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«Nuestro pueblo despertará», nuevo libro de Jose Mari Esparza

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«Este personaje tafallés me apasionó, y espero transmitir esa pasión a quienes lean el libro». De esta forma resumió Jose Mari Esparza la finalidad de su última obra, editada por Txalaparta con el título «Nuestro pueblo despertará. David Jaime y la República vasconavarra».

Según explicó el propio autor durante la presentación del libro, David Jaime (1887-1949) fue «un personaje entrañable, una figura mítica, inteligente e irónica» que era muy conocida en Tafalla, el pueblo donde vivió buena parte de su vida. Fue miembro de ‘‘Euskeraren Adiskideak’’, concejal republicano, diputado de la Gestora de la Diputación foral, representante de Nafarroa en la Junta Permanente de la Sociedad de Estudios Vascos y presidente del Consejo de Navarra en el exilio.

En la sesión del 31 de mayo de 1931 consiguió que se aprobase la oficialidad del euskara en Nafarroa, siendo la primera vez que se tomó un acuerdo de tal trascendencia.

«Es uno de los personajes más interesantes del republicanismo vasconavarro, que se comprometió con pasión, hasta su muerte en el exilio, con una Navarra laica, republicana, de izquierdas, euskaldun y unida, sin perder su autonomía, al resto de Euskal Herria», resumió Jose Mari Esparza.

También aclaró que él no es historiador, sino divulgador de la historia, y que con este libro quiere divulgar, a través de la vida de David Jaime «y la de sus camaradas», que el tema de la autonomía y de la unidad vasca «no fue en absoluto monopolio del nacionalismo vasco, sino que hubo muchos que, desde la izquierda, tenían asumido que la causa social y la nacional iban por la misma senda, y pagaron alto precio por ello».

De hecho, cuando se produjo el golpe de Estado de 1936, un grupo de guardias civiles y de requetés acudió a detener a David Jaime, pero no le localizaron porque se metió en una cuba de vino a medio llenar. Después de pasar año y medio escondido en Tafalla, cuando ya habían cesado los fusilamientos masivos por parte de los franquistas, un grupo de amigos preparó su huida. Tras permanecer escondido en un caserío del valle de Ultzama, enfermo de pulmonía, consiguió pasar a Ipar Euskal Herria montado en un caballo al que no necesitó guiar, sino dejarle seguir el camino de los contrabandistas que ya conocía.

A partir de ahí, David Jaime organizó una red de contrabando para ganarse la vida y continuó la lucha contra el franquismo, hasta su muerte en 1949. Su tumba se encuentra en Kanbo, con una lápida en euskara, la lengua que aprendió en Eugi y Etxarri Aranatz y en la que escribió muchas de sus cartas.

Seis documentos claves

Mediante la vida de este personaje tafallés, Esparza repasa también el ambiente político y social de la primera mitad del pasado siglo y la influencia que ha tenido en la situación actual. En ese contexto hay que entender el título del libro, ya que ‘‘Nuestro pueblo despertará’’ es una frase tomada de la última carta que escribió David Jaime.

En la parte final del libro se incluyen seis documentos que resultan claves para entender el clima que se vivió en Nafarroa durante la II República y los primeros años del franquismo, documentos que reflejan que el PSOE de aquella época «tenía una postura clara a favor de la unidad vasca», señaló Esparza.

En la presentación también participaron el editor Jon Jiménez y el historiador Emilio Majuelo, quienes coincidieron en que se trata de una obra «muy bien documentada», a pesar de que la represión franquista «hizo que desaparecieran muchos documentos de David Jaime».

Gara, 21/03/2016


 

Del mugarri al «mojón digital», 160 años partiendo Euskal Herria

Mugarri

Mugarri


 

Hace 160 años los estados francés y español se pusieron de acuerdo para fijar la frontera pirenaica mediante «mugarris» numerados, afianzando así la partición de Euskal Herria y Catalunya. Ahora están recurriendo a las modernas tecnologías para afinar todavía más la línea fronteriza que impusieron ambos estados.

En el año 1856 la reina española Isabel II autorizó al Gobierno para ratificar «el Tratado ajustado entre España y Francia con el objeto de fijar los límites de ambas naciones en la porción de frontera correspondiente a las provincias de Guipúzcoa y Navarra». Mediante este tratado, ambos estados comenzaban a delimitar la línea fronteriza en el Pirineo, es decir, aestablecer lo más nítidamente posible la línea divisoria entre Ipar y Hego Euskal Herria. ¿Y cómo delimitar la muga a lo largo de más de 200 kilómetros de montañas, entre el río Bidasoa y el collado de Intzola, cerca de Hiru Erregeen Mahaia? El sistema adoptado por los «expertos» españoles y franceses fue colocar mugarris numerados a lo largo de toda esa línea, que estaba todavía sin definir.

Los mugarris, o piedras hincadas en el suelo, habían servido históricamente para fijar los límites municipales de pueblos o valles, cuestión importante a la hora del aprovechamiento de pastos, leña, agua o caza. Sin embargo, una vez que los estados francés y español habían acordado por dónde discurría la frontera, los conflictos que surgían entre los pueblos o valles situados a ambos lados de la muga pasaron a convertirse en cuestiones de Estado. Cualquier disputa fronteriza entre pastores, leñadores, cazadores o comerciantes de ambos lados de la muga desembocaba en un agravio entre los dos estados. De hecho, los escritos de la época hablan de «violaciones territoriales» cuando surgían estos conflictos.

El precedente más inmediato que explica la colocación de mugarris por parte de ambos estados fue la Primera Guerra Carlista (1833-1840). La victoria de los liberales tuvo en Nafarroa Garaia consecuencias que han llegado hasta nuestros días, ya que un año después entró en vigor la Ley Paccionada que establecía el traslado de las aduanas del río Ebro al Pirineo. Esas aduanas tenían que «sujetarse a los aranceles generales que rijan en las demás aduanas de la Monarquía».

De esta forma, el Estado español privó a Nafarroa del cobro de los impuestos de mercancías que entraban en este herrialde desde el sur, y al mismo tiempo se apropió de los impuestos a los productos que entraban por la frontera norte. Fue entonces cuando volvió a plantearse un problema que los estados francés y español todavía no habían resuelto, a pesar de haber transcurrido ya varios siglos desde que se habían repartido los territorios vascos de Ipar y Hego Euskal Herria: ¿Dónde está la frontera?

Esta pregunta se la habían formulado en varias ocasiones sin llegar nunca a alcanzar una solución, de forma que la frontera seguía siendo algo ambiguo y muy impreciso. De hecho, la línea representada en la cartografía francesa no siempre coincide con la española.

Sin embargo, a partir de 1841 se veían obligados a llegar a un acuerdo, no solo porque el cobro de los aranceles debían hacerlo en plena muga, sino porque ambos estados necesitaban crear cuerpos especiales para vigilar la frontera y tratar de evitar el contrabando. Fue así como se llegó al Tratado de Límites de 1856, firmado en Baiona por los respectivos «plenipotenciarios» franceses y españoles.

Este acuerdo entre los dos estados, que no tuvo en cuenta la opinión de los vascos de ambos lados de la muga, sigue vigente en la actualidad, sin que en estos 160 años ninguna institución haya solicitado su revisión ni anulación. Para 1858 ya habían sido colocados los 272 mugarris entre el río Bidasoa y el collado de Intzola, cerca del límite con Bearne y Aragón, y en año sucesivos acabaron de instalarse un total de 602 mojones a lo largo de todo el Pirineo.

Estos hitos siguen marcando la «moderna» frontera franco-española, y su revisión anual resulta obligatoria. De hecho, los representantes municipales de pueblos y valles que tienen mugarris comunes deben visitarlos de forma conjunta una vez al año y firmar un documento en el que certifican que esos hitos continúan en el mismo lugar donde fueron colocados.

Precisión milimétrica

También sigue vigente la Comisión Internacional de los Pirineos, que ambos estados crearon en 1875 para resolver los problemas fronterizos derivados de las actividades aduaneras y de la dificultad de establecer la línea exacta de la frontera entre mugarri y mugarri. Estas piedras suelen estar separados por varios cientos de metros y además en un terreno muy intrincado, lo que complica todavía más definir la línea fronteriza.

Ha sido precisamente esta comisión franco-española la que ha decidido utilizar las nuevas tecnologías para fijar la división de toda la cordillera pirenaica con una precisión milimétrica. Esta labor comenzó en Catalunya, se trasladó hace dos años a Nafarroa, y todavía continúa en otros territorios. En concreto, en 2013 y 2014 técnicos del Instituto Geográfico Nacional (IGN) y de la Sociedad Geográfica Española (SGE) recogieron coordenadas de precisión entre los mugarris 1 y 113, en la línea fronteriza que separa Nafarroa Garaia de Lapurdi y Nafarroa Beherea.

Para obtener estas coordenadas, técnicos especialistas en topografía y cartografía del IGN y de la SGE van colocando una antena sobre cada uno de los mugarris y obtienen su posición exacta mediante receptores del Sistema Global de Navegación por Satélite (GNSS es su acrónimo en inglés). Las coordenadas obtenidas entre los mugarris 1 y 113 fueron aprobadas por la Comisión Internacional de los Pirineos en diciembre de 2014.

A lo largo del pasado año colocaron receptores GNSS entre los mugarris 230 y 269, que fueron observadas también por el IGN francés, pero las coordenadas de precisión obtenidas en ese tramo todavía no han sido aprobadas por la Comisión Internacional de los Pirineos.

El objetivo es obtener «mojones digitales» de toda la frontera entre el mar Cantábrico y el Mediterráneo. De esta forma, aunque los mugarris «desaparezcan» o los municipios que comparten frontera se nieguen a hacer el obligado «reconocimiento de mugas», los estados francés y español dispondrán de una información exacta de la línea fronteriza acordada por ellos mismos.

«Hay que abolir los tratados que consagran nuestra división»

«Para lograr un estatus político que se aproxime a la normalidad, lo primero que se tendría que hacer es abolir los tratados que consagran nuestra división y sometimiento a otros estados, como paso previo para la consecución del nuestro propio». Así lo afirma Luis Mª Martínez Garate, divulgador histórico y miembro fundador de la asociación Nabarralde.

Martínez de Garate recuerda que la llamada Paz de Westfalia, firmada en 1648, supuso el inicio en Europa de la época de los denominados estados-nación y de sus fronteras impermeables. «Con ella nace el sistema de estados europeos que todavía está en vigor», constata.

Once años después, en 1659, la llamada Paz de los Pirineos vino a corroborar lo ya acordado en Westfalia. «Tal acuerdo supuso la partición de Catalunya entre españoles y franceses. Y en nuestro caso –añade Martínez Garate– implicó el reconocimiento como definitivo de la división de nuestro país ya efectuada con la conquista y ocupación de Nafarroa Garaia en 1512-24. La Paz de los Pirineos constituyó uno de los hitos de mayor trascendencia en la constitución de la Europa de los estados que hemos sufrido durante tantos siglos y que nos impide, aquí y ahora, tanto a navarros como a catalanes tener nuestro lugar propio en Europa».


 

Cronología de la frontera franco-española

1512: Castilla invade Nafarroa

El reino pirenaico queda incorporado a la corona española.

1659: Tratado de los Pirineos

Fue firmado entre España y Francia el 7 de noviembre de 1659 en la Isla de los Faisanes (sobre el río Bidasoa). Mediante este Tratado queda fijada la frontera hispano-francesa a través de los Pirineos, que sigue vigente hasta nuestros días. Sin embargo, se trata de una frontera muy imprecisa.

1841: Traslado de las aduanas del Ebro al Pirineo

Tras la Primera Guerra Carlista, España impone el traslado de las aduanas del río Ebro a la frontera pirenaica. De esta forma, priva a Nafarroa de cobrar los impuestos de mercancías que entraban en su territorio. A partir de entonces, los impuestos de las mercancías que entren a Nafarroa por el Pirineo irán a parar a las arcas españolas.

1856: Primer Tratado de Límites

Se establece la frontera en la demarcación del Pirineo Occidental, desde el mar Cantábrico, en la desembocadura del Bidasoa), hasta Hiru Eregeen Mahaia, en la muga con Aragón. En 1858 se termina la colocación de los 272 mugarris en la frontera que divide Nafarroa Garaia e Ipar Euskal Herria.

1862: Segundo Tratado de Límites

Se establece la frontera desde Hiru Eregeen Mahaia hasta el Port de Boet (Pallars Sobirà), en el límite con Andorra, correspondiente a Huesca y Lleida.

1866: Tercer Tratado de Límites

Se establece la frontera desde la Portella Blanca hasta la Cova Foradada en el mar Mediterráneo, correspondiente a Girona.

1868: Acta final de delimitación

Se acaban de colocar los mojones fronterizos de los Pirineos desde el río Bidasoa hasta el Cap de Cervera, en Girona, además de los 45 mojones alrededor del enclave «español» de Llívia, rodeado de territorio francés.

1875: Comisión Internacional de los Pirineos

Se crea para velar por el cumplimiento de las resoluciones y de resolver los problemas fronterizos derivados de los servicios aduaneros o de la interpretación de los Convenios de Límites entre los estados francés y español. Sigue vigente hoy en día.

1973: Convención de amojonamiento entre ambos estados

Se aprueba un acuerdo entre los estados francés y español relativo al amojonamiento y conservación de la frontera pirenaica.

1985: Tratado de Schengen

Es uno de los pasos en la creación de la Unión Europea. Se suprimen los controles en las fronteras entre los países de Europa y se trasladan a las fronteras con terceros países. Se establece un espacio común por el que se puede circular libremente. No obstante, Euskal Herria (al igual que Catalunya) continúa dividida por la frontera franco-española.

2011: Obtención de coordenadas de precisión de todos los mugarris

Por decisión de la Comisión Internacional de los Pirineos, técnicos franceses y españoles comienzan a obtener coordenadas de precisión en los mugarris de toda la frontera pirenaica. Los dos primeros años lo hacen en Catalunya, en 2013 y 2014 siguen por Euskal Herria, y en 2015 continúan por Bearne y Aragón.

2016: Ratificación

A lo largo de 2016 está previsto que la Comisión Internacional de los Pirineos apruebe las coordenadas de los mugarris 230-269. Todavía se desconoce la fecha en que quedará aprobada por ambos estados la totalidad de esta «frontera digital».

Gara, 08/02/2015