Joseba Asirón se da un paseo por más de un siglo de cambios en Iruñea

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Esta semana ha visto la luz «Adiós Pamplona», un libro con el que Joseba Asirón recorre los principales cambios que se han producido en la ciudad de 1860 a esta parte. Se trata de una colección de fotografías y textos periodísticos que retratan qué se perdió y qué permanece.

El historiador Joseba Asirón presentó esta semana su nuevo trabajo, «Adiós Pamplona, Agur Iruñea», que ha editado Txalaparta. Se trata de una recopilación de artículos periodísticos en los que, con fotos antiguas rescatadas de archivos y actuales, Asirón repasa los cambios que ha habido por las esquinas de la capital navarra, persiguiendo anécdotas, rescatando nombres y etimologías, así como la historia de los edificios, las calles y las plazas de la ciudad.

Según explicó el historiador a este periódico, comenzó en serio con este proyecto a partir del año 2009, una vez hubo terminado su tesis doctoral sobre torres medievales en Nafarroa. Sin embargo, las ganas de contar la transformación de la ciudad le vienen «desde muy chiquito, porque yo nací aquí y siempre he vivido muy de cerca los cambios que se han producido».

Asirón, que recientemente ha sido elegido como el candidato de EH Bildu a la Alcaldía, recoge en su nuevo libro qué imágenes han cambiado, pero también lo que se mantiene. «La ronda de la barbazana, por ejemplo, está hoy prácticamente igual que hace más de cien años. Y conocerlo da otro sabor al pasear por ella», recordó.

De capital de Estado a periferia

En el libro, además de recopilar esos detalles que se han perdido a lo largo del último siglo, Asirón incluye artículos críticos sobre cómo se encuentran los distintos rincones de Iruñea a día de hoy. Desde un punto de vista histórico, Asirón considera que Iruñea ha perdido casi todo su empuje y referencialidad. «Pasamos de ser la capital de un estado a una ciudad de periferia de un imperio, cuyo principal interés era defender las fronteras. Por eso la llenaron de murallas», aseguró. Para apuntalar esta afirmación, Asirón recuerda que en el momento de la conquista de 1512 Iruñea tenía 6.000 habitantes y duplicaba en población a Bilbo y Donosti. Con el tiempo, el giro fue radical. En 1930, la capital guipuzcoana tenía 70.000 habitantes e Iruñea se había estancado en los 30.000.

También desde un punto de vista cultural y referencial los siglos de conquista están siendo perjudiciales para la capital navarra. Así, en el momento en que entró el duque de Alba, la ciudad contaba con un flamante palacio real (hoy encerrado bajo un cascarón moderno) y una catedral gótica que competía con las más importantes de Europa. El claustro de ese edificio sigue siendo una referencia a nivel internacional. Y sin embargo, tras la llegada de los castellanos, esa pujanza se perdió de un modo definitivo.

Las fotos más antiguas que se recogen en «Adiós Pamplona» son de 1860, mucho antes de que el siglo XX rompiera las murallas para comenzar a levantar los ensanches. En este sentido, Asirón aprovecha la presentación de su libro para reivindicar cambios también en la mentalidad de la ciudad. «En Iruñea ha habido tres ensanches y ahora necesita un cuarto. Esta vez no hay que romper las murallas físicas de la ciudad, sino las mentales que separan a sus habitantes. Hay que volver a rescatar esa ciudad con altura de miras que, aunque no logre recuperar su carácter de capital de un estado, sí que debe recuperar el afán de ser una referencia para su alrededor».
«Nuestra historia necesita de imágenes»

Además de su recopilación de articulos periodísticos para sacar adelante «Adiós Pamplona», Asirón presentó en la pasada feria de Durango otro proyecto más ambicioso: «Historia ilustrada de Euskal Herria». Se trata de una enciclopedia divulgativa sobre los hechos que han marcado el devenir de esta tierra. El primero de los tomos hacía referencia a la romanización y la prehistoria y, a mediados de primavera, aparecerá un segundo tomo con la Alta y Baja Edad Media. Cada seis meses se irán publicando los siguientes. Se trata de un proyecto que ha emprendido con el dibujante Martintxo, con el que ya abordó un cómic en 2011 y el libro apaisado «50 fechas clave de la conquista de Navarra». «La historia de Euskal Herria no tiene imágenes. Todos somos capaces de imaginar a El Cid o a otros personajes, pero carecemos de referencia que nos ayude a imaginar los principales episodidos de nuestra historia. Y las necesitamos». Con esta cadena de trabajos, Martintxo y Asirón reconstruyen con detalle, atuendos, armas, para ayudar a retratar mentalmente esos sucesos.

Gara, 20/12/2014