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El PSN rechaza en el Parlamento de Navarra la oficialidad de las lenguas propias que apoyó en el Congreso

Bandera Navarra - Euskera

Dice que este debate «no está en la calle y solo obedece a intereses partidistas». El PSN ha unido este jueves sus votos a los de Navarra Suma para tumbar una moción que pedía que el Parlamento de Navarra «haga suyo el acuerdo de mínimos y la resolución aprobada en el Congreso de los Diputados» en relación a las lenguas propias.

La iniciativa, impulsada por Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra, recogía el compromiso de «impulsar y apoyar reformas estatutarias para la oficialidad de las lenguas propias que aún no son oficiales en una parte o la totalidad del territorio donde se hablan».

Además, se hacía constar la decisión de «permitir el uso administrativo de las distintas lenguas entre territorios del mismo espacio lingüístico, dentro y fuera de las fronteras administrativas, sin barreras y firmando acuerdos para la recepción reciproca de medios de comunicación dentro de esos espacios lingüísticos».

La moción fue presentada después de que el pasado 9 de marzo se aprobara en el Congreso, con el apoyo del PSOE, una proposición no de ley similar en favor de impulsar las lenguas minorizadas como el aragonés, el euskera, el asturiano, el gallego y el catalán.

PSN: «NO HAY MAYORÍA»

Correspondió a Inma Jurío argumentar este cambio de posición de los socialistas. La parlamentaria reconoció lo obvio –que el PSOE votó a favor de esta resolución rechazada ahora por el PSN–, si bien dijo que se trata de «texto bastante ambiguo, que da lugar a varias interpretaciones»,

Además, Jurío hizo hincapié en que «el debate sobre la oficialidad o no del euskera en Navarra no está en la calle, y sólo obedece a intereses partidistas». Recordó que esta lengua «solo la utiliza habitualmente el 7%» y que «el PSN aquí hoy en Navarra tiene que pegarse al territorio y tener en cuenta las especificidades e idiosincrasia de la tierra». Añadió que «en esta Cámara nunca ha habido mayoría parlamentaria para cambiar» la Ley de Euskera y «eliminar la zonificación».
Bakartxo Ruiz (EH Bildu), encargada de defender la moción, ironizó con la postura de los socialistas. «Por una vez pensábamos que mantendrían una postura coherente, pero una vez más hemos pecado de ingenuos».

Jabi Arakama (Geroa Bai) consideró que es hora de que los partidos progresistas den pasos valientes hacia el reconocimiento de la oficialidad del euskera en toda Navarra e invitó a «salir de marcos e inercias de otros tiempos y reconocer que saber euskera suma» y esto debe ser válido a nivel formal y legal. Y desde Podemos Ainhoa Aznárez subrayó que es «una equivocación utilizar las lenguas que conviven en el estado español unas contra otras».

Iñaki Iriarte (Navarra Suma) defendió el rechazo a la moción porque, a su juicio, «la igualdad lingüística traería la desigualdad entre los ciudadanos, porque como las lenguas tienen un número de hablantes muy diferente, esto se traduciría en una desigualdad de oportunidades».

Diario de Noticias, 27.05.2021


 

Miembros de UPN crean una asociación que reinterpreta la memoria histórica

Pintura R. Urtasun

La nueva entidad lamenta el «olvido» de las víctimas del lado franquista y denuncia la utilización «sectaria» de los republicanos fusilados en 1936.

Destacados miembros de UPN promueven una nueva asociación crítica con la gestión de la memoria histórica, y que reinterpreta el consenso mayoritario generado en los últimos años en torno a la represión franquista de 1936. El manifiesto fundacional de la nueva entidad denuncia el «olvido» de los fallecidos en el bando vencedor, a quienes equipara con las víctimas de la represión franquista pese a que en Navarra todos los fusilados fueron del lado republicano. Y censura la utilización «sectaria» de la memoria histórica para «descalificar a opciones políticas democráticas» desde una «pretendida superioridad moral».

La nueva entidad, denominada Memoria y Concordia, está presidida por el parlamentario de Navarra Suma, Iñaki Iriarte, y cuenta con el apoyo de la Comunión Tradicionalista Carlista (CTC), una organización política con vinculaciones franquistas que califica de «cruzada» el golpe militar de 1936, y que ha respaldado a la nueva asociación a través de sus canales de comunicación.

Iriarte ya se vio envuelto en la polémica tras participar junto con el también parlamentario de Navarra Suma, Patxi Pérez, y destacados miembros de la CTC en una comida en Leitza en homenaje Joaquín Muruzábal, primer requeté muerto en 1936, y en la que hubo alusiones a la «Cruzada de Liberación» y a «la sangre de los mártires».

El acto de presentación tuvo lugar el pasado miércoles en el Condestable de Pamplona, y contó con la presencia del expresidente de UPN en Pamplona, Ramón Luzán. En la cita también participó el historiador Fernando del Rey, que impartió una conferencia titulada «La Historia académica, antídoto contra la manipulación militante del pasado».

Del Rey es una de las voces más críticas con la Ley de Memoria Democrática que impulsa el Gobierno de España. Según el catedrático de catedrático de Historia Política de la Universidad Complutense de Madrid, «lo que pretenden hacer los descendientes de los republicanos, entre los que se encuentran al parecer Sánchez e Iglesias, mediante la memoria histórica o democrática, es aplicar la moviola y ganar la guerra civil, aunque sea de forma virtual y simbólica».

Los Principios

El manifiesto fundacional de Memoria y Concordia lamenta que «80 años después» de la guerra civil «sus secuelas siguen presentes en nuestro país». «Nuestro presente parece lastrado por aquellos años aciagos, como si fuéramos rehenes de los errores y el cainismo de los peores mementos de nuestra historia», apunta la asociación, que define el golpe de Estado como «la última de nuestras guerras civiles».

Sus promotores admiten que había «una deuda con la memoria de los vencidos» y reconocen el trabajo de quienes «han contribuido a dignificar el recuerdo de las víctimas de un conflicto fraticida, al tiempo que apelaban a la concordia y la reconciliación».

Consideran sin embargo que «los crímenes ocurridos durante la Guerra Civil y el franquismo han sido utilizados de forma sectaria, con el propósito de reavivar el enfrentamiento entre españoles, descalificar a opciones políticas democráticas, acusándolas de ser las herederas del franquismo, y conseguir para algunos proyectos políticos (a veces, abiertamente contrarios al sistema democrático creado en 1978) una posición de pretendida superioridad moral».

En ese sentido, critican que «durante los gobiernos democráticos» se ha producido «un olvido patente e injusto de los represaliados por las autoridades republicanas o por las milicias que actuaban en su territorio». «Se ha afirmado que dichas víctimas ya fueron reconocidas por el franquismo, pero ese reconocimiento no justifica el olvido sistemático por parte de unas instituciones democráticas que basan su legitimidad en la representación de todos los ciudadanos», argumenta ahora la asociación de Iriarte. En Navarra, las 3.452 víctimas de la represión, lo fueron a manos de los franquistas.

En este contexto, la asociación que preside Iriarte relativiza los hechos de 1936 y años posteriores, y reclama «nuevas formas de gestionar las políticas de la memoria». «Se necesitan políticas que, sin renunciar a investigar lo sucedido en toda su crudeza, sean también capaces de poner en perspectiva histórica unos hechos acaecidos hace ya demasiados años para que sigan tensionando de este modo el presente de España», afirma.

Diario de Noticias, 23.05.2021