Opinión / Iritzia

Extraños en nuestra propia tierra?

Juanja Iturralde

Esta es una sensación recurrente que han sufrido miles de personas en Navarra durante varias generaciones cuando se les sometido a castigo y a burlas por usar el euskera o expresarse con dificultad en castellano tanto en la escuela, como en el antiguo servicio militar o en las visitas a las ciudades por motivos administrativos, médicos o bancarios. Eso ha sido así, está documentado desde hace muchos años y tenemos testimonios de personas vivas que han sufrido en su carne esa situación, provocando en algunos casos una sensación de vergüenza por ser euskaldún y en otras de auto odio a la lengua y cultura propia al verles negado su valor y las dificultades pasadas.

Evidentemente en la últimas décadas algunas de esas situaciones han desaparecido en su factor más cruel, pero otras se mantienen de forma solapada bajo diferentes pretextos o argumentos para que quien quiera utilizar el euskera en Navarra, en su tierra, en servicios oficiales, administrativos, médicos y también para quienes lo quieren aprender, se encuentren múltiples trabas, una de ellas, la más recurrente es que el que se provea de plantilla que conozca el euskera en dichos servicios genera discriminación para los que no lo saben.

Retorcer el argumento y utilizarlo en sentido contrario es lo que está sucediendo, que haya un determinado número de plazas suficientes con capacitación – cualificación, es simplemente una petición de lógica supina. Que el euskera, lengua propia de Navarra, tal como está reconocida en la Ley del euskera sea valorada como merito, como se valoran otros conocimientos y exigencias tampoco es una discriminación, es simplemente agregar más factores de calidad a los puestos de trabajo en los que se requiera. NADIE ALEGA DISCRIMINACIÓN POR VALORAR EL ALEMÁN, FRANCÉS O DETERMINADOS GRADOS DE TITULACIÓN, son factores que aportan más puntos al baremo sobre otros que no los tienen.

El que para llamar a una oficina pública se imponga la inercia de no utilizar el euskera, por aquello de no saber si quien te va a atender conoce el idioma o va a responder con cierto desdén, no en todos los casos, retrae el uso de quienes lo han aprendido, lo saben y mantiene vigente el sentimiento de ser extraños, extranjeros en nuestra tierra. Y en la gente mayor hace revivir el sentimiento de minusvaloración. Yo mismo he podido comprobar en mi vida laboral la sensación, primero de extrañeza y luego de comodidad, cuando por razón es de su procedencia o apellidos he identificado como euskaldunes y les he podido atender en euskera a muchas personas en un ámbito financiero.

Cuando se anuló el anterior Decreto Foral por presiones sindicales y corporativistas que no tienen en cuenta que las personas que trabajan en atención al público y en otras áreas administrativas se deben a los contribuyentes y por lo tanto lo que debe primar es la excelencia y capacitación para ello en las dos lenguas de Navarra, una vez definidos los puestos y perfiles, flaco favor le hicieron a Navarra.

En el actual borrador del Decreto Foral sobre este tema, observamos, aparte de una deficiente valoración y estimulación para el desarrollo del euskera en estos ámbitos, que ni siquiera se valora el euskera en los baremos de los puestos de empleo público en las denominadas zonas mixtas y no vascófonas, aunque sí se valoren otros idiomas Francés, Inglés, Alemán… habrán creado una nueva realidad lingüística en dichas zonas? Desde luego es insultante para cualquier persona con un mínimo de conocimiento y respeto a la historia de Navarra.

Por cierto que este Decreto promovido por un un partido que se pretende progresista, queda por debajo del Decreto sobre el euskera en la Administración existente a principios del año 2000 bajo el Gobierno de UPN. No son de recibo los discursos bajo los que se cobijan. La involución es evidente. Y decepciona, no solo a los euskaldunes sino a todo aquel que tenga una visión más integradora y enriquecedora para nuestra Comunidad.

Es tiempo de superar prejuicios, demostrar sensatez y decisión, de valorar todas las culturas y lenguas, también en la enseñanza , pero sin menospreciar lo propio, promocionándolo y no confrontándolo, y demostrando firmeza ante presiones de quien mantenga una posición cerrada por motivos políticos o corporativos, que va contra el interés de la justiicia, igualdad y cohesión de Navarra, al no respetar derechos para todos.

Porque el uso del euskera en el ámbito público es un derecho que corresponde al Gobierno de Navarra no solo respetar, sino fomentar, como se expresa en la Ley del Euskera, este sábado Kontseilua ha convocado una Manifestación que sale a las 17,30 desde el Parque de Antoniutti en Pamplona, para solicitar que rectifiquen el Borrador que han presentado, ya que todavía estamos a tiempo. Y ni los euskaldunes, ni el resto de ciudadanos que defienden el euskera, por encima de otras consideraciones, se lo merecen.

Juan Javier Iturralde Maisterra


Pello Iraizoz: Más vale que este conjunto hidráulico era la perla del parque…

Pello Iraizoz

El pasado 13 de abril la comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Pamplona visitó la primera fase del Parque de la Magdalena y la noria aparecida durante la obras de demolición de algunas de la construcciones pertenecientes a la huerta del convento de las M.M. Josefinas. Dicho conjunto hidráulico compuesto por el pozo, la noria y el aljibe, aparecieron prácticamente intactos, a falta únicamente, del ingenio mecánico de la noria de madera.

Un autentico regalo histórico oculto durante siglos para la mayoría de los pamploneses. Rápidamente pusimos este hallazgo en conocimiento de varios concejales y distintos medios informativos, prensa, radio y televisión.

Como en tantas otras ocasiones los responsables del proyecto acusaron el hallazgo como un estorbo a desechar, llegando a proponer su desmantelamiento y, como gran concesión, dejar marcada en el pavimento las trazas del conjunto.

Tarde y mal, como tantas otras veces, intervino Príncipe de Viana paralizando cautelarmente las obras; desencadenándose un sonado choque institucional entre esta Institución y el Ayuntamiento. Todo esto ocurría ¡qué casualidad! en pleno mes de agosto cuando tanto el Ayuntamiento como prácticamente todas las Instituciones estaban paralizadas por vacaciones.
Este proceder, a mi juicio, no es casual. Ya lo hemos sufrido en demasiadas ocasiones como para no sospechar malas artes.

Tras algunas excavaciones arqueológicas en los alrededores del conjunto arqueológico ordenadas por Príncipe de Viana, se procedió a desmantelar prácticamente toda la edificación aérea del pozo de la noria, a pesar de que estaba en un estado de conservación más que aceptable, extremo perfectamente documentado con numerosas fotografías. Prácticamente no requería mas que un rejuntado de la piedra y algunas reparaciones puntuales.
Llegamos a ver y fotografiar hasta tres excavadoras desmontando el pozo, el pavimento adoquinado, el enlosado, las escaleras de acceso del animal de tiro de la noria y los muros hasta ras de tierra. ¡Una chapuza escandalosa!

Sorprendentemente, sin que se efectuaran todas las excavaciones ordenadas por Príncipe de Viana, y volviéndose a enterrar el precioso pavimento de un tramo de calzada aparecido en una de las catas, se abandonaron las excavaciones a pesar que dicha calzada continuaba en ambos sentidos; por cierto, con un adoquinado de un aparejo extraordinario y único en Pamplona. Todo ello, debiera haberse excavado en su totalidad y puesto en valor junto al conjunto hidráulico. Está claro que, como siempre, Príncipe de Viana no ha estado a la altura de sus responsabilidades para con el patrimonio.

A pesar de que las directrices de restauración debían realizarse sin variación de la cota original, ésta ha sido alterada al haberse levantado inexplicablemente el nivel del suelo, alrededor de un metro, hasta el punto de desaparecer varios de los escalones originales del acceso a la noria, y una largura considerable de esta escalinata. Alterándose así la forma del conjunto.

¿Alguien se imagina una estupidez de ese calibre, por ejemplo, en el monumento a los Fueros? Nos quedaría el monumento sin escaleras. Aquí, es lo que han hecho. Y todo ello a pesar de que la Ley de Aguas prohíbe toda alteración orográfica a menos de cien metros de las orillas del Arga. Por supuesto nuestra querida noria también debió estar protegida por esta norma, norma que también se saltado a la torera.

Por si esto fuera poco el aljibe que durante siglos recogía el agua extraída por la noria ha sido cegado con toneladas de gravillón, alterando así toda la forma, función, historia y lectura del conjunto. Es muy difícil hacerlo peor.
Volviendo a la visita de la comisión de Urbanismo, uno alucina oyendo como el concejal de urbanismo Sr. Juan José Echeverría calificaba este conjunto hidráulico como la «perla del parque». ¡Pues más vale! ¿Qué habrían hecho sino llega a serlo?

Este proyecto tampoco respetó la petición vecinal de mantener la histórica tapia de la huerta del convento, que daba sentido al conjunto hidráulico de la noria. Nos dijeron que en el proyecto únicamente se iban a abrir algunos huecos para permeabilizar el paso de la tapia, pero inexplicablemente se derribó entera y solo se volvió a levantar un tramo de aproximadamente un tercio de su longitud. Como ya denunciamos en otra ocasión, toda esa piedra a desaparecido pese a nuestra denuncia. ¿Quién se la ha llevado? ¿Por qué? ¿Para qué? Algo así ya pasó con los adoquines del Casco Viejo y luego pudimos enterarnos que se habían vendido a un alto precio. Por cierto, para pavimentar la zona entre la noria y el Puente de la Magdalena se han tenido que comprar adoquines antiguos, que en algún otro pueblo o ciudad se han quitado, como años atrás en Pamplona. Extremo este que también hemos denunciado.

Es para echarse a llorar, nos quitan y venden los adoquines de nuestra ciudad y luego Pamplona tiene que comprar el fruto de algún otro expolio.

Consideramos que hasta el nombre propuesto para el parque es otro despropósito todos y cada uno de los metros cuadrados de ese parque son terrenos históricos del Barrio de la Magdalena y es por ello, que llamarle Parque de Txantrea Sur, o Parque del Camino de Santiago, nos parece del todo inapropiado, pues, una vez más, nos sentimos invisibilizado como barrio. Es por ello, que recientemente hemos metido por registro una petición firmada por casi todos los vecinos y vecinas del barrio, para que se llame Parque de la Magdalena. Personalmente, creo que es una deuda pendiente con nuestro olvidado barrio.

Pello Iraizoz (Vecino de La Magdalena)