Archivo del año: 2021

La verdad sobre la muerte de Miguel María Iturbide Elizalde

Muerte de Miguel Mª Iturbide de Zugarramurdi

Muerte de Miguel Mª Iturbide de Zugarramurdi


La madrugada del 7 al 8 de noviembre de 1967 tres jóvenes zugarramurdiarras conducían unos terneros por el monte, con el objetivo de pasarlos a Iparralde. El contrabando era habitual, algo que ayudaba a las familias a sobrevivir, o a poder vivir mejor. Era una noche de luna llena, y poco antes de las 3.00 horas los jóvenes se vieron sorprendidos por una patrulla de la Guardia Civil.

Todo fue muy rápido, cerca del paraje de Laputsegaraia los agentes comenzaron a disparar y uno de aquellos jóvenes, Miguel María Iturbide Elizalde, del caserío Jangoneko Borda, fue abatido por los disparos. Murió en el acto. Tenía 16 años. Los otros dos acompañantes, los hermanos Jesús y Juan Pedro, de Iruingoborda se dieron a la fuga, mientras los agentes dispersaban el ganado, que quedó pastando por los alrededores.

A las pocas horas, al levantar el cadáver, apareció una pistola junto al cuerpo de Miguel María. La Guardia Civil testificó que Iturbide había disparado a los agentes y estos respondieron, en defensa propia. Más tarde también dijeron que se trataba de un miembro de ETA, que quiso atacar a la Guardia Civil y estos lo abatieron. En aquel entonces, la organización armada todavía no había llevado a cabo ningún acto armado.

La noticia causó una gran consternación en el pueblo. Todos conocía a Miguel María, un humilde joven tímido y trabajador. Jesús y Juan Pedro fueron testigos del tiroteo, y pronto el pueblo supo la verdad de los hechos, Miguel María había sido tiroteado por la espalda por el cabo Eutiquio Chamorro Chamorro, que se hospedaba en la casa Barrentxea.

Según contó otro testigo, esa madrugada vio al cabo entrar a la casa y volver al paraje donde Iturbide fue abatido, «seguramente a por una pistola para depositarla junto al cadáver». La pistola que apareció junto al muerto era una belga, diferente a las que utilizaba la Guardia Civil. Según los acompañantes y amigos de Miguel María, los agentes dispararon el arma para luego decir que Miguel María la había disparado primero y ellos se defendieron.

El pueblo de Zugarramurdi no se creyó la versión oficial, pero ésta surtió efecto, y aunque los vecinos, y el párroco, José Otamendi, hicieron cuanto pudieron por hacer justicia, el caso se archivó tras llegar a Burgos, a la sede de la Capitanía General.

Han pasado 54 años desde la muerte de Miguel María Iturbide Elizalde, y aunque en el pueblo y alrededores casi todos han escuchado hablar algo del tema, desde hace mucho ha sido un tema tabú. El autor de los disparos se casó con una joven del pueblo, y la localidad ha mantenido el silencio hasta hace poco, hasta que el escritor Xabier Susperregi tuvo conocimiento de ese hecho.

EL LIBRO
Hace más de diez años, Susperregi se encontraba en Zugarramurdi, investigando sobre las brujas y la tradición oral del pueblo. Se acercaba a viejos caserones donde habían vivido las mujeres y hombres acusados de brujería por la Inquisición en el año 1610 (curiosamente, fue el 7 de noviembre, el mismo día que murió Miguel María cuando 11 vecinos y vecinas de Zugarramurdi fueron ejecutados en Logroño).

El motivo principal de aquellas visitas era el de recabar información, sobre todo de tradición oral para un libro que estaba preparando, dirigido a los escolares, que finalmente vio la luz bajo el título Sorginen liburua (El libro de las brujas). Susperregi cuenta que además de todo lo que aprendió, se quedó con la amistad de los zugarramurdiarras, cuya hospitalidad ensalzó.

Pero mientras trabajaba en aquel libro, tuvo conocimiento de la muerte de Miguel María a manos de la Guardia Civil. Una vecina del pueblo le informó de ello, y Susperregi le dio su palabra de que trabajaría en ello, para que la verdad saliera a la luz.

Han pasado más de doce años de ello, y tras muchas idas y venidas, Xabier ha escrito el libro que este domingo presentó en el Museo de las Brujas de Zugarramurdi, Miguel María Iturbide. Crimen sin Castigo.

El libro tiene cuatro partes. En la primera cuenta la investigación de los hechos junto a las emociones que vive el escritor al conocer la historia, gracias a testimonios de familiares, amigos y vecinos de Iturbide. Además, describe la vida de Zugarramurdi en los años 50 y 60, donde sus vecinos podrán incluso reconocer a personas en las fotografías incluidas.

En la segunda parte, se rinde homenaje al joven zugarramurdiarra mediante poemas y obras de arte llegadas desde varios lugares del mundo.

Otro capítulo está dedicado «a otros cuatro crímenes sin castigo», las de Mikel Zabalza, José Antonio Cardosa, Juan Carlos García Goena, y por último, Joxi Zabala, parte que fue completada por su hermana Pili. Tanto Pili como Crescen, hermano de José Antonio, participaron este domingo en la presentación del libro, junto al sobrino de Miguel María Iturbide, Mikel Aleman Iturbide, y Xabier Susperregi.

HOMENAJE La presentación atrajo a muchos vecinos de Zugarramurdi, agradecidos por la labor realizada por el escritor en el camino de publicar la verdad y hacer, en cierto modo, justicia. Más de cinco décadas después, el libro viene a cerrar viejas heridas, a abrir la puerta a recordar a Miguel María como una víctima, tras muchos años de silencio y de dolor, sobre todo para sus familiares y amigos.

El sábado se ofició una misa en recuerdo de Miguel María, y este domingo por la mañana decenas de vecinos y familiares se acercaron al cementerio a hacerle una ofrenda floral. Además, le cantaron «Hegoak ebaki banizkio», porque «le cortaron las alas muy joven», y rezaron un padre nuestro. También anunciaron que está en marcha un proyecto para realizar una escultura en recuerdo de Miguel María.

Diario de Noticias


Hallado un ejemplar de un libro de 1533 con las primeras palabras impresas en euskara

Bandera Navarra - Euskera

La editorial Mintzoa de Iruñea ha localizado en París un ejemplar de un libro de 1533 en el que aparecen las primeras palabras impresas en euskara de la historia. Son 57 los términos que se pueden leer en la obra ‘De rebus Hispaniae memorabilibus’, del italiano Lucio Marineo Siculo.

Un total de 57 palabras en euskara, las primeras impresas de la historia, aparecen recogidas en el ejemplar de un libro de 1533 que ha sido localizado en París por la editorial Mintzoa y posteriormente vendido a un particular.

El libro en cuestión se titula ‘De rebus Hispaniae memorabilibus’ y fue escrito por Lucio Marineo Siculo. Como explica Aritz Otazu, responsable de Mintzoa, se trata de «una crónica encargada por los reyes, en esa época por Carlos V, a una persona que ya había trabajado en las cancillerías españolas cuando reinaba Fernando el Católico». De hecho, Siculo ya había escrito una crónica de Aragón por encargo precisamente de ese último soberano.

El italiano publicó una primera versión de la obra en 1496-97 en la que «todavía no figuraban los términos en euskara», que fueron incorporados a la crónica que vio la luz en 1530 y en años sucesivos, ya que el ejemplar adquirido por Mintzoa es de 1533.

En uno de los capítulos de esta versión más completa, Siculo detalla «las lenguas antiguas de España, de Hispania, y ahí es donde señala que la más veterana es el euskara. Explica que es la lengua que hablan vascos y cántabros, aunque en esa época Cantabria no era lo mismo que ahora. Y también cita a los vascones».

A continuación incluye 57 palabras, entre las que figuran números, que están «en un euskara vizcaino. A algunas les llega a poner tilde, es decir, las castellaniza y luego aparecen expresiones como ‘edaten dot’ o ‘irakortzen dot’, que, evidentemente, no son una palabra en sí».

La presencia de esas palabras en euskara dan una especial relevancia a ‘De rebus Hispaniae memorabilibus’, ya que son las primeras impresas de la historia. Otazu matiza que «en ese adjetivo está la clave, impresas, ya que evidentemente con anterioridad existen palabras en euskara en documentos, pero habían sido manuscritas, escritas a mano».

Una relevante circunstancia a la que el responsable de la editorial Mintzoa añade el hecho de que «ponen de relieve la importancia y el prestigio del euskara en esa época, ya que se hace una referencia expresa a nuestra lengua».

El ejemplar fue impreso por un navarro, Miguel de Eguia, «que tuvo un taller de impresión en Lizarra, de donde era originario. Posteriormente se trasladó a trabajar a Alcalá de Henares, donde puso una imprenta que funcionó bien». Aunque no le faltaron los sinsabores, ya que «estuvo encarcelado tres o cuatro años porque la Inquisición le acusó de imprimir un libro erasmista (con las teorías de Erasmo de Rotterdam). Le acusaron de haberse aprovechado económicamente de esa obra», explica Otazu.

De Italia a Iruñea pasando por París

Casi quinientos años después de que los ejemplares de la obra de Lucio Marineo Siculo salieran del taller de impresión de De Eguía, el propietario de uno de ellos decidió ponerlo a la venta hace unos meses. Se trataba de un italiano que a finales de setiembre puso a la venta varias obras de siglos atrás en la Feria del Libro Antiguo de París.

En la capital gala, el ejemplar llegó a manos de un anticuario que forma parte de la red de colaboradores con la que cuenta la editorial Mintzoa con el objetivo de localizar e intentar adquirir libros antiguos «de temática vasca, navarra, de Euskal Herria».

El experto sabía que en esa obra de 1533 aparecían varias palabras en euskara y se puso en contacto con Aritz Otazu, quien se desplazó hasta París para adquirir el ejemplar y trasladarlo a Iruñea. La obra ya figura en poder de un particular navarro.

Otazu se muestra muy satisfecho de haber adquirido el ejemplar de  ‘De rebus Hispaniae memorabilibus’, a pesar de que existe un ejemplar digitalizado en la Biblioteca Foral de Bizkaia, «que se puede consultar y contemplar».

Para el responsable de Mintzoa, supone recuperar un patrimonio que pone en evidencia una vez más que «lo que ocurrió en Navarra no fue solo una conquista militar, sino también cultural, ya que muchos libros de estas características están fuera de Navarra. Todo ese patrimonio cultural está disgregado y toca viajar mucho para conseguir obras importantes, que generalmente están en Francia».

NAIZ