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Las muros de Ezkaba vuelven a evocar a los 207 acribillados en la fuga

Homenaje Fuerte de Ezkaba

Homenaje Fuerte de Ezkaba


Tras el parón de la pandemia, el antiguo fuerte de Ezkaba volvió a reunir a descendientes de los fallecidos en el penal franquista y también a muchos jóvenes que hacen suya la lucha por su memoria y por la justicia. El homenaje de ayer coincidió exactamente con el 84 aniversario de la fuga, que tuvo lugar el 22 de mayo de 1938. Desde la red de memoria Txinparta, esperan que para el próximo año esté rehabilitado el conocido como «Cementerio de las botellas».

Han pasado 84 años, pero el homenaje anual a los muertos en la gran fuga del penal de Ezkaba tuvo ayer un sentimiento especial por el reencuentro tras dos años de parón por la pandemia. En el mismo se recordó a los 7.200 presos que pasaron por el fuerte militar convertido en tétrico presidio fascista, de los que 750 no salieron vivos de allí.

Con todo, es el intento de huida de mayo de 1938, durante muchos años tapado por un manto de silencio, el que ha terminado redescubriendo la historia del penal. Ayer se volvió a recordar cómo cerca de 800 presos salieron ladera abajo para intentar escapar del hambre y las enfermedades que amenazaban sus vidas, cómo muchos de ellos fueron acribillados en el mismo monte o en las localidades cercanas, y cómo solo tres lograron el objetivo de cruzar la frontera y ponerse a salvo.

El homenaje de este año, realizado como siempre por la red de memoria colectiva Txinparta, coincidió exactamente con el 84 aniversario, puesto que la fuga ocurrió un 22 de mayo de 1938. Al evento se acercaron descendientes de los fallecidos, esta vez ya sin las restricciones sanitarias que les habían impedido encontrarse desde 2019, pero también un buen número de jóvenes. Por la edad de algunos asistentes, es posible que conocieran ayer mismo «in situ» lo que ocurrió hace 84 años.

Las intervenciones en recuerdo de los fallecidos se completaron con actuaciones musicales, también con jóvenes como protagonistas, y la colocación de flores en las botellas que simbolizan a cada víctima de la cárcel fascista. El homenaje de este año ha llegado también junto a la noticia de que se cuenta ya con los permisos estatales, además del impulso presupuestario de Gobierno de Nafarroa, para rehabilitar el conocido como «Cementerio de las botellas».

«Pronto empezarán las obras y esperamos que para el año que viene esté rehabilitado y con un acceso más digno que el actual», dijo en alusión al sendero en cuesta por el que se accede ahora Víctor Oroz, miembro de Txinparta, en declaraciones a Efe. Se trata del camposanto cuya existencia salió a la luz hace tres lustros y donde están enterrados más de un centenar de los presos del Fuerte de San Cristóbal, entre cuyos restos cada uno de ellos cuenta con una botella de vidrio que guarda en su interior un documento con los datos del fallecido.

Gara


 

Una gran marcha en Iruñea exige el fin de la discriminación al Euskara

Manifa Euskera

Manifa Euskera


Unas 2.000 personas, convocadas por Kontseilua, se echaron ayer a la calle preocupadas por el paso atrás que supone el nuevo decreto que plantea el Gobierno navarro y denunciaron, una vez más, las diferencias que marca la zonificación lingüística. Exigieron una legislación que no discrimine a los euskaldunes y respete sus derechos.

«Nos imputan un discurso erróneo. Nosotros no contraponemos el euskara y el inglés. Hoy día miles de alumnos acaban la educación obligatoria con un buen conocimiento de euskara, castellano e inglés. Es posible», comentaba Paul Bilbao en el parque Antoniutti antes de que comenzara la manifestación en Iruñea contra el menosprecio a la lengua propia.

Justo al terminar estas declaraciones, comenzó a sonar el himno español lanzado a todo volumen desde un piso de la Vuelta del Castillo. En la ventana se agitaba un enorme banderón rojigualda. El gesto evidencia que, como apuntaba el secretario general de Kontseilua, hay quien se toma la lengua como una batalla. Y al que habla euskara como adversario.

La manifestación arrancó casi en silencio, a las 17.30, enfilando la Avenida del Ejército hacia el acto final en la Plaza del Castillo. GARA contó, en ese tramo, unos 2.000 manifestantes. Desde la organización, calculando por metros cuadrados y no contando filas, apuntaban a una participación superior. Conforme se acercaba al centro de la ciudad, se coreó algo más fuerte. «Herritarrak ez gutxietsi» y «Euskaraz bizi nahi dugu», fueron los lemas principales.

Había entre los grupos de manifestantes alguna pincelada amarilla, color identificativo de la protesta del mediodía –que superó el millar de personas– protagonizada por las educadoras del ciclo 0-3, que cubrían su primera semana de huelga indefinida. Y, sobre todo en la parte final, se distinguían a activistas contra el TAV que desde la mañana llevaban celebrando una jornada repleta de actos y que decidieron sumarse a la manifestación sin abandonar sus pancartas propias.

Ya en la plaza del Castillo, desde el kiosco, para el acto final se buscaron varias voces. La primera, la de una joven baztanesa y, por tanto, de la zona vascófona. Ella afirmó sentirse «privilegiada», aunque solo en comparación con los demás. Según denunció, los derechos lingüísticos de los euskaldunes siguen sin respetarse de pleno. No se cumplen en la sanidad y tampoco cuando les mandan a Iruñea a los servicios centrales.

Por la zona mixta, habló un vecino de Iruñea que advirtió de que, de aprobarse el Decreto tal y como está el borrador, «en algunos puestos de trabajo el euskara pasará a contar nada. Eso sí, en todos los puestos de trabajo se tendrán en cuenta los conocimientos de alemán, inglés y francés, lenguas no oficiales».

Cerró ese primer turno de intervención un joven de Erribera. Más que lo que dijo, fue relevante el cómo lo dijo: en castellano. La falta de recursos en la zona sur de Nafarroa provoca eso, que no hablen euskara ni quienes quieren hacerlo. El joven también consideró el decreto «injusto e insolidario», por no respetar los derechos de sus vecinos euskaldunes.

Lectura política y nueva cita

El secretario general de Kontseilua, Paul Bilbao, mostró en su discurso final preocupación por «cómo se están poniendo obstáculos a la educación en euskara, cómo se está permitiendo que miles de alumnos no tengan una mínima noción de euskara, lingua navarrorum, pero siguen con fijación de confrontar modelos en inglés y euskara». Además, recordó que, en su día, la expresidenta Yolanda Barcina reconoció que su impulso del PAI tenía como objetivo frenar al modelo D.

Bilbao apeló a los políticos a poner freno al borrador de un decreto que considera que, lejos de suponer un avance, será dar pasos atrás en la normalización y el respeto de los derechos de la lengua minorizada. Urgió, por tanto, a establecer un consenso sobre unos mínimos, al igual que ya han hecho los agentes sociales, sobre los cuales no puede haber retroceso posible.

Antes de terminar, la organización hizo un llamamiento a la protesta del día 21 en Donostia que, bajo el lema ‘Euskara aurrera!’, organiza Gazte Euskaltzaleen Sarea.

Gara