Archivo del mes: enero 2015

17 de enero KARRIKADANTZA con todos los dantzaris de Iruñea

karrikadantza

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Desde KARRIKIRI, ZALDIKO MALDIKO y NAFARROAKO DANTZARIEN BILTZARRA queremos celebrar en invierno KARRIKADANTZA con todos los dantzaris de Iruñea.

El próximo 17 de enero a las 12:30 del mediodía crearemos un espacio de danza en KAFE ZENTRAL. Una sesión de baile amplia, con repertorio y participantes variados, acompañados por los músicos de Karrikadantza, con invitados, nos pondremos a bailar con distintos ritmos y danzas: jauzi, sokadantza, fandango, arin arin… En KARRIKADANTZA pondremos en práctica lo que ya sabemos y aprenderemos lo que todavía no dominamos. Una oportunidad de disfrutar de la danza entre amigos en un espacio diferente.
Compartamos entre amigos y conocidos como podemos disfrutar de la danza.

KARRIKIRI, ZALDIKO MALDIKO eta NAFARROAKO DANTZARIEN BILTZARRA elkarteetatik Iruñeko dantzazaleentzako KARRIKADANTZA neguan ospatu nahi dugu.
Horretarako, urtarrilaren 17an, goizeko 12:30etan dantzaren inguruko topagunea sortuko dugu KAFE ZENTRAL aretoan. Dantzaldi zabala, errepertorio eta partaideen aldetik, non Karrikadantzako musikariek, gonbidatuak lagundurik, dantzan jarriko gaituzte erritmo eta doinu ezberdinak

KAFEKADANTZA
Sábado 17 enero, 12.00h
Entrada gratuita hasta completar aforo

Cosmogonía vasca

Félix Placer Ugarte (Teólogo) En un tiempo tan cargado de mitos como son las fiestas navideñas, el teólogo Félix Placer nos habla en este artículo de una cosmogonía vasca que aboga por no perder, precisamente para que este pueblo no se pierda en una cosmogonía global única y uniformizadora. Y lejos de acudir a la mera copia de los mitos originales, lo que nos plantea es una reformulación pegada a la realidad actual y solidaria con todos los pueblos del mundo.
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En la memoria profunda de los pueblos late una visión ancestral del mundo, de su origen y relaciones con el entorno que les envuelve, donde a lo largo de la prehistoria e historia se han ido elaborando su cultura, su lengua, su identidad. La complejidad de su comprensión cósmica se expresó en mitos, símbolos y ritos conservados a lo largo del tiempo y rememorados en fechas especiales, como en estos días navideños y del nuevo año.

Los relatos míticos de los pueblos antiguos narran una realidad original sobre la vida y la muerte, las actividades y destinos de los hombres y del pueblo. Eran su referencia paradigmática, sus modelos de interpretación para comprender el cosmos y establecer las normas de convivencia social. A su entender, conociendo los mitos se llega al origen de las cosas y se las puede dominar; pero no con un conocimiento exterior o abstracto, sino ritual, vivo, experiencial, donde la lengua posee una función fundamental creativa: «Izena duen guztia omen da» (todo lo que tiene nombre existe). Tales mitos, no eran fantasías carentes de lógica, propias de una mentalidad y cultura que ignoraban la racionalidad. Tampoco eran simples leyendas. Constituían formas de pensamiento y compresión de la realidad, del origen del mundo y de la vida, modelos de interpretación, de relaciones sociales, de valores y de inteligencia práctica e instrumental.

Es cierto que los mitos se generaron en tiempos, contextos y experiencias muy remotas y diferentes a las actuales. No pueden, por tanto, transferirse de manera ingenua a nuestro tiempo, pero tampoco debe negarse su conexión con la mentalidad y formas de comprensión actuales. En concreto, en Euskal Herria, dentro de su pluralidad y formas diversas de vida moderna y desarrollada, los mitos no han desaparecido; perduran y se mantienen, aunque ocultos por otros mitos aculturados.

Cuando el pensamiento único impone mitos y símbolos de consumo, mercado y poder con sus poderosos medios de comunicación; cuando lenguas dominantes anulan las minoritarias haciendo desaparecer muchas de ellas (con el empobrecimiento cultural que esta pérdida implica); cuando la tierra es amenazada, contaminada y destruida; cuando se obstaculiza la convivencia y se impide a los pueblos ejercer sus derechos soberanos inalienables… los mitos y símbolos identitarios ejercen un sentido y función regeneradores; son agua nueva, que brota en Euskal Herria, como se canta en pueblos de la Sakana navarra al recibir el nuevo año: «ur goiena, ur barrena, urte berri egun ona… egun onaren seiñalia hemen dakarrat ur berria…».

No se trata de rememoraciones románticas de épocas pasadas, de añoranzas infantiles o de reviviscencia de milenarismos anacrónicos. Se busca y desea reconstruir la realidad, regenerarla con los mitos, reflejo de su conciencia como pueblo, de su ser vasco y de su visión del mundo cuya intuición profunda plasmó Jorge Oteiza en sus creaciones estéticas de lo que llamó huts (vacío). Y así Euskal Herria es, al mismo tiempo que un mito generado en primitivas experiencias territoriales, lingüísticas, en relacionales y rituales, una realidad representada y expresada en sus categorías simbólicas, referidas al sentido de identidad y religación entre las personas. Constituyen nuestra etnia y su forma libre de relacionarse con otros pueblos desde la libertad, el respeto y los derechos colectivos.

Por tanto, si no queremos diluirnos hoy en la globalización capitalista neoliberal, estamos ante el desafío de una renovada cosmogonía vasca, que se expresa ya en múltiples formas políticas, económicas, culturales, sociales, ecológicas, también, a mi entender, espirituales; en la aspiración y trabajo por formas diferentes de vida; en propuestas de modelos nuevos de convivencia; en la afirmación de un pueblo libre y soberano con inalienable capacidad de decidir.

La afirmación de nuestros derechos individuales y colectivos como pueblo, la lenta pero constante extensión del euskera (sin el que Euskal Herria no sería tal: «euskera hilez gero, ez nuke nahi bizi»), la defensa de la tierra contra atentados ecocidas como el fracking, la búsqueda y práctica de una nueva economía contra el capitalismo que engulle el mundo en su insaciable beneficio para unos pocos a costa del empobrecimiento de la mayoría son, entre otras, expresiones y prácticas que anuncian una nueva cosmogonía, otro mundo diferente.

Y cuando Olentzero baja de la fría montaña y anuncia estos días de fiesta, «hator, hator mutil etxera» resuena en nuestras calles y caminos exigiendo para presos y presas el respeto de todos su derechos, que acabe la dispersión ya y vuelvan a Euskal Herria, donde la libertad de decidir construya una convivencia nueva, reconciliada. Este mítico personaje simboliza el deseo, la lucha, el compromiso de una sociedad, de un pueblo que defiende sus derechos y reclama presoak Euskal Herrira. Será el clamor que se expresará el próximo día 10 de enero en la desbordante multitud esperada.

Y hoy, también nuestros mitos se solidarizan con otros pueblos amenazados que buscan y luchan por un mundo justo y equitativo contra toda inequidad y explotación. Desde nuestro profundo arraigo en Ama Lur, compartimos con ellos la «Carta de la Tierra» para «crear una sociedad global sostenible fundada en el respeto hacia la naturaleza, los derechos humanos universales, la justicia económica y una cultura de paz. En torno a este fin, los pueblos de la Tierra declaramos nuestra responsabilidad unos hacia otros, hacia la gran comunidad de la vida y hacia las generaciones futuras para que nuestro tiempo se recuerde por el despertar de una nueva reverencia ante la vida; por la firme resolución de alcanzar la sostenibilidad; por el aceleramiento en la lucha por la justicia y la paz y por la alegre celebración de la vida…».

Es el mundo nuevo expresado en deseos y luchas confluyentes de quienes, desde unas convicciones plurales y también de creyentes en Jesús de Nazaret, nos unimos en el amor y esperanza por la humanidad, para que el año nuevo en nuestra Ama Lur, en toda la tierra broten las semillas de una cosmogonía de libertad, justicia y paz.

Eguberri zoriontsuak eta urte berri on!