Archivo del mes: octubre 2014

Pamplona contra ‘el saqueo de la memoria’

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Angel Rekalde y Rubén Marcilla posan con el cuadro del artista vasco José Luis Zumeta frente al Palacio de los Reyes, sobre el que hablan en la película.
Nabarralde y Pamplona capital estrenan un documental que repasa el “ataque contra el patrimonio” identitario, el vascón, por parte del Gobierno foral.

Pamplona es “la ciudad por antonomasia de los vascones”, donde se acumulan hitos “que, por lo menos, nos remontan a 2.000 años de historia. Y sin embargo, desde hace algunos años, asistimos a una destrucción de bienes patrimoniales que busca acabar con la personalidad de la ciudad”. Con estas palabras arranca el documental Pamplona, el saqueo de la memoria, producido por Nabarralde e Iruña Capital, que luchan por denunciar el destrozo del patrimonio arqueológico y cultural de esta capital histórica.

La película repasa en 25 minutos la destrucción de cinco elementos que narran la identidad vasca en Pamplona; la demolición del frontón Euskal Jai en 2004, los ataques al euskera por parte del Gobierno de Navarra, la remodelación del Palacio de los Reyes de Navarra (actual Archivo de Navarra), las obras subterráneas de la plaza del Castillo y la desaparición del penal del fuerte de San Cristóbal. Dirigido por el realizador Rubén Marcilla, con un guion de Angel Rekalde, director de Nabarralde, este documental cuenta con el relato de seis navarros que denuncian estas actuaciones y defienden el pasado e identidad navarras; son Joseba Santamaría, director de DIARIO DE NOTICIAS DE NAVARRA, así como sus colaboradores Reyes Ilintxeta y el historiador Joseba Asirón, además del escultor Pello Iraizoz, el consejero de Nabarrarte Luis María Martínez Garate y Karlos Otxoa, del Autobús de Navarra de la Memoria.

Pamplona, el saqueo de la memoria se estrena este jueves a las 20.00 horas en Golem Bayona, con entrada gratuita; una década después de algunos de los acontecimientos que se narran en él. “Hasta ahora no nos dábamos cuenta de que todas estas actuaciones respondían a una misma lógica, el acabar con nuestra historia y memoria, esos elementos que revelan lo que somos y que a las autoridades no les gusta”, subraya Angel Rekalde. Unas acciones motivadas porque “UPN busca hacer una ciudad tal y como ellos quieren, haciendo desaparecer cualquier disidencia que no encaje en su modelo”, apunta el realizador Rubén Marcilla. Y así lo confirman las voces del documental. “El Gobierno de Navarra es la única institución de Europa que ataca sistemáticamente una lengua propia, y lo mismo ha hecho con el patrimonio histórico”, señala Joseba Santamaría, mientras que Pello Iraizoz afirma que “todo lo que les molesta, lo han derribado por unas circunstancias inconfesables, por negocios especulativos y, desde luego, ideológicamente también hay una carga potente detrás”.

DESTRUCCIÓN Y ARTIFICIO
“Es muy grave lo que está ocurriendo”, señala Rekalde. “Están destruyendo la riqueza ciudadana. En cualquier otra población, como Florencia o Córdoba, por ejemplo, es impensable que desaparezca todo su patrimonio. Pero está pasando aquí, hay un delito intencionado y que se reproduce cíclicamente”, añade. A las razones antes mencionadas, este miembro de Nabarralde, desde donde luchan por recuperar la memoria colectiva navarra, añade que “hay una polémica entre el Ayuntamiento y los que pensamos diferente, pero la ciudad dice que ella es la capital de los vascones, la ciudad histórica de todo este pueblo y de toda esta circunstancia. Entonces, los del Ayuntamiento de Pamplona vienen y destrozan esa voz, las piedras, a las que quieren callar”.

Piedras que hablan, añade Rekalde, “como cuando vas a Roma, ves lo que hay y sabes que ahí estuvo el Imperio romano”. Y así pasa con el fuerte de San Cristóbal o el Palacio de los Reyes de Navarra. “Quieren que no hablen ni las piedras, y las piedras que podrían hablar, que eran precisamente los muros que sirvieron de prisión, los han destruido”, apunta, tajante, Karlos Otxoa respecto a la primera edificación. “No es casualidad. Esa era la evidencia de que aquello no era un recinto militar, sino donde estuvieron presas miles de personas en pésimas condiciones”, añade Iraizoz.

Para los defensores de esta identidad de Navarra, el problema no radica solo en la destrucción del pasado, sino también del futuro, como apunta Rekalde: “la ciudad que hacen a partir de estas obras es una ciudad en la que desaparecemos, vacía de contenido y artificial”. Y un perfecto ejemplo es lo que ahora es el Archivo de Navarra, como dice el director de Nabarralde: “El palacio, que está destrozado simboliza que en Navarra había reyes, que era un país soberano e independiente, y eso es lo que quieren tapar. Lo que hay ahora es totalmente artificial, se le ha quitado todo su significado”.

POR LA MEMORIA
Pero, según Marcilla, estas actuaciones van más allá de la destrucción de edificios y ataques a la cultura. “También han conseguido construir posibilidades. Si hubiese habido desde los años 80 un centro de interpretación de la represión en el fuerte de San Cristóbal, la realidad sería muy diferente. Si el Euskal Jai habría seguido existiendo diez años más, la realidad sería distinta. Es difícil destruir la memoria”, concluye el director de Pamplona, el saqueo de la memoria, por lo que seguirán luchando estas asociaciones y las voces que los apoyan.

Diario de Noicias, 30 de Septiembre de 2014