Cultura / Kultura

Escritores salacencos en lengua vasca

Otxagi

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La lengua vasca está íntimamente unida a los valles pirenaicos de Na-varra y ha sido al mismo tiempo nexo de unión de Roncal, Salazar y Aezkoa con las gentes de la Baja Navarra y de Zuberoa. Dejando aparte los textos religiosos, sermones, pláticas y catecismos escritos del siglo XVIII,se puede decir que Salazar también se unió al movimiento cultural vasco surgido en Navarra en el último tercio del siglo XIX. Por iniciativa del insigne lingüista Luis Luciano Bonaparte, el vecino de Jaurrieta Pedro Jose Samper se encargó de escribir en euskera el evangelio de San Mateo, y José Urrutia, por su parte, escribió en el dialecto del valle la balada Orreagade Arturo Campion.

Precisamente en esos postreros años del siglo XIX nació en Otsagabia Federico Garralda Argonz (1880-1929). Al igual que su padre, Ciriaco Garralda Sancet (1851-1930), fue veterinario, y padre e hijo también escribieronen lengua vasca en las primeras décadas del siglo XX, sobre todo en la revista Euskal Esnalea.

Un artículo de Arturo Campion alertando sobre el retroceso del euskera en Salazar fue el motivo que impulsó a Ciriaco a escribir en lengua vasca, afición que inculcó a su hijo. Ciriaco también fue socio de la Sociedad de Estudios Vascos, institución creada por las cuatro Diputaciones para el fomento de la cultura del País. Federico heredó y desarrolló el estilo del padre. Sus escritos denotan una vena literaria muy rica y un dominio perfecto de la lengua. En una ocasión publicó un artículo (Kubarik Muskildara, es decir, de Cuba a Muskilda) para relatar el regresode un indiano al valle de Salazar. Comienza describiendo así su pueblo natal: “En un rincón de País Vasco,….” – “Euskalerriko xoko batian iguzkiak iluntzen duenian izarren argia, aitzen dia egunoro olarrak, bi ugalden arroitua etaargi eskilara. Aldapetarik barna, eguzkia saunsten denian, bizi zalien etxeakberotzera, etxe gainetarik elkitzen da txut-txuta sukalden kea ta aizean besar-katzen dia. Xoko kontan dago Otxagabi, Sarazaitzuko herritarik bat….”.

Federico también envío un trabajo sobre los juegos infantiles de Otsagabiaal certamen organizado por el Ayuntamiento de Pamplona en 1926, rescatado hace ya unos cuantos años del Archivo Municipal de la capital por el periodista alsasuarra Alberto Barandiaran.

Y ahora, en este otoño en elque ya comienza la sinfonía de colores en los bosques de Irati, se ha pre-sentado una obra que rescata del olvido a Ciriaco y Federico Garralda. Y esque los libros perduran, tal y como le dijo Zoilo Moso Bezunartea, euskaldun de Otsagabia, al escritor vasco de Isaba José Estornés Lasa, tras contarle un sinfín de relatos en euskera: «Ni fanen niz mundutik, Juangoikoaknai duelarik, baya xuk eskribitzen zuena munduan batren da eta norbaitek leitren du eta ikusiren die denbrazko gauza onetarik bat». (Yo me iré de estemundo, si Dios quiere… pero lo que escribe usted quedará en esta vida y lo leerá alguien…).

Enrique Diez de Ulzurrun


Euskaltzaindia cierra su centenario preparada para los retos del futur

Euskaltzaindia

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Euskaltzaindia cerró ayer en el Palacio Foral de Gipuzkoa los actos de la celebración del centenario desde su fundación, en 1919, y lo hizo con una llamada clara a mantener “la ilusión por seguir trabajando por y para el euskera, con quienes se esfuerzan día a día en garantizar el futuro de nuestra lengua” y hacerlo, como dijo el presidente de Euskaltzaindia, Andrés Urrutia, de la mano de “los distintos agentes de la cultura vasca de un modo abierto” para afrontar los retos que, como en las últimas décadas, ha afrontado el euskera.

“Euskaltzaindia es, desde su creación, transfronteriza y plural, porque nuestra lengua, el euskera, es también transfronteriza y engloba a una comunidad de hablantes también plural”, proclamó Urrutia, que en su intervención ante autoridades, académicos e invitados recordó cómo Euskaltzaindia a lo largo de este siglo “tomó las riendas a la hora de conformar y promover el euskara batua, junto con otros agentes de la sociedad vasca;impulsó asociaciones y actuaciones que hoy en día son realidades palpables, tales como AEK, UZEI, EIE, primeros títulos en euskera, campeonatos de bertsolaris, concursos literarios, edición de libros… Actividades, proyectos e iniciativas que han contribuido a conformar buena parte de la infraestructura actual con la que cuenta la cultural vasca”.

“Ahí ha estado la Academia del Euskera y ahí seguirá estando”, resumió Urrutia en una intervención en la que, sobre todo en euskera, pero también con pasajes en castellano y francés, agradeció a todos los miembros que han formado parte de Euskaltzaindia en estos cien años: “Sería imposible nuestro trabajo sin ellos”.

Con la vista puesta en los retos del presente y del futuro (“digitalización, internacionalización, profesionalización y socialización, todo ello sin perder su vocación de servicio”), Urrutia se inspiró en la soka-dantza que abrió el acto con las autoridades forales y académicas cogidas de la mano para reivindicar que “más allá del origen y la procedencia de cada uno”, recordar que “el euskera nos une”.

Una línea similar a la que trazó el lehendakari, Iñigo Urkullu. “Hemos recordado la situación del euskera en el siglo XX, la resurrección de hace 100 años y el dolor de los años oscuros que después vinieron”, dijo el lehendakari, que reconoció que “no estaríamos donde estamos sin la labor de Euskaltzaindia y sin el euskara batua”.

“Muchas veces nos preguntamos cómo estará el euskera en 2030”, lanzó Urkullu antes de enumerar desafíos que son coincidentes con los que se fija la propia Academia u otras instituciones que trabajan en el euskera: “Cientos de retos y siempre la fuerza del euskara, siempre adelante”.

Como lo fue en 1919 el azpeitarra Julian Elorza Aizpuru, el anfitrión de la jornada de ayer fue el jefe del Ejecutivo foral, Markel Olano. “Los principios fundacionales de Euskaltzaindia están ligados a una amplia y abierta visión cultural, visión que está por encima de las ideologías y de la política. El euskera es patrimonio de todos y, como tal, ha de quedar fuera de la disputa política”, resumió la “primera lección” que dejó Euskaltzaindia con su fundación, de la mano de Eusko Ikaskuntza.

La “segunda lección” es la propia “trayectoria de la Academia”, con el euskara batua como gran logro que ayuda “a que se gestara una nueva conciencia en eso que, con visión cultural amplia y abierta de miras, llamamos Euskal Herria”.

Con la vista puesta en el futuro, Olano llamó a la Academia a “anticiparse a las necesidades de los hablantes, con vías flexibles para adaptarse a ellas”. Así, el diputado general de Gipuzkoa puso en valor que “contamos con una o ya dos generaciones educadas en euskera”, aunque el idioma se encuentra en “una encrucijada, en el momento de darle un nuevo impulso”.

En la encrucijada “El proceso de revitalización necesita de la cooperación de todos, igual que se hizo hace cien años”, recordó Olano que Euskaltzaindia nació con el visto bueno de las autoridades de los territorios de Hegoalde. “Quisiera instar a la Academia a que asuma los riesgos inherentes a la innovación”, sugirió el diputado general de Gipuzkoa, que advirtió cómo “el mundo actual y la sociedad vasca cambian a un ritmo vertiginoso”, lo que obliga “a adoptar una actitud de innovación incesante”.

Una actitud de “mirada larga”, resumió Olano, que invitó a los presentes a “atreverse a buscar nuevos caminos para la lengua vasca”.

Su homólogo alavés, Ramiro González, intervino como representante de las cuatro instituciones políticas de Hegoalde que hace 100 años contribuyeron al alumbramiento de Euskaltzaindia. “La Academia ha estado ahí en estos 100 años, dando corazón al euskera, cuidando del idioma, para que no tuviera miedo del futuro”, reconoció el jefe del Ejecutivo foral alavés, que puso en valor la labor de Euskaltzaindia.

“Trabajo en común, entendimiento, el respeto entre diferentes y el ánimo de seguir creciendo son la base de todos estos cien años”, dijo González, que confió en que el futuro se desarrolle por claves similares.

El presidente de la Aglomeración de Iparralde y alcalde de Baiona, Jean-René Etchegaray, recordó que “la política lingüística activa en Iparralde busca que el euskera vaya tomando su espacio en la plaza pública”.

“No podemos olvidar en este trabajo de normalización y revitalización la labor que desarrolla Euskaltzaindia desde hace 100 años”, expresó el también alcalde de Baiona, que recordó a los euskaltzain provenientes desde el otro lado del Bidasoa, con mención especial a Jean Haritschelhar que presidió la Academia entre 1988 y 2004.

El acto, que comenzó con cerca de 15 minutos de retraso debido al accidente que colapsó la A-8, arrancó en los soportales del Palacio Foral, donde tras los saludos institucionales de rigor, la soka-dantza que ofrecieron dos dantzaris y los diputados forales sirvió para acompañar la subida de las autoridades al Salón del Trono.

Allí se celebraron las intervenciones de Olano, González, Etchegaray, Urrutia y Urkullu, antes de que el coro Euskeria y el coro juvenil del Orfeón Donostiarra cantaran Maitia nun zira y Agur jaunak. La cita se cerró con una nueva alusión al centenario: la dirección de Euskaltzaindia se trasladó a la Sala de la Reina para emular la fotografía que en el mismo lugar la primera Euskaltzaindia, la presidida por Resurrección María de Azkue, se tomó en 1919.

Diario de Noticias, 6 de Octubre de 2019