Aparecen restos de una torre en unas obras en la plaza del Castillo de Pamplona

Castillo de Santiago (Pamplona)

Castillo de Santiago (Pamplona)


Unas obras realizadas en el Casino Eslava de la plaza del Castillo de Pamplona han dejado al descubierto los restos de una torre que podría ser uno de los cuatro cubos con los que contaba el castillo de Santiago levantado por Fernando el Católico tras la conquista española de 1512.

En el mismo año de 1512, pocos meses después de la conquista castellana de la “cabeza del reino de Navarra” (Pamplona), un poderoso ejército Franco-Navarro de 15.000 hombres asedia Pamplona para intentar reconquistarla. Fracasan en su intento.

Este ataque les hizo ver la necesidad de mejorar la defensa de la ciudad: en 1513 empiezan a edificar la fortaleza o castillo de Santiago.

El 19 de mayo de 1521 Pamplona capitula ante el ataque de un contingente francés de 12.000 hombres apoyado además por las tropas agramontesas;no obstante, el castillo de Santiago resiste todavía y dentro de él, el ejército castellano del emperador Carlos V. Los franceses sitúan su artillería dentro de la ciudad y atacan desde ella al castillo. El alcaide Herrera, dentro del castillo, no duda en abrir fuego hacia la población, causando estragos. Íñigo de Loyola, gentilhombre del Duque de Nájera, el futuro San Ignacio, es herido gravemente en la pierna derecha mientras colabora en la defensa del castillo. Los franceses demostrarán su abrumadora superioridad artillera rompiendo sus muros, lo que provoca la capitulación del ejército castellano. Las defensas de Pamplona, especialmente el castillo, quedaron seriamente dañados.

El propio alcalde de Pamplona, Joseba Asiron, relataba en 2013 en DIARIO DE NOTICIAS la génesis del castillo: «A principios de enero de 1513, una vez se había producido la conquista y el primer intento legitimista del otoño de 1512, Fernando el Católico tenía dos ideas muy claras. Una, que los reyes de Navarra volverían a intentar recuperar el reino robado. Dos, que las viejas murallas medievales de Pamplona no eran ya operativas ante los avances de la artillería. Por ello se acometió la construcción de un nuevo y moderno castillo en la capital. El lugar elegido fue una explanada situada al sur de la ciudad, es decir, en el frente más desguarnecido, entre la actual plaza del Castillo y el arranque de la avenida de Carlos III. Para conseguir la piedra necesaria se desmanteló el viejo castillo medieval construido en el siglo XIV en el cuadrante noreste de la plaza, el más cercano al hotel La Perla, pero ello no era suficiente para la nueva fortaleza. El 9 de enero de 1513 comparecían en la capital los representantes de los pueblos de la Cuenca de Pamplona, a los que se comunicaba la obligación de contribuir con su trabajo a las obras del castillo. Deberían aportar todos los carros y acémilas que tuvieran, para acarrear piedra, calcina y madera en grandes cantidades, y se les amenazó con fuertes sanciones caso de no cumplir estas instrucciones. En los siguientes meses, las órdenes se extendieron a valles como los de Elorz, Unciti, Aranguren, Egüés y Esteribar, e incluso a localidades más alejadas como Murillo el Fruto, Santacara, Mélida, Murillo el Cuende, Carcastillo o Pitillas. Se elaboraban además listas con los nombres de los vecinos desobedientes, a los que se impondrían multas y castigos. El nuevo castillo era una soberbia fortaleza de planta rectangular, dotada de torres de recinto circulares y rematadas en alto con plataformas artilleras. Su diseño se asemejaba al castillo español de Salses, en el Rosellón (1503), a cuya generación castellológica pertenecía. Este castillo de Santiago tuvo una vida efímera, puesto que fue derribado en 1590, y sus piedras empleadas en la construcción de la futura Ciudadela.
Se ordenó a los pueblos de la Cuenca de Pamplona contribuir a los trabajos de construcción».

Diario de Noticias, 07 de Febrero de 2018


Se suspenden las obras en las que se encontraron restos medievales en Pamplona

Los restos medievales encontrados aparecieron en una zona que excedía la licencia concedida para las obras en el edificio del Tropicana en la Plaza del Castill

El Ayuntamiento de Pamplona ha aprobado una resolución en la que ordena la suspensión inmediata de todas las obras que se están realizando en el edificio de la Plaza del Castillo 18, en el que hace unos días aparecieron restos arqueológicos al parecer medievales. La suspensión se ordena porque las obras de excavación ejecutadas exceden del ámbito para el que se concedió la licencia.

Por ello, el Ayuntamiento ha requerido a la empresa promotora de las obras y titular de las licencias, MC Euilenia SLU que en el plazo de un mes presente un nuevo proyecto suscrito por personal técnico competente y visado por el correspondiente colegio profesional. Ese proyecto debe incluir tres aspectos: una descripción de las obras ejecutadas sin licencia por su procede su legalización, indicando el estado previo a las mismas y describiendo claramente su objeto y finalidad; una propuesta de actuación definitiva, en el caso de que suponga modificación de los proyectos presentados para la obtención de la licencia (reforma de cafetería y renovación de edificio residencial); y propuesta de intervención arqueológica.

Se advierte desde el Ayuntamiento de que transcurrido ese mes de plazo, si no se hubiera solicitado la legalización de las obras ejecutadas, se ordenará la reposición de los bienes afectados al estado anterior a las obras realizadas, sin perjuicio de posibles sanciones. El incumplimiento de lo requerido en la resolución supondrá la incoación del correspondiente expediente sancionador que conllevará una sanción de 300 a 6.000 euros, según establece la normativa.

Los servicios de inspección municipales del área de Urbanismo y Vivienda visitaron ayer jueves las obras que se estaban llevando a cabo en ese inmueble de la Plaza del Castillo, donde comprobaron la aparición de restos arqueológicos y que se habían ejecutado obras de excavación que rebasaban los niveles de pavimento y sus preparaciones en la zona bajo sótano del edificio y bajo los porches de la plaza, cuestiones que no estaban amparadas en la licencia de obras concedida por el propio Ayuntamiento.

El próximo lunes 12 de febrero a las 10.30 horas el alcalde de Pamplona, Joseba Asiron, el concejal delegado de Ciudad Habitable y Vivienda, Joxe Abaurrea, y personal técnico del área visitarán el lugar para ver las obras realizadas y los restos arqueológicos aparecidos que pueden datar de la época medieval.

Diario de Navarra, 09/02/2018


 

La Plaza que se quedó sus termas y cementerio sú conservará el castillo

ESTABA CLARO QUE UN CASTILLO HABÍA, AUNQUE FALLARON LAS CÁBALAS SOBRE EL LUGAR EXACTO. LA APARICIÓN DE LOS CIMIENTOS DE UNA TORRE Y UN TRAMO DE MURALLA EN EL EXTREMO SURESTE DE LA PLAZA DEL CASTILLO DE IRUñEA EVOCAN LA POLÉMICA DEL PARKING. EL ALCALDE, JOSEBA ASIRON, ASEGURA QUE ESTA VEZ NO SE DESTRUIRÁ NADA

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No hay duda, es el castillo del rey Luis el Hutín. Ayer el alcalde de la ciudad, Joseba Asiron, visitó las obras en un edificio que había excavado sin licencia hasta topar con un fragmento de muralla de más de 3,5 metros de grosor, así como parte de la circunferencia de un torreón circular de 13 metros de diámetro. Las obras han sido paralizadas. «Hoy tenemos una buena noticia, porque la ciudad se ha encontrado con su propia historia», señaló el alcalde.

En realidad, se presumía que bajo la Plaza del Castillo no había una sola fortificación, sino dos: el castillo de El Hutín (1308) y el Fuerte de Santiago (1513). «Hemos encontrado el castillo originario, el primero que se construyó en esta plaza. Y no se trataría de un castillo construido por los conquistadores de Navarra, sino un castillo singularmente navarro del siglo XIV», afirmó Asiron.

La aparición del castillo en esa zona de la plaza ha descolocado un poco a los historiadores, pues se presumía que el castillo se encontraba más al norte, junto al hotel La Perla. El error parte de una prospección anterior en la que se encontró en esa zona otro muro de gran anchura que, visto lo aparecido ahora, podría cuadrar con una de las murallas protectoras del Burgo de Nabarreria.

«El Hutín erigió el castillo como demostración de poder», explicó al finalizar la visita el director de Patrimonio del Gobierno, Carlos Martínez Álava. Poco antes, la Nabarreria había sido arrasada por los habitantes de San Cernin y San Nicolás apoyados por tropas francesas durante la Guerra de los Burgos. En ese conflicto, se pegó fuego al primer castillo, que hoy acoge el Archivo. Con la nueva fortificación, el Hutín se reivindicaba como señor y protector de La Nabarreria y la judería cercana.

Junto al castillo se desarrolló un mercado, que fue algo así como la protoplaza del Castillo. Bajo la protección de esta fortificación real ese lugar fue punto de encuentro de los tres burgos incluso antes de su pacificación, que se articuló en el Privilegio de la Unión de 1423.

Aunque en la Plaza del Castillo hubo dos castillos nunca llegaron a coincidir. La fortaleza navarra fue desmontada por los conquistadores españoles y sus piedras se emplearon para levantar el Fuerte de Santiago, que ubicaron aproximadamente en el emplazamiento que hoy ocupa la Diputación. Así, la buena cantería de sus sillares provocó que este castillo desapareciera antes de la destrucción generalizada de los castillos navarros que ordenó el Cardenal Cisneros en 1536 para desmoralizar a la población. Dos siglos después de su construcción, la fortaleza de Luis el Hutín se había quedado un tanto desfasada por la llegada de la pólvora.

Preservar lo que queda

«Ahora en ningún modo se podrá el expolio que se hizo en esta misma plaza hace 15 años, cuando bajo el gobierno municipal de UPN se construyó el aparcamiento subterráneo que arrasó hallazgos como un cementerio islámico o unas termas romanas», prometió el alcalde durante la visita. «La preservación de los restos está hoy garantizada», aseguró.

Se da la circunstancia de que la empresa que está realizando las prospecciones arqueológicas es Trama, la misma que en su día tomó parte en la excavación del parking de la plaza. La polémica está servida, ya que una de las ediles de UPN, María García-Barberena, es arqueóloga de Trama y ayer este partido remitió a los medios una agria contestación a Asiron.

Por lo que se sabe hasta ahora, en las obras del aparcamiento subterráneo no aparecieron más torres del castillo que da nombre a la plaza, por lo que no se han podido determinar aún con claridad sus dimensiones.

Gara, 13/02/2018