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Serrano Izko: «No se puede entender Navarra sin conocer las manipulaciones de su historia»

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Para los historiadores Bixente Serrano Izko y Aitor Pescador, conocer la historia en general es fundamental para manejarse con criterio por la vida y, en el caso de Navarra, resulta especialmente importante porque, a juicio del primero, no se puede entender bien lo que hoy es la Comunidad Foral «si no conocemos las manipulaciones a las que se ha sometido la conciencia sobre nuestra historia». En gran medida por eso, ambos llevan ya unos años impartiendo cursos divulgativos en el seno de Euskokultur Fundazioa, entidad que junto con la empresa Labrit Multimedia ha promovido el DVD Nafarroa, Euskal Estatuaren Historia/Historia del Estado Navarro, que DIARIO DE NOTICIAS distribuirá desde hoy y hasta el día 3 al precio de 11,95 euros más el periódico (10.95 para suscriptores).

Serrano Izko y Pescador se involucraron en la elaboración de los guiones de este proyecto convencidos de que se podía generar un material didáctico de primer orden para toda clase de público. Con estas dos firmas al frente de los textos parte del trabajo estaba adelantado. No en vano, Serrano Izko lleva años impartiendo Historia de Navarra en Bachillerato, de modo que ya tenía «una plantilla general de la que partir y sobre la que hacer las necesarias adaptaciones hacia un alumnado más adulto», cuenta. Sin olvidar, claro, su libro Nafarroa, historiaren hariak, traducido al castellano como Navarra, las tramas de la historia. Eso sí, el trabajo en equipo ha sido fundamental para unificar criterios, contenidos, conceptos, terminología, etcétera. En este apartado, el director de Labrit Multimedia, Gaizka Aranguren, «con su fino sentido de la comunicación», según Serrano Izko, jugó un papel muy importante. «Él proponía un borrador inicial de cada tema y entre los tres hemos ido trabajando para conseguir el guión definitivo, tanto en euskera como en castellano», sigue el historiador, que destaca, asimismo, la labor de asesoramiento de Joseba Asiron.

En cuanto a las fuentes empleadas, Aitor Pescador comenta que se ha trabajado «con buena parte de la bibliografía existente» en los dos idiomas. Además, «al tratarse de un trabajo de carácter divulgativo», se han manejado tanto las grandes obras de consulta, caso de la Gran Enciclopedia de Navarra, por ejemplo, como los documentos de mayor peso bibliográficos, «donde autores como José María Lacarra siguen siendo indispensables»; «sin dejar de añadir por ello datos o detalles que nos parecían necesarios y que no aparecen en la bibliografía más conocida». Y, como es lógico, este experto ha echado mano de sus propias obras, como la Colección documental sobre Sancho el Mayor que realizó en su día con Roldán Jimeno, o los últimos libros que ha publicado sobre la conquista de Navarra.

claro y sencillo En opinión de Pescador, este DVD-libro constituye una forma atractiva de acercarse a la historia del viejo reino. «Las imágenes, sumadas a la voz en off, permiten a la gente comprender mucho más rápido conceptos que de otra forma necesitarían un buen número de páginas». Y es que, una de las principales aportaciones de Labrit Multimedia es que «ha generado una serie de iconos que permiten identificar rápidamente y con facilidad el asunto del que se está hablando». Serrano Izko agrega que, sin duda, el DVD y el pequeño libro que lo acompaña suponen «una especie de puesta en ambiente», una introducción «ágil y didáctica» para quien luego quiera profundizar en cada tema. Por eso, no se dirige tanto a especialistas como a público que quiera empezar a conocer los entresijos de la tierra en la que vive. «Puede ser una herramienta de trabajo para el profesorado de historia de Navarra de toda Euskal Herria», añade el profesor. Y Pescador coincide en que «está muy bien también para esa gente joven que piensa que la historia es un peñazo, porque con este trabajo se va a sorprender».

evitar falsedades Ya sea a través de este medio como mediante vías más convencionales, conocer la historia resulta muy valioso «principalmente para evitar falsedades y mitos». Para Aitor Pescador, «una cosa es que la gente se sienta identificada a día de hoy con una forma de vida o un proyecto político y otra bien diferente es manipular la historia para así justificar el presente». Es decir, «lo que la gente debe saber es que Navarra fue un reino independiente con su legislación, justicia, administración y economía propios» y que «su desaparición se debió a un acto de violencia perpetrado por un rey vecino, que utilizó todas las artimañas de la diplomacia para quedarse con aquello que tomó ilegalmente». Y del mismo modo hay que acabar «con esa idea de subordinación de Navarra a un proyecto de unidad hispana», afirma este historiador.

Respecto a los efectos que las celebraciones del año pasado en torno al 500 aniversario de la conquista, los dos expertos comparten la idea de que lo conseguido «fue muy importante», ya que se dio salida desde el punto de vista cuantitativo y cualitativo a publicaciones bien interesantes y se logró, además, la colaboración entre distintos investigadores. «Haber conseguido poner en tela de juicio el discurso oficial que sobre la conquista de Navarra se mantiene intacto casi desde el siglo XVI debería servirnos para hacer un planteamiento global de la historia, al menos hasta su conquista. Una nueva mirada sin prejuicios ni servidumbres, una mirada netamenta navarra», apunta Pescador. «Se ha podido aprovechar para penetrar con más calado en la conciencia histórica de la gente», indica Serrano Izko, que subraya que sería primordial «no dejar decaer ese interés», mantendiéndolo vivo con investigaciones no tan supeditadas a efemérides concretas. Que este DVD se publique un año después del aniversario busca, precisamente, ese mismo objetivo.
las claves

· Bixente Serrano Izko. (Sarasa, 1948). Se licenció en Historia en la UN en 1972. Imparte clases de Historia de Navarra en Bachillerato y diversos cursos como los de Euskokultur Fundazioa. Entre sus obras cabe destacar Navarra-Euskadi, un debate popular que urge (1981), Onkoteak (1987), Narraciones. Beldurra bera zaldi (2002), Bakezale gerlari horiek (2004), Nafarroa, historiaren hariak (2005) y Jauzika (2010). Ahora trabaja en una investigación sobre la Pamplona de principios del siglo XX hasta 1936.

· Aitor Pescador. Licenciado en Historia por la UN en 1995. Ha publicado varios libros referentes a los registros de Comptos. Cuenta además con una decena de artículos publicados relativos a diferentes proyectos de investigación. Es experto en la historia de Navarra en la época medieval y moderna y en esta línea ha publicado libros como 1512. El año de la guerra. También son suyos Vasconia en el siglo XI (Euskal Herria XI. mendean/Euskal Herria au XIe siécle) y la Colección documental de Sancho Garcés III, el Mayor.

Diario de Noticia, 29/11/2013.

El vasco Ochoa, un insigne tafallés en la Argentina

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Los distintos movimientos migratorios, aventureros y de rechazo a guerras coloniales y leyes establecidas llevaron a la Tafalla de hace cien y más años a ver zarpar a decenas de nuestros paisanos que eligieron preferentemente el sur de América como destino.

Con motivo de un reciente viaje al cono sur tuve la ocasión de conocer la vida de uno de aquellos jóvenes tafalleses. Se trata de Gregorio Ochoa Mendía, que vio la luz en la casa y granja existente entonces en el número 50 del Camino Real, hoy avenida Severino Fernández, lugar en el que se encuentra la Residencia de San Francisco Javier (Hermanitas).

Gregorio Ochoa (25-05-1907) era el segundo de los hijos de Ceferino Ochoa, natural de Marcilla, y de Cesárea Mendía, de Tafalla, y que tuvieron otros tres hijos: Salomé, Fortunato y Paca. Gregorio trabajó con su padre, y como muchos tafalleses de la época, como cantero en aquellas explotaciones de la afamada piedra de Tafalla que visten con orgullo muchos edificios de ciudades y pueblos.

Nuestro paisano arribó al puerto de Buenos Aires el 1 de septiembre de 1926 en el barco Reina Victoria, que había partido de Barcelona casi un mes antes. Contaba con 19 años y anhelaba ver y disfrutar del nuevo mundo. Argentina seguía siendo el destino de miles y miles de emigrantes que llegaban ávidos de una nueva situación social y aventurera. En la capital porteña le esperaban su hermana mayor, Salomé, y familia.

Gregorio Ochoa se estableció en Buenos Aires, en la calle Ayacucho, en el número 900, pasando al tiempo a vivir a la bella ciudad de San Isidro, cercana a la capital, en donde participó con el histórico y prestigioso Club Atlético San Isidro -el popularmente llamado CASI- en distintos deportes. Esta entidad, de renombre en Argentina, cuenta con canchas para la práctica de paleta, tenis, rugby, bolls, hockey, golf y fútbol.

En 1927 Gregorio fue llamado para la mili española rechazando la invitación. Eran años de guerras coloniales en África y a nuestro paisano no le apetecía mucho aquello de cumplir con la llamada patria aunque de manera y formas educadas formuló la consiguiente respuesta que guarda, junto con otras notas, documentos, cartas y mil historias, su familia.

En la década de los treinta Gregorio Ochoa ya trabajaba y colaboraba en la Gure Etxea de la calle Cangallo (después General Perón) como difusor de la pelota vasca, sobre todo del share, del que fue un entusiasta, así como de otras modalidades de los deportes de su lejana y querida tierra. Posteriormente, ya en los cuarenta, cambió de residencia estableciéndose en la costa Atlántica como transportista y almacenista de material de construcción, enviando camiones y contingentes por toda la Patagonia.

En los años sesenta volvió a establecerse en la capital, Buenos Aires, poniendo su taller de artesano en el trinquete del mismo Gure Etxea, en donde siguió desarrollando, casi hasta el final de su vida en 1991, la confección de raquetas de share y pelotas para la práctica del share, paleta y mano.

Los seguidores de la pelota en Argentina confirman que si este país recogió galardones en los campeonatos mundiales fue a causa tanto del material como del afán y difusión de nuestro paisano Ochoa, quien además tejió una red de agentes y delegaciones de sus artículos en países como Cuba, México, Uruguay, Filipinas, EEUU y en el País Vasco.

Ochoa fue el único artesano vasco dedicado a esta fabricación. Empleaba como material fundamental el sauce amarillo que extraía del delta del Río de la Plata, que dejaba en remojo en agua por un par de días y luego enterrados en tierra otros tres días más. Posteriormente utilizaba un molde de madera para darle la curva necesaria y la curva definitiva. Por último, con dos tipos de hilo muy resistente practicaba el ensordado llegando a hacer 45 shares por día.

Las pelotas las fabricaba con un látex de goma que envolvía en lana y una envoltura con hilo de coser golpeándola en un molde de bronce para sellar el hilo y favorecer el bote y golpeo. Primero utilizó materiales como cuero de perro y más tarde ya utilizó el de vaca apergaminado, logrando la destreza de los pelotaris que encargaban al artesano por decenas y eran enviadas a todo el mapa pelotazale mundial.

En su vida, el amor y agradecimiento a su tierra fue destacado también por su pasión por los cuadros de dantzaris, el euskera y todo lo que se relacionara con las raíces vascas. Ese mismo sentimiento lo sembró firme en sus hijos y nietos, quienes hoy alardean y se enorgullecen del padre, abuelo y bisabuelo tafallés.
Gregorio pudo visitar su pueblo hasta en dos ocasiones; su hermana Paca vivió en la Casa de las Rejas y era parada y fonda de nuestro protagonista. Su hijo Botxa y sus nietos han tomado el relevo en sus vidas visitando Tafalla y aquel País Vasco querido que sigue siendo también su tierra, la que tanto quiso el abuelo Gregorio.
La Fundación Juan de Garay, organismo que destaca a los vascos más comprometidos con su tierra, dedica un lugar especial a Gregorio Ochoa. En Buenos Aires vive su esposa Zunilda Rooney, irlandesa de nacimiento, que pronto cumplirá los 98 años y goza de una envidiable actividad y memoria. En Maipú, a 275 kilómetros de la capital en dirección al sur, vive su hijo Norberto Botxa con su esposa Cristina Marquínez, originaria de Vitoria-Gasteiz. Son padres de cuatro hijos: Sebastián, Hernán, Javier y Ezequiel, que les han dado trece nietos. Tuvo Gregorio otro hijo, Jorge, fallecido en 1999 a los 48 años.

La familia Ochoa salió además de la Argentina por distintos lugares, tales como Barcelona, Tenerife, Segovia y Pamplona-Iruña. Hoy, la familia ha iniciado distintos contactos para recuperar afectos y recuerdos en los que sin duda estará la figura de aquel buen hombre sencillo y grande, profesional y artesano que atesoró en su vida el amor intenso a su lejana tierra vasca que él amó y siempre defendió.

José Luis Lizarbe, en La Voz de la Merindad