Kantak eta Karrika Dantzak

En el año del centenario del nacimiento de Mitxel Labeguerie

Disco Michel Labeguerie

Disco Michel Labeguerie


 

Reconocido como «padre de la canción vasca», nació en Uztaritze (Lapurdi) –ciudad de la provincia vasco francesa de Lapurdi– el 4 de marzo de 1921, y murió en Toulouse el 24 de julio de 1980. Estudió Medicina en Burdeos, especializándose en neumofisiología y, en 1947, finalizada su carrera, se trasladó a vivir a Cambo (Kambo), donde trabajó como médico generalista e incluso llegó a ser alcalde durante los quince últimos años de su vida.

Ya en Cambo, desarrollo una intensa actividad política, siempre comprometido con los derechos humanos y con la defensa y la reivindicación de la identidad del pueblo vasco –y, en particular con la defensa del euskera–; actividad que supo compaginar por su pasión por la música heredada de su madre, que fue profesora de piano, y reforzada por las clase de txistu que recibió durante su infancia del padre capuchino Hilario Olazarán.

En su época de estudiante en Burdeos creó el grupo de canto y de danza llamado «Irrintzi» –que posteriormente daría lugar a la asociación «Eskualdunen Biltzarra», asociación nacida con el objetivo de favorecer el espíritu de solidaridad entre los vascos residentes en Burdeos y su región, así como difundir mediante la educación los valores culturales y tradicionales–.

Por aquellos mismos años, estudiando medicina, Michel empezó a componer sus primeras canciones en euskera; canciones que logró grabar en dos históricos singles ilustrados por Montes Iribarrén, editados en Bayona (Francia), y que –pese a ser vendidos y difundidos en la clandestinidad– rápidamente se extendieron a ambos lados del Bidasoa, despertando un gran interés entre la juventud vasca del norte y del sur, y sus canciones se convirtieran en auténticas «canciones de resistencia».

Un tercer disco con canciones de Michel fue otro single titulado genéricamente «Nafarra» que fue editado en 1972; disco en el que Mitxel contó con la colaboración de su hijo Eneko.

Amparo Gastón –compañera de Gabriel Celaya– el día que me regaló esos dos singles me dijo: «Nos los mandó Mitxel personalmente y fueron muy importantes para nosotros. Recuerdo como cantábamos aquellas canciones, algunas nos las sabíamos de memoria».

Experiencia que viene a corroborar lo que comentaba Natxo de Felipe –fundador del grupo Oskorri– en una entrevista; «El euskera como vehículo de expresión de modos de cultura no había tenido una actualización mínima hasta que empiezan los años sesenta y setenta nuevas experiencias en estos terrenos. Primero hubo un francotirador, un vascofrancés que tuvo relativamente poca repercusión popular, sólo sacó dos discos de esos pequeños de cuatro canciones; Mitxel Labeguerie, que tuvo una incidencia importante en futuros cantantes porque demostró que la canción moderna, expresando sentimientos actuales y propios de la colectividad, tenía salida. Este hombre no se dedicó mucho a la canción, pero sus discos supusieron un despertar importante para otra gente que vinimos después».

En ocrubre de 2000, con motivo del vigésimo aniversario de la muerte de Mitxel, sus amigos, reunidos en la asociación «Mitxel Labeguerie-ren lagunak», cuyo objetivo es perpetuar su memoria, le rindieron un homenaje en Ustaritz –su ciudad natal– y en Cambo –ciudad en la que ejerció la medicina y de la que fue alcalde–. Las conferencias pronunciadas con ese motivo fueron transcritas y publicadas en el libro «Mitxel Labeguerie. Omenaldia-Hommage».

Fecha de nacimiento: 4 de marzo
Año de nacimiento: 1921
Lugar de nacimiento: Uztaritze (Lapurdi)
Fecha de fallecimiento: 24 de julio
Año de fallecimiento: 1980

Fuente: cancioncontodos.com


 

Gernikako Arbola

Tasio

Tasio


Un amplio grupo de músicos han propuesto que el Gernikako Arbola sea elevado a la categoría de himno oficial de Vasconia-Navarra-Euskal Herria. Vendría a llenar el vacío de símbolos y referencias colectivas que representan al conjunto de la nación vasco-navarra.

Es una propuesta justificada. Dentro del cuadro de extravíos, problemas y limitaciones que atañen a nuestra sociedad, esta sugerencia responde a dos déficits que nos desnacionalizan. El de la falta de simbología colectiva, derivado de la ausencia de reconocimiento institucional; y el de la división/dispersión territorial, que desmonta el país en provincias, ‘irurak bat’, zazpiak bat, territorios históricos, departamentos, autonomías…

Los firmantes de este escrito vemos con interés y aprecio la propuesta del Gernikako Arbola como himno nacional. Por distintas razones, de índole histórica, artística, pragmática, política, sentimental y otras.

Pero, básicamente, la apoyamos porque el Gernikako Arbola es un lugar de memoria de nuestra sociedad. Más allá de la autoría de Iparragirre y su vinculación inicial con el fuerismo, es un canto que reúne todas las familias originarias y las tradiciones de esta tierra.

Los lugares de memoria son lo que son para la población que los respalda porque están cargados de sentido. Son un elemento constructor de la cohesión de las sociedades por el significado que la propia gente les atribuye. No son los hechos que los desencadenaron (aunque participen de la secuencia narrativa, de ‘la historia’) quienes los constituyen, ni las piedras derruidas que perduran, ni la altura o el brillo del monumento que los conmemora…

El castillo de Amaiur, por citar un ejemplo, no es un lugar simbólico porque fuera una fortaleza militar, ni por la belleza del paisaje en que se sitúa, ni por el número de baluartes que se dibujan en su planta, ni por los siglos de corrosión que acumule la herrumbre de sus clavos. Tampoco por el tamaño milimetrado del aljibe que descubrimos, ni por las vicisitudes de su ocupación ocasional durante la francesada… Amaiur es un lugar de memoria porque allí unos navarros que se enfrentaron al ejército imperial español lucharon a muerte por la independencia de su patria. Por no ser españoles. Por seguir siendo independientes. Por resistirse a la conquista y a la violencia de una ocupación que hoy se nos ha convertido en paisaje natural. Este significado es lo que llena de sentido el lugar, el que nos motiva a habitarlo y hacerlo nuestro, parte de nuestro sustrato colectivo.

Con el Gernikako Arbola ocurre lo mismo. Está vinculado a una época, a unas luchas, a una autoría… Pero la población vasconavarra reconoce el canto como parte de su memoria, como un segmento del pasado que nos trae hasta el presente, y lo vincula a una serie de valores y circunstancias.

Su significado nos remite a las libertades vascas; a un árbol junto al que se discutían fueros, leyes y asuntos comunes; a la lucha de un país contra ‘ejércitos de ocupación’ (sic), de guiris y peseteros, una revuelta que se levantó una y otra vez, agónica, desesperada, hereditaria. A través de esos elementos, este canto suena también a dignidad nacional, institucional, a identidad compartida. Y, por ir más lejos, la música recuerda al bombardeo de Gernika, pues por esos significados de libertad e identidad nacional la atacaron aquellos aviones enemigos. Incluso por derivación se vincula al cuadro de Picasso, con el que el topónimo comparte el motivo, la denuncia de la barbarie cometida por las potencias contra los pueblos que aspiran a ser libres. Bombardeo y cuadro que pusieron el nombre de nuestro pueblo en el escenario de las causas universales de la Humanidad, en primer plano.

Adoptemos el Gernikako Arbola como un elemento de construcción nacional, por encima de divisiones y reticencias, con toda la memoria, los valores y significados que le acompañan.

Gernikako Arbola

Gernikako Arbola Euskal Herriko ereserki ofiziala izatea proposatu du musikari talde handi batek. Horrek euskal eta nafar nazio osoaren ikur eta erreferentzia kolektiboen hutsunea beteko luke.

Proposamen justifikatua da. Gure gizartean bizi ditugun nahasmen garai, arazo eta mugen baitan, iradokizun honek naziorik gabe uzten gaituzten bi defizit egoerei erantzuten die: erakundeen aitortzarik ezak eragiten duen sinbologia kolektiboren falta; eta lurraldeen banaketa/sakabanaketa, herrialdea probintzietan banatzen duena, “Irurak bat”, zazpiak bat, lurralde historikoak, departamentuak, autonomiak…

Idatzi honen sinatzaileok interes eta estimu handiz ikusten dugu Gernikako Arbolaren proposamena ereserki nazional gisa aurkeztea, hainbat arrazoi direla medio: historikoak, artistikoak, pragmatikoak, politikoak, sentimentalak eta bestelakoak.

Baina, funtsean, Gernikako Arbola gure gizartearen oroimen lekua delako babesten dugu. Iparragirreren egiletzaz eta foruzaletasunarekin izan zuen hasierako loturaz haratago, jatorrizko familia guztiak eta lurralde honetako tradizioak biltzen dituen kantua da.

Memoria-lekuak toki bereziak dira zentzuz beteta daudelako horiek babesten dituzten giza taldeentzat. Gizarteen kohesioaren elementu eraikitzaileak dira, jendeak berak ematen dien esanahiagatik. Beraz, ez dira esanguratsuak bertan izan ziren gertaerengatik (nahiz eta “Historiaren” narrazio sekuentzian parte hartu), ezta toki horietan oraindik irauten duten harri eraitsiengatik, hala nola gogora ekartzen dituen monumentuaren altuera edo distirarengatik.

Amaiurko gaztelua, esate baterako, ez da leku sinboliko bat gotorleku militar bat izan zelako, ez kokatuta dagoen paisaiaren edertasunagatik, ez bere oinplanoan marrazten diren bastioien kopuruagatik, ezta bere iltzeen herdoilak metatzen dituen korrosio-mendeengatik. Era berean, ez da oroimen leku bat bertan aurkitu zen uharkaren tamaina milimetratuagatik, ezta frantsesadak iraun zuen bitartean izandako noizbehinkako okupazioaren gorabeherengatik ere. Espainiar armada inperialari aurre egin zioten nafar batzuk euren aberriaren independentziaren alde hil arte borrokatu zirelako da oroimen leku garrantzitsua. Espainiarrak ez izateagatik. Independente izaten jarraitzeagatik. Konkistari eta gaur egun paisaia natural bihurtu zaigun okupazioaren indarkeriari aurre egiteagatik. Esanahi hori da lekua zentzuz betetzen duena, hura bizitzera eta gurea egitera bultzatzen gaituena, gure substratu kolektiboaren zati gisa.

Gernikako Arbolarekin gauza bera gertatzen da. Garai bati, borroka batzuei, autoretza bati lotuta dago… Eta, gainera, euskal herritarrek kantua beren oroimenean gordeta dute, gaur egunera ekartzen gaituen iraganaren ikur gisa, eta hainbat balio eta egoerekin lotzen dute.

Bere esanahiak euskal askatasuna ekartzen digu gogora; foruak, legeak eta eguneroko afera arruntak eztabaidatzeko leku izan zen zuhaitza; herrialde batek giri eta diruzaleen “okupazio-armadaren” (sic) aurkako borroka, behin eta berriz altxatu zen matxinada agonikoa, desesperatua eta herentziazkoa. Elementu horien bidez, kantu honek duintasun nazionala, instituzionala eta nortasun partekatua ere iradokitzen du. Eta, are gehiago, musikak Gernikako bonbardaketa gogorarazten du, askatasunaren eta nortasun nazionalaren esanahi horiengatik eraso baitzioten hegazkin etsai haiek. Toponimo bera duen Picassoren margolanarekin lotzen da, potentziek askeak izan nahi duten herrien aurka egindako basakeriaren salaketa egiten duena. Bonbardaketak eta koadroak berak gure herriaren izena Gizateriaren kausa unibertsalen agertokian jarri zuten, lehen planoan.

Beraz, zatiketen eta errezeloen gainetik, har dezagun Gernikako Arbola eraikuntza nazionaleko elementutzat, bere baitan biltzen dituen memoria, balio eta esanahi guztiekin.

*Firman este escrito: Inaxio Kortabarria, Juan Antonio Urbeltz, Jean-Louis Davant, Xosé Estévez, Beñi Agirre, Humberto Astibia, José Luis Orella Unzué, Antton Soroa, Iñaki Idigoras, Pascual Larunbe, Iñaki Arzak, Elena Berazadi, Ganix Larratxe, Jose Inaxio Indaberea, Xabier Errasti Uriarte, Margarita Nieva Telleria, Jose Mari Blanzako, Gurutz Olaskoaga Sarasola, Xabier Urbeltz, Luis Gereka, Jesus Mari Eizmendi Zialtzeta,Jesús Perez de Viñaspre.