna llamada a alguno de los miembros de su pandilla resolvió el problema. No obstante, le siguieron poniendo trabas en sus posteriores visitas a España.
Ya en los años 70 les dejaron volver para residir en España y consiguió fundar en Mallorca un Instituto de empresa. Por lo visto, allí no sólo hablaba de economía y marketing, sino también de la situación política que podría darse tras la muerte de Franco. Incluso, llevó a sus clases a futuros líderes políticos, de todas las tendencias, que influyeron durante la transición española. Como el propio Ramón Tamames, que se hizo muy amigo suyo.
Desgraciadamente, murió en 1973 a causa de un cáncer. Aurora murió 2 años después.
Julián Vila